Conseguir Vencer

Parte 22: Aguas profundas, una meta

-¿Cómo esta tu herida Tamara?- preguntó la profesora Pandora mientras quitaba su gorro de goma mostrando su corto cabello chino de un intenso color negro- ¿Podrás participar mañana?-

-Claro que podre, no puedo decepcionar a mi familia-

-Escuche que tu abuelo sirvió en la guerra de Irak-

-Si, y ya sabe que mi padre murió en esa guerra-

-Ya veo de donde sacaste tu espíritu luchador, lo harás bien, solo participar con esas puntadas es increíble-

-No lo es tanto, los soldados hacen cosas más increíbles-

-No olvides que estas en una escuela de señoritas, no en una preparatoria militar-

-Lo tengo presente, no puedo olvidarlo, era el sueño de mi padre-

-¿Qué estudiaras en la universidad?-

-Matemáticas, he estudiado mucho el algebra lineal-

-Valla, por eso entiendes tan bien mis temas, ¿No quieres libros de cálculo o de otras ramas?-

-Me encantaría, pero no tengo mucho dinero-

-Yo tengo demasiados libros de mi carrera que ahora ya no uso, si quieres te los puedes quedar-

-No, son sus libros, no puedo aceptarlos-

-Tengo una idea, si la escuela queda en el primer lugar, te daré los libros, si no, no-

-Me agrada la idea-

-Entonces da lo mejor de ti, en ambas cosas-

-¿Ambas cosas?-

-Últimamente estas más cariñosa con Kassia, cualquiera que las viese lo adivinaría en un momento-

-Pero no estamos saliendo-

-Entonces deberían- dijo dando una leve palmada al hombro de Tamara

 

 

-¡Damas y Caballeros, niños y niñas, sean todos ustedes bienvenidos a la tercera entrega del concurso “Aguas Profundas”, esta vez, por primera vez, tenemos la participación de la escuela privada de señoritas, las nuevas concursantes son Tamara, con puntadas en su brazo, Hilaria, la presidenta del club de natación, Hana, una joven promesa de tercer año y Martha, que a pesar de su apariencia, es una increíble nadadora, las demás concursantes ya no necesitan presentación, el club de natación privado juvenil conformado por Anna, Dustin, Salma y Rada, además de nuestro anterior campeón, el club privado de sirenas conformado por Elena, Jun, Queen y Fumi, este año no contamos con la participación del club privado de las hermanas del pacifico por motivos aun desconocidos, este año, la primer escuela en participar será la de señoritas, pues tenemos que darle la bienvenida a esta escuela, entonces, en unos minutos comenzaremos!-

Todos los clubes se fueron a sus respectivos espacios para cambiar sus ropas por sus trajes de baño.

-Vamos chicas, no querrán participar con esos trajes todos aburridos, traje unos para ustedes- dijo la profesora Pandora arrojando los trajes a las chicas

Los nuevos trajes tenían la espalda descubierta, los tirantes que pasaban por los hombros se cruzaban en la espalda y se unían a la altura de la quinta costilla con la parte baja del traje, este a su vez tenía un corte de bikini que resaltaba en las chicas sus figuras, todas entraron a su respectivo vestidor y Tamara paso un rato mirándose en el espejo, hace un tiempo que no lo hacía y verse en ese hermoso traje color morado se hacía sentir excitada.

-Tamara, no olvides tu venda para las puntadas- dijo la profesora Pandora desde fuera

Tamara sacó de su mochila la venda de goma y se la puso encima de las puntadas, la venda era color rosa y combinaba perfectamente con su traje, pronto todas fueron boceadas por las bocinas y Tamara sacó rápidamente su gorro y se lo acomodó en la cabeza, luego los lentes de natación los acomodo en su frente, así, salió del vestidor siguiendo a las otras, todas parecían nerviosas, pero algo no estaba bien con Martha y Tamara lo noto.

-¿Qué ocurre Martha?-

-¿Recuerdas a mi prometido?-

-Si, ¿Él está bien?-

-Si y no, está bien, pero… no se lo digas a nadie, es un secreto… el pronombre no es “él”, es “ella”-

-Entonces…-

-Es mujer, mi familia ahora está en un conflicto con la de ella… y no sé cómo va a acabar esto… sabes… me siento engañada-

-No comprendo tus sentimientos, pero… suéltalos rescatando a esos muñecos-

-Eso hare-

Todas las chicas de todos los equipos se reunieron alrededor de la alberca, Tamara se asomó a esta y vio como el agua comenzaba a ser menos clara conforme aumentaba la profundidad, esa no era precisamente una buena noticia.

-¡Vamos Tamara!- gritó la general Astrid desde las gradas

Tamara giró la mirada y vio a la general Astrid, al general Garcia, su abuelo, su madre y Kassia viéndola desde las gradas, vio como Okuda se incorporaba y levantaba una cartulina con la leyenda “¡Vamos señoritas!”, Tamara golpeó con su codo a Martha y esta a su vez hizo que la presidenta y Hana voltearan la vista.

-Las reglas son sencillas, estos muñecos de goma serán hundidos por los ladrillos en sus pies, los tienen que sacar antes de que se ahoguen y sin lastimarlos mucho, dependiendo del tiempo y cuanto estén lastimados será su calificación, suerte escuela privada de señoritas.

Los muñecos de goma fueron posicionados arriba de la alberca y luego los soltaron haciendo que estos se hundiesen, las chicas se pusieron sus lentes y luego una bandera azul bajó y entonces las cuatro chicas se metieron al agua.

_Por tercera ley de newton, el agua las empujara hacia arriba si ustedes van hacia abajo, lo mismo para un golpe, dependiendo de cuanta fuerza apliquen, una de misma magnitud, pero de sentido contrario les golpeara a ustedes…_ sonó la voz de su abuelo en la cabeza de Tamara

Las cuatro chicas bajaron hasta lo más profundo de la alberca, vieron los cuatro rehenes y Tamara comenzó a idear un plan, los cuatro muñecos estaban amarrados a cuatro bloques de hormigón más pesados que los mismos muñecos, Tamara hizo una señal y todas las chicas comenzaron a desamarrar los bloques de cemento, sin embargo, los nudos parecían estar soldados a los propios muñecos, las chicas negaron con la cabeza mientras mostraban un poco de preocupación, Tamara busco entre la alberca algo que le pudiese ayudar y vio que los muñecos tenían ropa, ropa con bolsos, la presidenta también lo noto y rápidamente busco en estos, en uno encontró una navaja, corto la cuerda rápidamente y se llevó al hombro al muñeco dándole la navaja a Hana, esta hizo lo mismo y luego se la dio a Martha, Tamara se dio cuenta que no había tiempo para ella así que bajó hasta el bloque de hormigón y comenzó a cargarlo con una mano mientras que con la otra sostenía al muñeco, mientras que Martha liberaba a su muñeco, Tamara ya estaba subiendo con el suyo y el bloque de cemento, consiguieron sacar todos los muñecos antes de que los pulmones de estos se llenasen de agua.



#22443 en Novela romántica
#3843 en Chick lit

En el texto hay: lesbico, romance, preparatoria

Editado: 10.06.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.