Estaba Cindy recostada en su cama, mirando el techo, con las ideas entreveradas, con un nudo en la garganta, con algunos trabajos pendientes, y al acordarse de esos trabajos se sentó de un salto sobre su cama, y pensó en terminar de una vez con eso.
Unos meses después...
Han pasado ya dos meses, Cindy estaba renovada, trató en lo posible de hacer su trabajo con profesionalismo tanto con Enrique como con Lucas, reflexionó mucho, no quería que ningún hombre la hiciera sufrir nuevamente.
Aún quedaban dos semanas de terapia con Enrique y cuatro semanas con Lucas, luego de eso volvería a su vida normal, aquella vida que le gustaba, no era como en esos momentos que estuvo angustiada por lo rebelde que era Enrique o lo cursi que parecía Lucas, al concluir el mes ya volvería a ser ella de nuevo, esos últimos dos meses la habían hecho reflexionar, cambiar su manera de pensar y ver las cosas.
Enrique estaba en su casa, algo resfriado, Carlos estaba ahí, cuidándolo como siempre, en ese momento alguien tocó el portón, y al ver por la cámara de seguridad, Carlos se quedó viendo el monitor muy molesto
-¿Quién es? – preguntó Enrique con la voz débil acostado en su cama.
-Es... es... es Elena... – dijo Carlos aún paralizado.
Al escuchar aquel nombre Enrique quedó igual que Carlos,
-¿Qué quiere esa mujer aquí?, dile que se vaya, que no estoy, dile que me fui de viaje... – dijo Enrique, no quería ni escuchar de esa mujer, el corazón se le llenaba de ira cuando alguien trataba de mencionarla, Enrique no quería saber nunca más de ella, aquella mujer que le dejó un vacío en el corazón que él trató de cerrar escribiendo sus novelas, (para no describir lo que hizo realmente).
-Enrique no está, ha salido de vieje y no sé cuándo va a regresar – dijo Carlos por el monitor, sonó molesto.
Elena dijo que sabía que Enrique estaba en casa y que necesitaba hablar con él, la voz de Elena sonaba como la de Enrique, débil...
Ella fue muy insistente, hasta que por último Enrique cedió y la dejó pasar, Carlos insistió en decirle que estaba cometiendo un grave error dejando entrar a aquella mujer en su casa, Enrique desvío la mirada hacia otro lado, no quería chocar su mirada con la mirada molesta de Carlos.
Cuando Enrique vió a Elena frunció los ceños, ella lo vió acostado quiso acercarse a darle un beso en las mejillas, pero antes de que diera un paso, Enrique le extendió la mano, ella correspondió al saludo.
-Bien, puede hablar Elena, ¿que querías decirme? – dijo Enrique manteniendo esa mirada fría y molesta hacia Elena.
-Yo vine a verte – dijo ella, acomodándose el cabello hacia un lado, Enrique la miraba detenidamente al igual que Carlos que se quedó parado en la puerta mientras ella hablaba. – Sé que no quieres verme, y te comprendo, te hice mucho daño...
Carlos estuvo a punto de decirle todas sus verdades pero Enrique le hizo una seña para que se calmara, ella siguió hablando y de un momento a otro empezó a sentirse mareada, tal vez es la emoción de volver a verte, dijo Carlos con un tono de sarcasmo y una sonrisa que hizo que Elena se desconcertara, ambos hombres en esa habitación la querían fuera.
Elena cayó al suelo, se desmayó, Enrique y Carlos se miraron, los ojos se les brotaron a ambos.
No sabían que había pasado.
Enrique se sentó como pudo, y Carlos se acercó a Elena para levantarla y acomodarla a un lado de la cama donde estaba Enrique, mientras Carlos iba por algo de alcohol y algodón...