Narra Liz
Es víspera de año nuevo. Estoy saliendo de mi departamento, mis padres compraron una casa en New York, por lo cual ahora vamos a celebrar ahí el año nuevo, voy un poco mareada ya que como hoy es 31 de diciembre están de cumpleaños los trillizos, empezamos a beber desde antes. Voy con un vestido color vino, tacones negros y el pelo solo recogido en el frente, así no llega a mi cara.
─Will conduce tu ─ no puedo manejar.
─Bueno ─ rueda los ojos.
Nos vamos en su auto porque el prometió que no iba a beber para llevar una vida saludable como corresponde. En menos de 30 minutos llegamos, pero sólo porque se acostumbró a conducir igual que Dominic Toreto. Bajo del auto a penas se detiene, mi mamá aparece en la puerta.
─Liz ─ mi mamá me recibe con un abrazo.
─Mary no vendrá ─ dice mi papá. Mi mamá suspira.
A Mary no la hemos visto desde lo que pasó en Miami, igual los chicos la han visto en la empresa, pero aparte de eso, nada. Mis padres se empeñan en volver a comunicarse con ella, pero Maritza se niega a responder los mensajes o así, pero por suerte se pueden comunicar con Albert para saber un poco más sobre ella y lo que es de su vida.
─Vamos pasen ─ mamá me adentra a la casa.
─ ¿El pequeño? ─ pregunto por David, quien tiene 2 meses de nacido.
─Sam está con él, en el living – dicen despreocupados.
─ ¿Los chicos? ─ pregunta Will.
─En el bar están todos – William se va con ellos, pues ya son amigos.
─Y ¿Sophie? – pregunto por mi enana ya que no la he visto en 4 días.
─Con Jenny en la cocina.
Voy a saludar a los chicos, aunque nos vimos hace menos de 3 horas, pero da igual porque tienen que saber que ya llegué.
─Hola princesa.
─ ¡Pero esa belleza!
─ ¡Preciosa!
─ ¡Te hago un hijo!
Entre otros halagos fueron los que recibí, esos chicos están realmente mal de la cabeza, pero sobre todo Cam que sigue ebrio, al parecer no le sirvió la ducha de agua helada.
─Hi, ya me voy ─ les lanzo un beso en el aire.
Voy a la cocina a saludar a Sophie y a Jenny.
─Hola princesa ─ dejo mis labios marcados en la mejilla de Sophie ─ Jenny ─ la abrazo y le quito una copa con vino blanco.
─Liz, no puedes beber ─ le restó importancia y me voy.
No puedo beber porque tengo que tomar unas pastillas que son tipo complementos de calcio y el doctor dijo que no podía beber vino, pero hoy será la excepción. Llego al living y veo a mis padres con Sam y el bebé.
─La empresa está muy bien, yo creo que la saben manejar y en Julio, si es que Liz consigue pasar el grado podríamos anunciar, que desde ese entonces solo ustedes van a dirigirla ─ dice mi papá.
─Es mucha responsabilidad ─ dice Sam, ella aún no está muy segura.
─Confío en que podrán, son un gran equipo, después de todo tienen amor, respeto, confianza y sinceridad, encontraron a Liz y la saben cuidar.
─Podremos amiga, no te preocupes ─ llego junto a ellos.
Mi papá me quita la copa y bebe todo el contenido. Lo miro mal porque era Mi copa.
─Papá, era mío ─ le digo.
─Ya no está ─ se va al bar riendo como un niño chico. Mamá mueve la cabeza.
Miro a Sam, está estupenda como siempre, mi amiga no puede ser más sexy o eso creo porque simplemente es perfecta.
─El sexo hace tener buen cuerpo ¿No es así? ─ le pregunto y esta se atraganta con el jugo que estaba bebiendo.
─Dime tú ─ responde mamá con una media sonrisa.
Hago como que lo pienso y respondo.
─Sí.
Noto que todos tenemos las mismas cadenas, de hecho, Mary también tenía una, esto sólo es obra de mi papá y creo que es un gesto muy bonito, todos la tenemos y significa que estamos juntos.
─Hola pequeñito ─ tomo en brazos a David ─ ¿Me extrañabas? ¿Sí? Si me extrañabas, así como yo.
Le doy besos en su rostro y el ríe. Amo a los bebés, de hecho, siempre he tenido buena llegada con los niños, pero no creo que, si tuviera uno mío, sería lo mismo. No tengo instinto materno.
─Vamos que la cena está servida ─ dice mamá.
Vamos al comedor, la mesa es para veinte personas. Cabemos todos. Somos 15 con el bebé. Me siento al lado de Sam y Will, con David en las piernas, aunque mis padres me miran mal.
─Liz, deja a David en su silla ─ me dice papá.
─No, él quiere estar conmigo ─ David ríe y papá niega con la cabeza divertido.
Cenamos, está vez si me puedo tomar la copa de vino. Cuando faltan 5 minutos para media noche, salimos al jardín, con las copas de champagne en la mano. Yo llevo la copa y a David en brazos.
─No voy a decir nada, porque voy a llorar, solo diré que son la mejor familia del mundo. Los quiero, me hacen muy feliz ─ dice papá.
Estamos todos en círculo.
─¡¡10!! ─ comienza Cam, que era el que se fijaba de la hora, nosotros le seguimos ─ ¡¡9!!, ¡¡8!!, ¡¡7!!, ¡¡6!!, ¡¡5!!, ¡¡4!!, ¡¡3!!, ¡¡2!!, ¡¡1!!, 0. Feliz año nuevo familia.
Gritamos todos. Pensé que David se asustaría, pero fue todo lo contrario, se río.
***
Una semana después.
***
Narra Sam
Entro al edificio donde trabajo, subo en el elevador, camino a mi oficina y Kristen, mi secretaria, rápidamente se une a mí y me informa todo lo que hay para hoy.
─Se me olvidaba, la esperan en la oficina de presidencia ─ me informa lo último.
─Voy ─ cambio dirección.
─Señorita Lohan, la están esperando, solo ingrese ─ me dice Olivia.
─Gracias ─ le sonrío.
Me adentro a la oficina.
─Hola amiga ─ me saluda Liz, desde su asiento del escritorio.
─Hola Liz ─ la saludo divertida.
─Vaya atuendo – me mira de pies a cabeza.
Llevo un vestido blanco que se ajusta a mi cuerpo hasta los muslos, un cinturón negro y el escote no es tan profundo, combina con mis zapatos de tacón negros. También mi cartera negra. Nada igual a lo de antes o lo que llevo cuando no estoy en el trabajo.
#4140 en Novela romántica
#431 en Thriller
amor desilusion encuentros inesperados, mentiras dolor secretos, amistad amor traicin drama romance humor
Editado: 17.07.2022