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Kyo
He oido toda mi vida hablar sobre el amor, aquel que te arrebata el alma, que te cuida y protege, junto con quitarte el aliento. Pero en mi vida lo he experimentado muy poco, nací en una familia un poco inestable, mi madre nos dejo cuando éramos pequeños, para formar otra familia "ya que nosotros no éramos lo suficientes para ella". Su hermana y mi padre se hicieron cargo de mi y Elizabeth, mi pequeña hermana de ese entonces. A los 10 años supe que me quería dedicar al Surf, amaba el agua, la adrenalina, y la sensación de victoria, pero mis notas y personalidad no eran muy buenas para que mi padre o tía quisieran pagarme las clases o siquiera una tabla.
Tenia muy pocos amigos en mi infancia, mi personalidad no era muy agradable, solía ser muy rebelde, y pensar que estaban todos en mi contra, que todos me odiaban o tenían la cupa de que mi madre ya no estuviera. Cuando Elizabeth cumplió los 15 años enfermo, comenzó a padecer una rara enfermedad que fue casi imposible de detectar y murió. Mi vida tomo un giro demasiado grande y me volví un extrovertido en todo el significado, tuve muchos amigos, y me volví uno de los surfistas mas destacados de Indonesia. A los 17 años ya lo había perdido todo, o eso creía, mi padre me enseño a ver las cosas buenas de la vida, descubrir que incluso si no sale el sol, el calor de este se puede sentir, que en un día tormentoso la lluvia puede parar, o que puedes bailar bajo esta y disfrutar de un hermoso día de lluvia. Y es ahí donde entra mi raro encuentro con Cassiedie, esa pequeña idiota sábelo todo, desde el día que la conocí sentí como si estuviera en casa, como si me hubieran devuelto el aliento de aquel día que mi hermana murió, y es obvio que estos amores no se pueden comparar, pero el sentimiento de hogar jamás me lo quitara.
Una de mis cantantes favoritas explica muy bien como me siento al respecto ante las cosas, y así es como se siente, la conocí el momento correcto. Viviendo en una pelicula que vi, y es gracioso porque no pudo haberlo adivinado.
El que su padre haya fallecido abrió algunas heridas en mi, cosas que jamás había contado y era momento de hacerlo.
—¿Estas despierta nusnus?.
Ella se movió y se aferro aun mas a mi brazo, su mejilla cálida y su cabellera negra se movían con la brisa.
—Quizás es más fácil contarlo si duermes—reí— Hace unos años tuve una hermana y la perdí, me dolió mucho, pero mi padre me enseño como vivir con eso, y eso pretendo hacer para ti, estaremos bien.
—Ya descubrí porque le gustas a Mack-murmuro— Estaremos bien.
—De que hablas idiota, te abro mi corazón y solo dices eso.
Ella se levantó y miró seriamente -Discúlpame, la muerte aún me pone tensa.
—No debí llamarte idiota —ella negó —Ven aquí— dije abrazándola.
—¿Qué quieres hacer para tu cumpleaños? es en dos días.
—Quedarme aquí.
—Ven -tome su mano y le puse zapatos.
Ambos caminamos fuera de la carpa y ella pudo tomar una pequeña casita con la foto de su padre y flores. Volteo a verme sin dejar de llorar y la abrace.
—Como lo dije antes, estaremos bien, quiero acompañarte en todo.
—Gracias.
Ella comenzó a mover sus manos con las mías y sonrió.
—Tengo una idea, no te muevas.
Vi como corría a la carpa donde pasamos la noche y con ella traía su teléfono. Y de pronto comenzaba a sonar "Feels Like", ella tomó mis manos de nuevo y las movía como si intentará bailar junto a mi, le seguí el paso y comenzamos a saltar mientras reíamos, ambos nos movíamos alegres por la música.
Me sentía en el cielo.
Ambos nos sentamos en el pasto y comenzamos hablar.
—¿Cómo se llamaba tu hermana?.
—Elizabeth.
—Que bello nombre.
—Estoy seguro que le hubiera gustado conocerte, era obstinada como tú, quizás por eso no me caías bien.
—Eso pasaba porque eras un idiota Kyo Dylan.
La mire sonreír, y algo en mi corazón se removió.
—¿Me contarás más de ti?.
—Si— sonreí— Mi madre se llama Betty y mi padre James, mi padre es el coreano, y mi madre era la Estadounidense —reí— De ahí el nombre tan raro.
—Ahora entiendo mucho— dijo riendo.
—No te rías boba— dije molesto— Mi hermana falleció cuando tenia 17 años, y ella apenas 15, jamás me quisieron contar que fue lo que en realidad pasó, siempre me decían que era muy joven para saber todo.
—¿Tu padre se llama James Dylan?.
—Si, ¿Por que?
Ella miró a la nada, quizás pensando, pero parecía que se había perdido un poco.
—¿Estas bien?.
—Quizás nuestros padres se conocen.
—Tu madre es conocida en todos lados—reí.
—¿Tu tía se llama Inez?.