Narra Sam.
Estamos a un día de nuestra graduación, Ben y Matt no pudieron venir a Miami y por eso nos sentimos un poquito acongojados. Estamos Chris, los trillizos y Jack en la playa como esas veces en las que nos escapábamos, sólo que ahora ya no estamos de rebeldes.
Vemos como se oculta el sol, un atardecer hermoso, que veremos antes de ir a hacer nuestras vidas a New York, pues tenemos en cuenta que Miami y New York son muy distintos y vamos a pasar de una vida a otra.
Nuestros celulares suenan simultáneamente y todos nos quedamos mirando con miedo porque nada bueno puede salir de eso.
Número desconocido.
Y acompañado de un video, un mensaje.
“Aún está con vida, ojalá pudiera pasar la graduación con ustedes. Lástima no sea así”
Vemos el video en un solo celular, de manera que nos quedamos abrazados. No puedo creer el estado en el que está mi amiga. Casi ni siquiera es ella, no se ve como la misma de siempre.
Narra Ben.
Las últimas cosas ya las he podido aclarar, pero necesito la opinión de nuestro experto en seguridad y mi compañero de investigación.
─Matt ─ lo llamo por la radio que utiliza para así estar comunicado con todos los guardias ─ ven a mi sector.
A los 7 minutos Matt llega transpirado, de seguro estaba entrenando y se vino corriendo, en siete minutos no se alcanza a subir de un piso a otro.
─ ¿Viste el video? ─ me pregunta apenas llega.
─Sobre eso quiero hablar, está en Chicago, en casa de Jack ─ le digo.
─ ¿Pero no lo habías descartado la vez pasada por lo que te dijo la de bienes y raíces?
─Sí, pero no lo descargué porque no tenía los papeles. Ahora tengo todo.
─ ¿Cómo? No entiendo, Ben habla en mis palabras.
Le explico todo lo que hice e investigué para dar con el paradero de Liz, tengo que hacerlo de manera calmada para que él entienda de una vez por todas, pues no es muy inteligente a veces.
─ ¿Qué esperamos para ir? ─ me pregunta ─ vamos ahora, no puede seguir así. Sophie está con mi prima, no hay problema.
Salgo de mis computadoras y servidores para que nadie pueda encontrar lo que hice. Busco mis cosas mientras que Matt va por las suyas, nos encontramos en la salida y corriendo dejamos atrás el edificio.
─Al aeropuerto ─ me dice Matt conduciendo.
Busco el primer vuelo a Chicago y compro los pasajes, suerte que no fuimos a la graduación de los chicos, sino no podríamos hacer esto. Aunque igual obvio desearíamos haber ido, pero esta semana tenemos muchas reuniones antes de que ellos lleguen entonces teníamos que dejar todo listo en las oficinas y por eso nos quedamos acá, sólo que ahora nosotros vamos a volar a Chicago para el rescate.
Llegamos al aeropuerto pasando como si nada, pues igual tenemos algunos privilegios ya que justo estamos trabajando con una de las aerolíneas, exactamente en la que nos vamos a ir. Llegamos justo para abordar el avión.
─ ¿Cómo haremos para sacarla de Chicago sin que la descubran por el apellido? ─ pregunta Matt. No había pensado en eso.
Pienso.
Pienso.
Pienso.
Sigo pensando.
─Se tiene que casar, es lo más rápido ─ dice Matt ─ no puede ser con nosotros, hay que conseguir a alguien.
Claro, la primera cosa que se ocurre es esa, pero tampoco le puedo discutir porque a mí tampoco se me ocurre algo más rápido o así. Entonces busco con quien la podríamos casar y a un abogado que nos haga las cosas más simples.
─Mi primo, está en Chicago no hay problema y tengo un tío que es abogado, listo, problema resuelto – enciendo mi laptop y comienzo a comunicarme con todos.
─Ok, vamos a rescatarla – dice Matt cerrando los ojos y suspirando.
Narra Chris.
Es el día de la graduación y ninguno tiene es sonrisa brillante como pensábamos o con la que todos soñamos durante años, por el contrario, nosotros tenemos los ojos hinchados y rojizos a consecuencia de haber llorado casi toda la noche, porque sí, estuvimos todos juntos, dormimos juntos en la habitación de Liz. Estamos todos por ingresar a el Instituto.
─No me perdería la graduación del enano ─ llegó Mary, por más que no crea lo de Liz, igual la extrañaba y pensaba que no vendría.
Viene con Albert y sus suegros. Nunca pensé que ella llegaría así, suelto la mano de Sam cuando ella suelta a su novio, corremos y salta a mis brazos. Estamos haciendo tremendo espectáculo, sobre todo porque no nos soltamos y a ella le corren lágrimas pidiéndome perdón.
─No importa, yo igual te traté mal y no correspondía.
─Te amo, enano.
─Ya no seré el más pequeño – la suelto, pero aun así la abrazo y señalo el vientre de mi mamá que apenas se nota.
Mary no sabía nada de esto porque no contestaba las llamadas. Frunce el ceño y me mira casi como pidiéndome una explicación.
─Tendremos un hermano o hermana, aún no sabemos.
─ ¿De verdad?
Mi papá asiente y sonríe como un niño al que le dan dulces. Aún recuerdo ese día en el que todos pasamos al ginecólogo para que vea a mi mamá. Fue muy divertido, sobre todo porque yo no entendía ni madres de lo que aparecía en la pantalla y los demás todos miraban encantados todas esas manchas.
Luego de hablar un buen rato y todo saludar a todos, decidimos que es momento de ingresar al salón donde será la ceremonia.
Narra Matt.
A penas aterrizamos en Chicago, salimos del avión y por suerte no llevamos nada más que nuestra presencia porque hay que hacer todo lo más rápido posible. Llegamos a la salida y ahí nos esperan William, el primo de Ben, también su tío, el abogado. Tenemos todo listo y preparado para solo sacar a Liz de Chicago. No entiendo cómo, pero Ben y su tío ya la casaron asique su nombre es Elizabeth Efron.
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Editado: 17.07.2022