ALEXANDER

Cuando la canción terminó di un paso hacia atrás para mirar a Emily y ella sonreía.

–No soy tan malo bailando, ¿cierto nena?– ella arrugó la cara y yo la miré fijamente hasta que cedió.

–Puede que seas mejor de lo que pensé.– sonreí satisfecho.

Reímos y platicamos mientras nos dirigimos al centro del salón y estaba tan concentrado en eso que ni siquiera había notado lo diferente que se veía Emily hoy.

–Por cierto Emm, ¿qué te pasó?– pregunté y ella me miró confundida –lo digo por ese vestido...es muy diferente.–

–Es feo, ¿cierto?– negué con la cabeza mientras la recorría con la mirada.

–Para nada, princesa, pero es demasiado llamativo para ti.– seguía mirándome extrañada y yo solo sonreí –no arrugues tanto la cara, te vas a quedar así.–

–Suenas a mi mamá.– contestó riendo y giré los ojos.

–Yo solo me aseguro de que mi futura novia esté bien.– dije encogiéndome de hombros mientras ella se sonrojaba.

–¿Tu futura qué?– contestó confundida.

–Lo que escuchaste, sorda.–

–Eres un tonto...–

–Pues es tu culpa, gremlin– la interrumpí

–Y además estás demasiado seguro– me confundió y aún más confuso fue verla acercarse a donde ponían la música del lugar y subir a un banco que había cerca. –Chicos, es hora de cerrar.– anunció y los chicos a los lados de las puertas las cerraron como si lo hicieran siempre, mientras que el chico que ponía música cambió el vals por algo más movido.

–¡Qué demonios haces loca?– pregunté mientras la ayudaba a bajar y ella corría al centro del lugar con el resto de invitados, todos parecían ser de nuestra edad, peor aún, ella parecía conocerlos por que al verla llegar sonreían.

–Ven, no seas aburrido.– empezó a bailar con la música que tenían de fondo y yo solo pude verla mientras lo hacía.

–¿Qué es esto?–

–Oh vamos tonto, ¿acaso creías que mi único amigo era Gregory? Por favor, vivo en este tipo de fiestas desde que tengo memoria y ellos también, necesitábamos divertirnos de alguna manera.– contestó muy tranquila.

–Vale, pero ven aquí.– dije acercándome a ella y quitándome el saco para ponerlo sobre sus hombros.– es por si te da frío gremlin, no quiero que te enfermes.–

–Que exagerado eres, además no tienes que cuidarme, puedo hacerlo sola.– declaró regresándome el saco.

–Eres una terca–

–Y tú creías que sería fácil, cariño– dijo antes de perderse entre la multitud.

–Mierda, esta niña me va a volver loco– murmuré entre dientes mientras la buscaba escuchando solo sus risas. –Me rindo gremlin, ¿dónde estás?– nadie contestó y las risas cesaron, de pronto escuché algo detrás de mí y sentí unas pequeñas manos posarse en mis ojos. –Que infantil eres Emm.–

–Calla idiota, te divertiste.– dijo destapando mis ojos y girando los suyos, yo sonreí.

–Tienes razón niña.– acepté y ella sonrió también.

–¿Seguimos bailando? ¿O debo buscar otra pareja?– preguntó y yo le agarré la mano.

–Ven acá gremlin, soy nuevo, no sería educado de tu parte dejarme solo a media fiesta, ¿cierto?– ella asintió

–Supongo que es cierto– agarró dos bebidas de las que llevaba un chico que pasaba con unas bandejas –toma – dijo ofreciéndome una y la acepté –por cierto, hay una cosa que no terminé de entender la última vez que estuvimos juntos.–

–¿Qué fue nena?–

–Pues...– se acercó a mí y se empezó a sonrojar – olvídalo, no es nada– añadió casi en un suspiro empezando a alejarse, pero antes de que se fuera me acerqué yo y la besé.

–¿Era eso?– ella asintió y sonreímos.

El resto de la fiesta lo pasamos tomados de las manos bromeando y bailando con los chicos y chicas del lugar, al menos hasta la hora de la cena.

Nos llamaron a ella y a mí al comedor principal y me llevó hasta el lugar mientras bromeábamos de lo mal que quedaban los demás adultos al hablar de lo serios que eran sus hijos cuando en el salón pasaba lo que estaba pasando.

Llegamos al comedor y cuando la puerta se abrió, todas las miradas fueron directamente a Emily y a mí, bueno, eso y nuestras manos entrelazadas.