Me levanto debido a los gritos de mi mejor amiga, sé que me he pasado por 30 minutos desde que sonó la alarma, pero tampoco es para que sea tan exagerada.
Paso al baño y me doy una ducha completamente deliciosa, salgo envuelta en una toalla y el día está muy lindo, por lo tanto, elijo un kimono color agua con estampado de flores blancas para hoy, tacones blancos y una chaqueta blanca. Me ato el cabello en una cola de caballo y me maquillo simplemente.
─¿Me puedes explicar eso? ─ inquiere Kendall a penas llego a la cocina.
Me señala la televisión donde aparecemos con Alessandro, en ningún momento se puede ver claramente mi rostro y eso sólo porque el Italiano se asegura de cubrir mi rostro todo el tiempo.
─No me veo ─ digo rodando los ojos.
─Lo besaste ─ me acusa y me pasa una taza de café.
─Si, pero no fue nada. Además, se supone que estamos casados.
─No se supone, están casados ─ le quito su tostada con aguacate y me la desayuno.
─En ese caso, no hay problema con que lo bese.
Me encojo de hombros y suena el timbre, miro mi anillo y lo acomodo mientras que camino para ir a recibir a quien sea que venga. Abro la puerta y veo a mi mamá sonriendo, abro los ojos viéndole sorprendida, no me esperaba que fuera ella.
─Tu hermana me dijo que estas en televisión y me dije ¿Por qué no me dice ella la razón por la cual aparece besando a otro chico cuando hace 6 semanas terminó con su novio de toda la vida? ─ entra y camina hacia la cocina mientras yo la sigo.
─Bruce no era el novio de toda mi vida. Además, no puedes asegurar que sea yo ─ se sienta al lado de Kendall.
─Lo mismo pensé, pero tu casa la conozco ─ dice mirando mi anillo ─ y el anillo es el mismo.
─Bien, no te lo puedo negar. Pero hasta donde yo sé, soy mayor de edad y puedo hacer de mi vida lo que yo quiera sin darle una explicación a nadie.
─En 2 semanas llega tu hermana y ya se que tienes que ir a ese evento, pero ella va a estar por toda una semana y no creo que durante esas semanas estés por allá.
Suena mi celular cuando le voy a responder, lo saco del bolsillo y veo que es Alessandro, Kendall me mira y sonríe por como frunzo el ceño, justo llama en el peor momento.
─Hola.
─Por suerte ahora no rompiste mi corazón.
─No entiendo – digo frunciendo el ceño.
─Guardaste mi número o tal vez ya te lo aprendiste y por eso sabes que soy yo.
─Puede que sea cualquiera de las dos ¿Vamos a cenar a la noche?
─De hecho por eso te llamaba, a la noche no podré porque tengo una reunión de vídeo conferencia con un socio de Alemania. Así que ¿Te parece ir a almorzar conmigo?
─Al medio día tengo una reunión con mi abogada, pero si quieres vamos luego de eso.
─¿Te parece si me pasas a buscar a mi trabajo?
─¿Quieres que yo conduzca?
─No, en realidad es porque Mariano vino a buscar mi Jeep para arreglarle no se que cosa y no tengo auto ─ escucho su risita y sonrío.
─Bueno, yo te paso a buscar. Oye ¿Le puedo decir la verdad a mi familia?
─Sí, pero asegúrate de que no vayan a decir nada.
─Ok, gracias.
─Si, no hay problema. Entonces quedamos en que me vienes a buscar.
─Yo te aviso cuando termine mi reunión.
─Claro. Te amo.
─Te odio.
─Algún día dirás que me amas, amore mío.
Corto la llamada y mi mamá sigue hablando con Kendall, llamo su atención y me mira pidiendo alguna respuesta.
─A la noche voy a casa y te contaré todo a ti a papá y al enano ─ corto la conversación porque llegan a tocar el timbre.
Voy a ver y son los chicos que van a estar trabajando en la remodelación de nuestra oficina, esto va a ser una locura durante algunas semanas. Pasan de inmediato a trabajar y yo pues tomo mis cosas para hacer lo mismo.
Me despido de mi madre y de Kendall que van a estar trabajando en todo lo que es la remodelación de la oficina y en las preguntas para que se pueda contratar a dos chicas que nos ayuden en este trabajo.
Me subo a mi auto, el Z4 porque le quiero tomar por sorpresa. Me cruzo el cinturón de seguridad y sonrío involuntariamente pensando en lo que me podría decir. Enciendo el auto y conduzco tranquilamente hasta la empresa de Sam, allá mismo están trabajando los abogados en un piso hasta que se consigan un edificio.
Llego a la empresa, estaciono en un parking habilitado y bajo tranquilamente dejando mi auto en el resguardo de los guardias del edificio. Entro y varios me sonríen, por casualidad veo al novio de Sam saliendo del ascensor.
─Hola ¿Vas a ver a Sam?
─Sí.
─Pasa.
Entro al ascensor y marco el último piso, al llegar su secretaria me deja pasar de inmediato. Me encuentro con Sam retocando su maquillaje, sonríe al verme.
─Estás casada con Alessandro – dice para luego reír.
─Fue una confusión por los contratos.
─Para que aprendas a leer todo antes de firmar, uno nunca sabe con la letra chica.
─No te burles de mi – pido sentándome en su silla.
─¿Vienes para hablar con Maya y Kris?
─Sí.
─Nunca pensé que te llegarías a casar, mucho menos que llegarías a cumplir con esa apuesta – se burla de mi.
Suena mi celular y veo que es Maya, por lo cual me retiro de su oficina y me voy al piso donde están Kris y los demás abogados que acá trabajan.
Maya es morena de ojos verdes y algo pasadita de peso pero es muy linda. Me saluda amablemente sin molestarle que tiene que trabajar conmigo que seré tipo su cliente.
Llevamos una reunión muy relajada y armónica, hasta que llega Kris y seguimos con temas más fuertes. Por último, pasamos a mi matrimonio y todas firmamos un contrato de confidencialidad, por supuesto la rubia se ríe de mis desgracias.
Terminada la reunión y ya con todo listo me voy a mi auto, pago por el parking y le marco a Alessandro antes de poner el auto en marcha.
#4174 en Novela romántica
#1218 en Chick lit
bodas no deseadas, contratos dinero y fama, amor decisiones dolorosas
Editado: 21.05.2022