Enrique sostuvo la taza con la infusión que le había preparado Cindy, y miraba la taza con desagrado...
-El olor es horrible... – dijo Enrique.
-Lo sé, pero es algo que le hará bien, así que tómelo antes de que se enfríe – le dijo Cindy, y él no tomaba ni un sorbo del té,
-Si no se lo bebe tendré que dárselo a la fuerza sr. Diez. – dijo Cindy con cara desafiante.
-Atrévete si eres capaz... – respondió Enrique sonando burlesco.
Y cómo la mujer ya estaba cansada de su actitud de niño caprichoso, se puso a un lado de él y empezó a querer darle la infusión, pero Enrique la empujaba hacía un lado, para tratar de alejarla de él.
Mientras ellos forcejeaban, y peleaban, ambos como unos niños, no se dieron cuenta de que una mujer había entrado a donde ellos estaban. Y Carlos que los estaba viendo, no le salieron las palabras para avisarles, quería echarse a reír pero decidió contenerse.
-¿Qué está pasando aquí?! – dijo la mujer con voz alta, aquella mujer era la madre de Enrique, - venía a hablar de tu compromiso con Leslie y así te encuentro, ¿quién es esta mujer? – siguió reprochando la mujer...
En ese momento Cindy se quedó con los ojos abiertos, ¿cómo no se dió cuenta que alguien había entrado?
Enrique sólo miraba a su madre y de la nada le dijo:
-Ella en mi novia, sabes que no acepto el compromiso por conveniencia, no estoy de acuerdo con esa idea de casarme con alguien que no amo, debes entenderlo.
La mujer los miraba con ojos de burla,
-Sé que mientes, esta mujer no puede ser tu novia, no se ve a tu altura... – dijo la mujer cruzando los brazos con una sonrisa descarada en su rostro.
Cindy sin embargo se quedó callada, tenía un nudo en la garganta que no le permitía decir una palabra...
-No le hables así, claro que es mi novia y te lo demostraré. – dijo Enrique, al decir “te lo demostraré”, Cindy esperaba que no hiciera lo que ella estaba pensando, pero en eso Enrique la tomó del mentón y con un movimiento rápido, la besó, ¿cómo ella una persona con valores estaba permitiendo que jugarán con ella de esa manera?, ¿estaba bien ese comportamiento por parte de Enrique?, no sabía que pensar, la madre de él no les quitaba la mirada de encima, los miraba con rabia. Y con una cara de frustración se fué diciendo:
-Esto no ha terminado aquí Enrique, volveré y hablaremos, dijo.
Él se quedó ahí tranquilo, como si besar a alguien así de la nada y sin ser algo fuera lo más normal del mundo...
-¿Acaso está loco?, ¿cómo puede usarme de esa manera? – dijo Cindy disgustada.
Inmediatamente él le dijo:
-Porqué me reclamas, si claramente se ve que te gustó... – lo dijo así, de lo más normal.
Cindy se molestó mucho más y dándole la espalda a Enrique, se despidió de Carlos y se retiró sin mirar a nadie.