Parte 37: Un día no muy diferente de los otros

Tamara se despertó por la alarma que incrementaba su volumen cada diez segundos, se levantó de la cama sin muchos ánimos, caminó entre su habitación y abrió las cortinas para luego apagar la alarma, el sol de la mañana entró de lleno a su habitación iluminándola toda, arregló su cama y en eso golpeó al mesita a lado de esta tirando un marco con la foto de la boda de su madre y su padrastro, la levantó, acomodo y miró un poco antes de meterse al baño, miró su reflejo en el gran espejo pegado a la pared y prestó atención a su cicatriz en el brazo y en el rostro, el relieve se veía más suave, su largo cabello ahora le quedaba hasta la cintura, abrió la regadera y se dio una ducha rápida, lavó sus dientes, secó su cuerpo y luego su cabello, fue hasta su armario y sacó su uniforme para vestirlo, salió de su habitación y fue hasta la cocina donde en el vaso de la licuadora metió dos plátanos, leche y un poco de chocolate en polvo, molió todo y vacío el contenido en un termo que engancho a su cinturón, abrió uno de los cajones y sacó su arma para luego engancharla también a su cinturón, estaba por salir de casa cuando se encontró con su reflejo en uno de los espejos de la puerta, su uniforme azul le quedaba a la medida, se dio cuenta que le faltaba su placa, así que la sacó del bolso de su pantalón y se la coloco arriba del seno izquierdo, entonces salió de casa, caminó hasta su bicicleta y montó esta hasta la estación de policías donde la saludaron calurosamente, firmó su entrada y antes de subir a su patrulla, su compañera le hablo.

-Tamara, la comisaria quiere verte-

Tamara cerró la puerta de la patrulla y siguió a su compañera hasta la oficina de la comisaria.

-Aquí esta señora-

-Tamara, tengo dos noticias para ti, pero primero toma asiento- dijo una mujer de cabello amarrado en una coleta, al parecer alta y de busto y caderas grandes- una de las noticias es que tendrás una nueva compañera, y la…-

-Si ya se, Kenia se ira a la guerra, la vi firmando los papeles, ¿Dónde tengo que recoger a mi nueva compañera?-

-No es necesario, ella está aquí, posiblemente ya está en la patrulla esperando por usted-

-Gracias señora, suerte Kenia- dijo Tamara a su compañera y se puso de pie

-Tamara, eres nuestra mejor elemento, no quiero que te vayas claro, pero estoy segura que harás más cosas en Asia o España que patrullando las calles de la ciudad-

-Estoy bien señora, regresa de una pieza Kenia- dijo Tamara y luego Kenia le dio un abrazo

-Te extrañare Tamara- dijo mientras Tamara le regresaba el abrazo

-Yo también amiga-

Tamara se sentía un poco triste, luego de haber enterrado a más de diez de sus compañeras en lo que iba del año, no le quedaban lagrimas para llorar, así pues, soltó a su excompañera y salió de la oficina de la comisaria, caminó hasta el estacionamiento donde subió a la patrulla para encontrar a su nueva compañera a un lado.

-Soy…-

-Tamara… me alegro de que seas mi compañera-

Tamara giró la cabeza y en el asiento del copiloto encontró a Estefani.

-¿Estefani?, cuanto tiempo ha pasado, ¿Qué haces aquí?-

-Te sigo, entre a la academia de policías y conseguí graduarme, luego de no alcanzarte en la facultad de ciencias casi me doy por vencida-

-¿Fuiste a la facultad de ciencias?-

-Si, estudie la licenciatura cuando tú ya estabas en tu maestría, y estudie una maestría cuando te fuiste al doctorado, me entere que lo dejaste y te perdí el rastro, hasta que te vi como heroína de la nación el año pasado, estuviste en todos los periódicos-

-Si, el año pasado fue de los peores para mí, espera, tienes mucho que preguntarme, mejor pediremos el día espera- dijo y tomó la radio- central, aquí la sargenta Tamara, estoy teniendo algunos problemas de salud así que me retirare a casa, y ya que mi compañera no puede ir sola, recomendó que también al dejen irse-

-Está bien sargenta, las esperamos mañana-

-Gracias central- dijo y colgó la radio- ¿Quieres ir por una cerveza?-

-Me gustaría, ¿Te llevo?-

-Vámonos-

Tamara y Estefani salieron de la patrulla y subieron al auto de la última.

-¿No tienes auto?- preguntó mientras encendía el auto

-Tengo una bicicleta, detesto conducir-

-¿Deberíamos de irnos a cambiar primero?-

-Para nada, solo quítate la placa- dijo y se quitó su placa

-Dime, ¿Por qué dejaste la carrera?, escuche que tu método para resolver ecuaciones diferenciales parciales no lineales de orden superior analíticamente era revolucionario- dijo mientras conducía

-Bueno, me di cuenta que ese método no aportaba nada al mundo, menos a la duración de la guerra, así que decidí enlistarme en la policía-

-¿Por qué no al ejercito?-

-Se lo prometí a mi padre, a mi abuelo y a mi madre-

-Valla, y sin ir a la guerra has ganado el título de heroína de la nación-

-Créeme que no me llena de orgullo, gira aquí, hay un gran bar aquí-

-¿Y tu madre?-

-En un hospital psiquiátrico-

-Oh vall… espera ¿Qué?- preguntó y freno en secó haciendo que Tamara se golpeara en la caja de la bolsa de aire- dios, ¿Estas bien?-

-Si… bueno… mi padrastro fue llamado a la guerra, estaba en una base militar en África cuando los rusos bombardearon la zona- dijo y sangre de su nariz comenzó a salir

-Toma- dijo Estefani dándole un poco de papel a Tamara

-Gracias, así que cuando el cuerpo fue entregado, se le desató un cuadro de demencia, la intente cuidar, pero eso estaba más haya de mis habilidades en enfermería, así que la interne allí, y hasta hoy está mejor que cuando yo la cuidaba-

-Valla, ¿Y tu abuelo?-

-Murió hace algunos años por causas naturales… ¿Tienes una camisa que me prestes?-

-Claro, sal, en la cajuela tengo-

Ambas bajaron del auto y caminaron hasta la parte trasera de este, Estefani abrió la cajuela y sacó de una caja una camisa roja crema que le dio a Tamara.