Hannah
Un último gemido sale de su boca y llena mi interior de un líquido caliente y viscoso.
No me muevo en lo absoluto, solo lloro en silencio por el ardor y dolor en mi cuerpo. Ian se quedo un momento quieto y arriba de mi, para después salir e irse al baño.
Cierro mis piernas lento y apretando las sabanas a mis costados. Una vez logrado dejo de morder mi labio y suelto todo el aire retenido, duele y mucho.
No sé cuánto tiempo a transcurrido, pero el techo se me hacía tan interesante que no me di cuenta cuando me cargaron, bañaron y cambiaron. Otra vez estaba apagada, vacía, adolorida, sin fuerzas y con mucho sueño.
Me deje manejar a su antojo, nos acostamos en su cama con cobijas limpias y calientitas. Tampoco note cuando cambió las sabanas pero en realidad no me importa nada más que dormir.
Le di la espalda y él me aplasto, literalmente está encima de mi. Como si temiera que escape. Mete su cabeza en mi cuello y con un último beso en el, caemos en un profundo sueño.
Del cual desearía no despertar.
***
Siento que me muevo de arriba a hacia abajo. Confundida por eso decido dejar mi sueño de lado y abrir mis ojos.
Lo primero que veo es la camisa azul de Ian, frunzo mi ceño y bajo mi vista. Ahora yo soy la que está encima de él, temerosa y avergonzada intento levantarme.
Pero en el intento toman mi pierna y la sujetan. También siento como aprietan más mi cintura. Ahí está el brazo de Ethan.
Trago saliva y me quedo quieta. El dolor poco a poco va apareciendo, no es tan fuerte como pense que sería. Intento relajarme, sé que no es Ian, él ya me hubiera aventado lejos de él.
- Buenos días, zanahoria - su voz ronca hace que me paralice. Siento un beso en mi cabeza y movimiento circular en mi pierna.
- Bue-buenos días - aunque no lo son por educación y respeto, le respondo.
Suspira y me suelta, para estirarse debajo de mi. Aprovecho eso y me separo. Al instante siento un tirón en mi parte intima. Ian como siempre fue muy brusco conmigo.
Quedo sentada y veo de reojo como Ethan se levanta de la cama.
- Ire a preparar el desayuno, ¿Quieres bajar o te lo traigo? - volteo con él y le estiro mis brazos, muevo mis labios "ayúdame".
Sonríe y los toma para levantarme. Un quejido sale de mi boca pero ya estoy parada. Me toma en brazos y bajamos, llegamos a la cocina y me deja en un taburete.
- Gracias.
- Por nada, tu voz suena a un más linda cuando no tartamudeas - me aclara, yo asiento dándole la razón. Me devuelve una sonrisa y se voltea para ir al refrigerador.
15 minutos más tarde...
Ya me encuentro desayunando, Ethan hizo huevos revueltos, tocino y pan tostado. Para beber me hizo un rico y calientito café.
Él devoro su desayuno y salió corriendo de la cocina. Oí su platica con los demás y más o menos entendí que tenía una cita.
Debe ser al psiquiatra, bueno es lo que recuerdo que hizo el otro sábado.
- Hannah ya me voy, ¿vas a poder moverte sola o te ayudo a subir hasta tu habitación?
Veo mi desayuno a la mitad, la pienso poquito y volteo con él.
- Yo me mu-muevo sola - digo tranquila, el asiente y se acerca a mi. Se lo que quiere así que solo levanto mi rostro, besa mis labios y después mi frente.
- Si quieres no subas, quédate en la planta baja - da otro beso en mi frente y depues sale de la cocina y lo último que escucho es la puerta ser cerrada.
Termino mi desayuno y llevo el plato al fregadero, lento pero sin hacer mucho movimiento brusco. Lo lavo y el de Ethan también, los pongo en su lugar y cierro el gabinete.
Abro otro y saco dos sobres de Whiskas, camino hasta el tazón de Eclipse y se lo echo. Como si ella supiera aparece por la entrada a la cocina y maúlla.
- Ven her-hermosa - le hablo y gatea hasta mi, le hago mimos para después ir a tirar la basura y salir de la cocina.
Hice tan lento todo eso que me sorprendo ver el reloj, tarde 20 minutos. Trago el nudo en mi garganta y camino a paso de tortuga hacia la biblioteca.
Punzadas en mi estomago bajo no me dejan tranquila, me recargo en la puerta un segundo.
Tú puedes Hannah, solo unos pasos más y ya.
Inhalo profundo y abro la puerta, cierro tras de mí y me muevo por el mismo libro de la otra vez. Una vez encontrado y en mis manos voy hasta la chimenea y la enciendo. Tomo un cojín de los sillones, lo pongo en el piso frente al fuego y ahí me siento.
Recargo mi espalda en el costado del sillón, abro el libro en la página que tiene la esquina doblada y empiezo a leer.
De aquí no me muevo hasta que llegue Ethan.
(...)
Han pasado dos horas, mis piernas se empezaron adormecer y tuve acostarme en el sillón doble. La estancia tiene un calor muy agradable, que veo hasta como las letras bailan, parpadeo y dejo el libro en mi estómago.
Volteo hacia el fuego y bostezo. Un rato de siesta no hace daño, me acomodo mejor en el sillón y cierro mis ojos.
Estaba apunto de desconectarme pero el sonido de la puerta azotandose me baja el sueño de una. Llevo mi vista a la puerta.
- ¡Hannah! - escucho como Ethan grita mi nombre, que alivio pensé que era un ladron.
Escucho pisadas fuertes, ¿Qué lo tendrá tan alterado?
La puerta es abierta, un Ethan enojado es lo único que veo. Trago saliva y me incorporo en el sillón.
- Aquí estás - parece aliviado, pasa su mano por el pelo y se acerca - Tengo malas noticias.
Alza mis piernas y se sienta, deja mis piernas encima de las suyas. Lo miro atentamente, ¿cuáles son las malas noticias?
Él no me mira, el fuego absorbió toda su atención. Miro como suspira y cierra los ojos.
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posesivo y controlador, trastorno de identidad disociativo, dolor golpes sufrimiento
Editado: 16.12.2019