Ciertamente el espejo en su casa no era lo suficientemente grande, no podía admirar bien la totalidad de su cuerpo, solo podía ver algunas heridas de bajó grado en su abdomen, brazos y también en su cuello, ese día se dio un baño más largo de lo habitual, no quería que le quedase el olor del hospital, y al día siguiente, regresar a la escuela, el general Garcia la fue a dejar junto a su madre.
-No te sobre esfuerces- le dijo su madre
-Y nada de club por al menos dos días- le dijo el general Garcia
-Si, lo sé, no hare esfuerzos ni más de ello-
-Excelente, que tengas un buen resto de la semana hija-
-Gracias madre, igual ustedes, cuídense-
Tamara bajó del auto y sacó un pequeño espejo de su mochila, miró su cabello ahora un poco más largo amarrado en una coleta y también su cicatriz en la nariz, en esta aun eras visibles las cicatrices por las puntadas.
-De verdad que es horrible- dijo y guardo el espejo para entrar a la escuela
Tamara caminó como en el primer día hasta el salón de clases, Zaida y Halle le saludaron y luego entró la profesora para la clase.
-¿Cómo sigues?- preguntó Halle mientras cortaba un trozo a su filete
-No lo sé- dijo con cierto desánimo sosteniendo su cabeza con una mano con su codo contra la mesa- mi madre le tuvo que hacer ajustes ayer al uniforme, y ahora tengo una camisa que me presto el general Garcia, la cicatriz en mi cara ciertamente es horrible-
-Valla, si quieres te podemos conseguir una camisa de tu talla, hay un club de costura, podrías ir a que te hagan una camisa- dijo Zaida mientras comía un poco de la ensalada
-No, no podría pagar una camisa-
-Tranquila, ellas lo hacen gratis, a eso se dedican, ¿No vas a comer?- preguntó Halle señalando el plato de Tamara
-No tengo hambre y tampoco puedo comer carne de res ni de cerdo, es todo tuyo- dijo dándole el plato a Halle
-¿De verdad una luchadora como tú no comerá?- preguntó una chica mayor sentándose a lado de Tamara
Otras chicas le acompañaban a ella y se sentaron a lado de Halle y Zaida.
-No tengo hambre- dijo en tono hostil- pero me comeré una barra energética- dijo sacando de su bolso una barra de la comida militar- perdón por preocuparte-
-Disculpa por ser tan maleducada, soy Anya, y vengo para reclutarte al club de lucha- dijo una chica alta, un poco musculosa, de cabello corto, de color negro y delgada
-Gracias, pero estoy feliz en el club de natación- dijo dándole un mordisco a la barra energética
-No, creo que no me estas entendiendo- dijo acercándose más a Tamara- no vine a preguntarte, vine a decirte que estarás en el club de lucha-
-Dios mío… creo que la que no entiende eres tú, estoy feliz en el club de natación- dijo y se puso de pie
Tamara estaba por comenzar a caminar a la salida del comedor cuando Anya le tomó por la cola que se había hecho.
-Escúchame, dejaras esa mierda lésbica del club de natación y te meterás al club de lucha, quieras o no-
-Tienes dos segundos para soltarme-
-¿O si no que?-
Tamara golpeó con su codo el abdomen de Anya, le tomó la mano para que soltase su cola y luego arrojarla hacia el suelo.
-Aclaremos las cosas- dijo Tamara mientras se ponía encima de Anya para inmovilizarla- te daré tres golpes- dijo cerrando su puño- este por intentar forzarme- dijo y golpeó el rostro de Anya por la derecha- este por usar mi orientación como un insulto- dijo y golpeó nuevamente el rostro de Anya, esta vez por la izquierda- y este para que te quede clara la lección- dijo y dio el último golpe en la nariz de Anya
Las otras dos chicas antes de poder reaccionar, las profesoras entraron a la cafetería deteniéndolas, tomaron a Anya y la levantaron para llevarla a la enfermería, Tamara solo acomodo su uniforme y volvió a sentarse a la mesa.
-Increíble, como en tu primer día, siento un deja vu- dijo Zaida mientras seguía comiendo
-¿Le quedara una cicatriz como a ti?- preguntó Halle terminando con su pure de papa
-No, solo se la rompí para que sangre, no para que se le corte, y si, desde que llegue en la mañana sentí que el primer día se repetía, solo que ahora la directora no me puede tocar-
-¿Por eso es que las profesoras no te han llevado a su oficina?- preguntó Zaida llevándose a la boca el ultimo trozo de filete
-Si, solo por eso-
-Sabes… creo que debo decírtelo, el padre de esa chica es un activo de alto rango del ejercito- dijo Halle mientras cambiaba el plato vacío por el que Tamara le dejo
-Estupendo, una enemiga más-
-¿Qué ocurrió con la otra chica del primer día?- preguntó Zaida intentando encontrar a la chica en el comedor
-No lo sé, espero que este bien-
-Creo que ya no estudia aquí- dijo Halle mientras comenzaba a cortar el filete
-¿Por qué lo dices?-
-Es de primer año, solo hay dos grupos, no está en el nuestro y en el otro tampoco la hemos visto, ¿Qué más puede ser?-
-Interesante- dijo y su mano tembló
-¿Estas bien?- preguntó Zaida un poco preocupada
-Si, lo estoy- dijo tomando su muñeca- creo que me iré al club de sastrería, espero que alguien me pueda hacer la camisa hoy mismo- dijo y se puso de pie
-¿No iras a clases?- preguntó Halle
-No creo poder escribir, hace mucho que no golpeaba a algo, y no me siento muy cómoda usando la camisa de un hombre-
-Entonces suerte- se despidió Zaida
Tamara se dirigió a la salida mientras miraba su mano.
-¿De verdad está bien?- preguntó Zaida a Halle
-No veo por qué no lo estaría… espera, golpeó a Anya por haber usado su orientación como insulto, ¿Tal vez sea eso lo que la puso mal?-
-Puede que sea eso, deberíamos de decirle a Kassia-
-No, esta vez no hay que intervenir, dejemos a Tamara arregle esto-
-¿Por qué?-