Lucas se bajó de su coche y se dirigió hasta la puerta del hotel, entró y le ordenó al recepcionista que lo dejara pasar, este le dijo lo mismo que le había dicho a Carlos anteriormente.
Carlos al escuchar que Lucas ordenó que lo dejaran pasar, levantó la mirada bruscamente del periódico que estaba leyendo, Carlos no se había dado cuenta que Lucas había entrado al lugar, y fueron sus palabras que iban acompañadas de los gritos las que lo alertaron.
El muchacho le dijo que le avisaría a la Srta James de su presencia, pero esto puso muy furioso a Lucas.
-Qué insolente, ¿acaso no entiendes que quiero pasar y punto?, ¿Cindy te tiene que autorizar para que yo pueda pasar?, ¿eso es lo que me estás tratando de decir? – pregunto muy enfadado Lucas.
-Así es señor, no podemos dejar pasar a nadie sin la autorización de ella, lo siento. – respondió el muchacho.
El jóven estaba a punto de tomar el teléfono para llamarla, cuando de pronto Lucas lo tomó por el cuello, exigiéndole que lo dejara entrar.
Carlos no podía hacer nada, tenía que ser lo más discreto posible, aunque por unos momentos pensó en levantarse y romperle la cara a Lucas por tratar a las personas como basura... Carlos de la ira apretaba los nudillos, invadido por la impotencia de no poder hacer nada ante la situación que se daba frente a él.
Al jóven no le quedó más opción que llamar a los de seguridad y cuando los robustos guardias estuvieron ahí, él muchacho ordenó que lo sacaran inmediatamente de hotel.
Y antes de que lograran apartarlo de Lucas, este le dijo al muchacho, en voz baja...
-No creas que esto se va a quedar así, a mi nadie me prohíbe hacer algo, cuida tu espalda.
Y luego los guardias se lo llevaron.
El pobre muchacho se quedó preocupado, Lucas lo había amenazado, se quedó mirando como se llevaban a Lucas hacia afuera.
Carlos se acercó al muchacho y le dijo que no le diera la más mínima importancia a ese hombre, pero que de todas formas se cuidara, ya que era peligroso, y también le encargó que por nada dejara que ese tipo pasara a donde Cindy se encontraba.
Dicho esto y sin decir nada más, se marchó.
El joven se quedó confundido, anonadado, sin nada que decir...
Al salir, Carlos vió que el coche de Lucas seguía ahí parqueado, en ese momento cruzó miradas directamente con Lucas, y Carlos volteó la mirada y caminó con tranquilidad hacia su coche que estaba a la vuelta de la calle.
Desde su coche Carlos podría ver mucho mejor, si algo más pasaba...
(...)
Cindy estaba en su escritorio, revisando un par de papeles, aún con la preocupación en su cabeza por lo que había sucedido con Lucas.
El sonido del teléfono de su apartamento la hizo volver a la realidad, fue a contestar, era el muchacho de recepción quien la estaba llamando para tenerla al tanto de lo que había sucedido unos minutos antes.
Cindy se quedó paralizada ante las palabras del jóven,
-Gracias por informarme, y sobre todo, gracias por no haberlo dejado pasar... – dijo casi con lágrimas en los ojos, quizo llorar pero se contuvo las lágrimas, para no dejar que el recepcionista la escuchara.
-No es nada Srta. Ese señor se puso bastante violento y no podía dejarlo pasar ante esas circunstancias... Ahora con su permiso, me despido. – dijo el muchacho.
-Claro, hasta luego – respondió Cindy y colgó.
El llanto se apoderó de ella, la situación cada vez se le escapaba de las manos, y si no hacía algo pronto, quizá Lucas le haría algo a ella o a Enrique.
Pero en esos momentos no podía pensar con claridad, así que cogio su móvil y le marcó a su hermano. Pero éste ño él contestó, ella le marcó unas cinco veces y nada.
No sabía a quién más acudir, su madre seguramente estaba ocupada con sus hermanitos y su padre... Su padre con su trabajo, pero no, su padre no era una opción para ella.
Cindy le marcó a Enrique, él tenía que estar al tanto de la situación.
Enrique contestó con una voz de recién despertado...
-¿Enrique? – dijo Cindy con la voz algo ronca
-Cómo estás preciosa, ¿sucedió algo? – preguntó él algo preocupado...
-Amor... – dijo ella y rompió en llanto. – te necesito aquí conmigo... Ven lo más pronto que puedas – le dijo ella y luego colgó.
Ella en esos momentos necesitaba sentirse protegida y Enrique le daba mucha seguridad. Y ese día iba a comentarle el miedo que estaba comenzando a sentir hacia Lucas.
Ella esperaba que Enrique pudiera entenderla... Se levantó del sofá y empezó a dar vueltas en círculos, la tensión en su mente era demasiada...
Y lo peor es que ninguno de los miembros de su familia estaban enterados de su situación.