Fue el mismo padre Luis Giraldo quien me contó esta
historia:
Éramos por aquel entonces un grupo de misioneros jóvenes que asistíamos a una cátedra extraordinaria en el seminario de los misioneros, la cátedra era sobre fenómeno paranormal, exorcismo y ocultismo, era necesario que como jóvenes sacerdotes misioneros destinados a apartados lugares del sector rural, estuviéramos bien preparados para lidiar con todas estas creencias propias de la idiosincrasia característica del campo en medio del narco-conflicto armado colombiano y los muchos misterios y creencias que el mismo conlleva.
Luego de más de 150 horas de trabajo con el dr. Ramírez, psiquiatra, y con el padre Roberto Arango, experto demonólogo y exorcista que detesta darse bombos y platillos mediáticos como hacen tantos otros autoproclamados exorcistas,
nos llegó la hora de trabajar con el médium “Julio Gómez” , insigne miembro de la Logia de los nigromantes e investigador paranormal.
Para todos nosotros, jóvenes sacerdotes, era muy extraño y no comprendíamos plenamente al principio cómo era posible que tal personaje, digno de la excomunión legítima tradicional, estuviera con nosotros en uno de los salones del bloque de teología de tan conservadora institución.
Sin embargo, era sin duda necesario aprender de tal sujeto, dado que nos enfrentaríamos a cosas que la ciencia no alcanzaba.
Después de conocer toda la
instrucción científica y clínica por parte del dr. Ramírez, en presencia del padre Arango, Julio nos habló:
-Muy buenos días queridos sacerdotes, tengo entendido que ya les han informado muy superficialmente quien soy y por qué es necesario que ustedes, selecto y minúsculo sector del clero latinoamericano, aprendan un poco a considerar algunas cosas importantes luego de tanta ciencia y de tantas consideraciones clínicas de la casuística paranormal, en lo que respecta al mundo espiritual.
Su hablar era pausado, pero
firme y seguro, aunque con claridad enfatizaba en que no existe nadie que pueda de veras considerarse plenamente poseedor de la verdad, pues estos son terrenos más bien ajenos al mundo humano tal como lo conocemos.
Sobre Dios...
Entrando pues en materia, el médium Julio Gómez empezó:
-Lo primero que usted debe tener claro querido misionero, es su fe y su creencia en Dios. Es obvio pues, que como sacerdotes crean en Dios, en Jesucristo y en la doctrina católica, pero al enfrentarse a lo desconocido, al inexplorado mundo de lo paranormal, ya no se trata simplemente de hacer proselitismo religioso promoviendo tal o cual doctrina o catecismo, pues las doctrinas religiosas con el perdón de los que se puedan ofender desde su actitud fanática y fundamentalista, no son más que sistemas de creencias que desde sus inicios lo que han pretendido
es determinar la configuración del orden social general del mundo humano.
Aquí señores, vamos más allá de consideraciones religiosas particulares, vamos a lo universal, puesto que nuestra condición humana en realidad, no está limitada por ningún sistema de creencias y ni siquiera el bien ni el mal más objetivo lo están, sólo están presentes universalmente sin distinción de credos ni culturas.
Lo que es Dios en realidad, está muy pero muy por encima de cualquier creencia religiosa que cualquier grupo humano quiera promover fanáticamente.
Desde ahí, quiero comenzar diciendo, que el ateísmo cientificista ha sido demasiado ingenuo, al reconocer que existen misterios sin explicación posible aún por la ciencia más avanzada, limitando el pensamiento y la reflexión humana hasta los límites marcados por el método científico.
Pero como existimos humanos atrevidos que con temor y prudencia algunos, otros no tanto, nos adentramos en los misterios de lo oculto, hemos logrado descubrir grandes incertidumbres que acechan al mundo humano desde “el otro lado”.
Existe este universo, esta naturaleza que limitadamente alcanzamos a percibir con nuestros sentidos, con nuestra ciencia y tecnología, naturaleza que evidencia un orden físico-químico de carácter matemático, que se
nota evidentemente deliberado y arbitrario, que no puede ser producto del azar, puesto que el carácter lógico de su perfección es muestra indiscutible de una Mega-inteligencia que todo lo supera.
Desde esta perspectiva, en la que el agnosticismo cientificista plantea la posibilidad de tal inteligencia
creadora y coordinadora de la existencia, inalcanzable al
entendimiento humano, como algo abstracto e inconsciente no antropomorfo, hay cierta ingenuidad, ya que es curioso que la evolución de la existencia haya producido seres conscientes, cuya consciencia se ha desarrollado hasta el grado de la consciencia humana que hasta ahora evidencia ser la más avanzada, capaz de consideraciones morales ético-axiológicas y capaz de