Sin percatarse Enrique y Carlos bebieron mucho, a tal punto que ninguno de los dos estaba en condiciones de conducir, la única persona que los podía ayudar en esos momentos era Cindy.
Porque si no, sería más ladilloso que se toparan con un policía por ahí.
La idea de hablarle a Cindy fue de Carlos, Enrique no quería molestarla ya que ella en esos momentos se encontraba trabajando.
Entonces Carlos dijo que él éramos muy amigo de su jefe, que le pediría permiso para Cindy, Carlos se comunicó con Arnold y este dudó un poco, pero terminó cediendo al pedido de Carlos.
Luego de que Arnold colgara el móvil, Carlos llamó a Cindy…
-¿Qué?, no puede ser que estés hablando en serio Carlos, ¿cómo pueden ser tan irresponsables – dijo Cindy algo molesta. – está bien, voy saliendo para allá, dijo resoplando más calmada.
Ella se dispuso a salir, y Enrique y Carlos esperaban a que llegara Cindy, ya se estaban preparando para el sermón que les iba a dar ella.
-Te dije que no la llamaras, eres muy terco – dijo Enrique cruzando los brazos.
-Tal vez nos reclame y nos diga un par de cosas dura… pero, merecemos eso – respondió Carlos riéndose.
-No le veo la gracia – dijo Enrique al ver la actitud tan calmada de Carlos.
Carlos sólo seguía riendo.
-Ya cálmate, no quiero ser yo quien oiga dos sermones… - dijo Carlos bebiendo lo que le quedaba de cerveza en el vaso.
Pasaron unos minutos y ellos seguían esperando, en eso Enrique tocó el tema de Elena, a lo cual Carlos al oírlo volcó los ojos sin que él se diera cuenta…
-Me preocupa Elena, está muy enferma, y lo peor es que no tiene a nadie, tú sabes que sus padres son adultos mayores y ella no quiere preocuparlos – dijo con voz desauciada y triste.
Carlos solo lo miraba fijamente sin decir ni una palabra, Enrique con sólo ver su mirada fría ya sabía lo que Carlos pensaba al respecto.
-Uhh yo sé que no te agrada Elena, pero es su salud yo creo que debo apoyarla… - dijo Enrique
Carlos ya se estaba poniendo molesto,
-Y lo peor es que no me he atrevido a contarle a Cindy que la he estado ayudando. – terminó diciendo Enrique bajando la cabeza.
Carlos al escuchar esto último dijo que ya era el colmo…
-Tiene que ser una broma… ¿de verdad no le has comentado nada a Cindy? – dijo Carlos exaltado.
Enrique negó con la cabeza…
-Eres el colmo de verdad, ¿qué te hizo Cindy para que no confíes en contarle algo como eso? – siguió diciendo Carlos.
-No es que no confíe en ella, de hecho, tengo miedo a contárselo y que se moleste… - respondió Enrique.
-Es obvio que se va a molestar, ¿o acaso quieres que se ponga felíz al saber que ayudas a tu ex?, y lo peor aún, sin haberle dicho que lo estuviste haciendo sin que ella supiera… - exclamó Carlos.
-Yo digo que debes dejar que esa mujer se las arregle sola, a ella no le importó si tú estabas bien o mal, no le importó dejarte tirado como un muchacho, lo que estás haciendo no es justo para Cindy, piensa en el daño que te estás haciendo a ti mismo, ¿crees que no me he dado cuenta cómo miras a Elena?, debes frenar esto antes de que lastimes a Cindy, y olvida por completo el amor que le tenías a esa mujer. – terminó de decir Carlos.
Estas palabras dejaron consternado a Enrique, no le pudo responder nada a Carlos, la verdad era que Carlos tenía razón, Elena al volver desató muchos de los recuerdos felices que vivieron, y volver a recordar lo felices que fueron y sentir amor poco a poco por Elena nuevamente no era bueno, estaba lastimando a Cindy, quien lo había hecho olvidar sus problemas, la que le daba amor, lo trataba bien y se preocupaba por él, Enrique tenía que terminar con eso ya, pero no sabía cómo…
Hubo un momento de silencio incómodo entre ambos, unos minutos después llegó Cindy, quien llegaba con los ceños fruncidos, muy molesta.