Conspiración

Alberto II

Alberto II

El joven conducía con urgencia por las calles, sin preocuparse de las leyes de tránsito, lo unico que queria era llegar al hospital, para que los médicos pudieran tratar a Adriana, quien iba inconsciente en los asientos traseros del vehículo junto con Mónica, la mujer trataba de detener la hemorragia de la pierna de Adriana 

—¿ya estamos cerca?, no puedo hacer que el sangrado se detenga— dijo Mónica con urgencia en su voz

—falta poco, solo esperemos que no haya tráfico en las calles aledañas— respondió sin quitar la mirada del camino, sus nudillos estaban blancos a causa de la fuerza con la que sujetaba el volante, jamás había conducido con tanta urgencia en su vida, con excepción de una vez a los 15 años, cuando su madre había entrado en trabajo de parto, nadie de su familia sabía conducir y su padre estaba demasiado ebrio como para que le importara lo que pasaba, apenas llevaba días desde la primera vez que condujo, pero hizo a un lado su nerviosismo llevando a su madre con un médico, ahora trataba de hacer lo mismo, llegar pronto a su destino para salvar la vida de su compañera

—ya estamos cerca Adriana, resiste un poco más— decía la mujer a su compañera, Alberto continuó conduciendo por un par de minutos hasta llegar a su destino, rápidamente llamó a un doctor mientras que la mujer era trasladada dentro de las instalaciones por un par de camilleros, los dos agentes que la llevaron, al no poder ingresar con ella, se quedaron en la sala de espera

—espero este bien— pedía Mónica tomando asiento, se veía completamente agotada y sus manos estaban cubiertas de sangre 

—lo estará, quiero creer que ha estado en situaciones peores— dijo Alberto tratando de inyectarle verdad a sus palabras, aunque el mismo no estuviera seguro de lo que ocurriría —Oswaldo e Iván llegarán pronto—

—menos mal, por fortuna ellos pudieron escapar de los perseguidores— 

—definitivamente el sujeto que atrapamos está metido en el ataque, ¿de que otra forma esos perseguidores habrían puesto tanto empeño en sacarnos del camino?— señaló el menor del grupo tratando de controlar el temblor de sus manos, aunque la adrenalina aún era alta en su cuerpo

—solo espero que todo esto haya valido de algo— en ese momento llegaron a la sala Oswaldo y su compañero Iván, el primero se veia palido por la preocupación

—¿cómo está Adriana?— cuestionó con urgencia mirando a sus dos compañeros

—no lo sabemos, el doctor no ha dicho nada— respondió Mónica acercándose a Oswaldo queriendo colocar una de sus manos en el hombro del hombre, pero al recordar lo manchadas que estaban se conformó con sentarse a su lado, pasó casi una hora antes de que el doctor se dirigiera a ellos

—Christopher, ¿cómo está?— preguntó el líder de la investigación acercándose al doctor, quien se veía cansado, pero aliviado 

—perdió mucha sangre debido a la herida de su pierna, pero estará bien— declaró el médico con una ligera sonrisa —en parte fue gracias a lo rápido que la trajeron— 

—lo hiciste bien Alberto— susurro en su oído Iván además de darle un apretón en el hombro

—Adriana jamás había volcado un auto, ¿como fue que termino asi?— cuestionó el médico sin quitar la mirada de Oswaldo 

—conducía ebria— a respuesta de Oswaldo descolocó a sus compañeros quienes lo miraron sorprendidos, Christopher asintió con la cabeza antes de volver a hablar

—ahora está bajo los efectos de la anestesia, pero despertara en una horas y podrán verla— dicho esto se retiró para continuar con su trabajo, el mejor amigo de Adriana se dejó caer en una de las sillas aliviado de lo dicho por el doctor

—¿qué fue eso de conducir ebria?— preguntó Alberto confundido y molesto por las palabras del mayor

—nadie puede saber lo que nos ocurrio, sobre todo su familia, ademas si ellos se enteran de donde estábamos antes del accidente, mandaran a Adriana a prisión— 

—entiendo eso, pero no me parece que debamos decir eso— intervino Mónica mirandolo con severidad

—no es la primera vez que ella conduce en estado de ebriedad, por lo que no será difícil de creer, Christopher entiende eso, por lo que seguirá con la historia— explicaba Oswaldo tratando de que sus compañeros entendieran, Alberto ya no lo veía con molestia, comprendía las razones, para mentir, entre la amenaza de ir a prisión por haber estado en las carreras y el hecho de que el padre de Adriana supiera lo que han estado haciendo, cosa que podría causar que los mataran a todos

—¿llamaste a sus padres?— cuestionó Mónica, quien también ya se veía más tranquila, con esa mención, tanto Oswaldo como Iván se mostraron molestos

—lo hice, pero ahora mismo están en un viaje en el extranjero y no saben cuando volverán— dijo Iván —nosotros debemos continuar con la investigación, por lo que vendra alguien mas a cuidar de Adriana— Alberto estuvo a punto de preguntar por eso cuando se acercó a ellos el chico al que recién habían conocido en las carreras. Diego parecía haber corrido desde el lugar de las carreras hacia el hospital y se veía muy asustado

—¿cómo está?— preguntó dirigiéndose a Oswaldo

—Christopher dijo que estará bien, aún está inconsciente por la anestesia, pero despertará pronto— seguía hablando cuando Diego lo tomo bruscamente por las solapas de su camisa y lo levantaba de su silla



#23248 en Otros
#3616 en Acción
#3187 en Detective
#956 en Novela policíaca

En el texto hay: policias, romance, accion

Editado: 23.07.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.