Continuación de un romance

Capítulo 10

Victor y Adriana se conocieron a los siete años una tarde después de salir de la escuela.

En esos tiempos el juego de las escondidas era una novedad, por lo que todos los niños ansiaban reunirse a unas cuadras de la escuela, donde un jardín tan grande les permitía jugar con libertad.

Victor fue quien atrapó a Adriana. Adriana se molestó tiernamente cuando Victor la descubrió en su escondite, entonces Victor fingió que no la había visto y siguió buscando a los demás niños.

Después de ese día, ambos se hicieron amigos. Adriana le agradeció que no la delatara, pues gracias a él, ella había ganado el juego.

Victor la acompañó a su casa y ella le estrechó la mano en señal de agradecimiento.

Victor volvió a su casa con la sonrisa más grande. Manuela lo vio con sorpresa, pues él no solía sonreír cuando estaba en casa.

—¿Qué hiciste? —Preguntó fingiendo estar enfadada.

—Me enamoré. —Dijo con su tierna voz pretendiendo ser un adulto serio.

Manuela creyó que estaba jugando. Pero confirmó que estaba equivocada un par de años más tarde, cuando Victor cumplió quince años.

Durante los primeros cinco años que transcurrieron desde que Victor y Adriana se conocieron, fueron buenos amigos. Hasta que Victor le confesó que estaba enamorado de ella, y Adriana le dijo que sus sentimientos por él eran recíprocos.

Después se volvieron novios, pero no le dijeron a nadie, ni siquiera a sus amigos. Era un secreto entre ambos, y lo atesoraban como una madre a su hijo recién nacido.

En el ambiente dónde estaban creciendo, los prejuicios predominaban. Ninguna relación romántica entre adolescentes estaba bien vista, y Victor sabía que Manuela lo obligaría a alejarse de Adriana si se llegara a enterar.

Entonces él fingía que odiaba a Adriana cuando había personas alrededor.

No la insultaba, solo se iba cuando ella aparecía mientras hacía gestos y murmuraba palabras de disgusto.

Adriana se reía al ver la reacción aprobativa de todos los demás, y disfrutaba de engañarlos fingiendo que no amaba a Victor.

Era en las noches cuando ambos se reunían en el jardín dónde solían jugar a las escondidas, y hablaban por horas hasta que llegaba el amanecer.

Victor era el mayor admirador de Adriana. Cuando cumplieron catorce años, sus pláticas evolucionaron. Pasaron de charlar sobre los regaños de sus padres, de sus maestros y de sus pesadillas, a hablar sobre sus metas en la vida.

Adriana le contó a Victor que quería dedicarse a mentirle a la gente a través de historias.

—¿Quieres ser escritora?

—No, quiero ser quien me cuenta historias cuándo me voy a dormir.

Victor no entendió a lo que Adriana se refería, pero nunca olvidó las palabras exactas que ella dijo.

Victor, por su parte, quería contemplar a Adriana por siempre, ese era su sueño; verla cada día hasta la muerte.

Todo cambió en el cumpleaños quince de Victor, pues él se fugó de la fiesta que le habían preparado sus padres en casa para ir a ver a Adriana. Manuela salió enfurecida a buscarlo cuando se dio cuenta que no estaba.

Entonces lo encontró en el jardín junto a Adriana. Victor sujetaba su mano mientras la escuchaba hablar.

Manuela le gritó tan fuerte que ambos saltaron del susto. Manuela entonces abofeteó a Victor y le dijo a Adriana que no se volviera a acercar a su hijo.

Luego se llevó a Victor, pero tras seguir enfurecida por aquel suceso, decidió llevárselo del pueblo para que nunca se volvieran a ver.

Pero Victor amaba tremendamente a Adriana, por lo que no le importó nada más y se escapó de su nueva casa para ir a buscarla.

Cuando la encontró, la convenció de escaparse juntos, y por varios años, nadie supo nada de ellos. En ese tiempo ambos habían crecido y se habían vuelto una pareja estable, y llegado el conocimiento de lo que era una familia, Adriana se enteró que estaba embarazada.

Victor se puso tan feliz que se olvidó de que Manuela los había separado y ambos fueron a decirle que se convertiría en abuela.

Manuela se alegró de volver a ver a su hijo, pero durante todo ese tiempo, supo que él estaba con Adriana, por lo que generó el peor de los odios hacia ella.

Cuando Ingrid nació, la abuela le arrebató a su hija de las manos y se llevó a la bebé lejos de ella y de Victor.

Adriana entró en el peor momento de su vida, y Victor no se detuvo hasta que las encontró.

—¿Porqué te llevaste a mi hija? —Le gritó cuando la vio paseando por la calle, al tiempo que le quitó a la bebé de los brazos.

—¿Creías que no ibas a pagar el haberme dejado sin saber de ti tantos años solo para irte tras esa estúpida?

Victor no pudo creer que su madre le hablara de esa forma, por lo que se fue sin responer nada.

Pero la abuela no se detendría. Entonces envió a varios hombres para que desaparecieran a Adriana y después le hizo creer a Victor que ella lo había abandonado.

La abuela sostuvo a su hijo mientras él lloraba, y lo vio sufrir por la ausencia de Adriana de la misma forma que habría de sostener a Ingrid muchos años más tarde. La abuela sintió el dolor de Victor, pero no cedió ante el sufrimiento de su hijo.

Para Victor, el perder a Adriana equivalía a perder la vida. Victor fue un gran padre mientras pudo, pues amaba a Ingrid más que a nada. Pero su corazón roto ya no podía resistirse más.

Fernando se enteró de lo que Manuela le había hecho a Adriana cuando la vio hablando con uno de los secuestradores que contrató, y tras no lograr hacerla confesar, él mismo fue a decirle a Victor la verdad.

Victor fue a enfrentar a su madre y a obligarla a que dijera dónde estaba Adriana, pero ella fríamente negó todo.

—Quizá esté con otro hombre ahora mismo. —Dijo entre carcajadas.

Victor se volvió loco y decidió ir a buscarla, convencido de que no volvería hasta encontrarla.

Entonces dejó a Ingrid con Fernando y partió.

Unas semanas después, Fernando se enteró que Victor había sido asesinado. Afortunadamente, encontró a Adriana, pero al tratar de regresar con Ingrid y Fernando, los secuestradores los atraparon. Intentaron llevarse a Adriana de nuevo, pero Victor la defendió y los hombres lo acuchillaron hasta que murió.



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En el texto hay: misterio drama

Editado: 12.05.2024

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