Capítulo 5

Diez años, pensó Anthony. Le llevaba diez años, pero no le importaba y se sentía mal porque la estaba haciendo sufrir, porque él no era capaz de enfrentar sus miedos.

Todos los pasajeros comenzaron a zarpar y él resignado, se adentró a la multitud y comenzó a subir los escalones.

―¡Anthony!―oyó que lo llamaban. Él miró hacia atrás y la vio.

“¿Michelle?”

―¡Anthony!―exclamó ella desde el muelle y él comenzó a bajar las escaleras y a abrirse por la multitud. Llegó donde estaba ella y la abrazó, la cargó y la giro por todas partes sin dejar de abrazarla.

―No quería estar enojada contigo.

―Yo no me quería ir así tampoco, mi niña.

―También quería decirte que… sin promesas, obviamente. Estaré aquí esperando. Y decirte que te entiendo...―ella comenzó a llorar―te entiendo perfectamente y por eso estoy dispuesta a aceptar la relación que tú quieres

Él negó con la cabeza y ella no lo dejó hablar.

―Sé que puedo convertirme en tu amante, que me mantendrás y todo eso y no me importa porque...

―No―la interrumpió él―Jamás te haría eso. Tú te mereces una temporada social, Un esposo, unos hijos, una familia. No quiero que la sociedad te cierres las puertas.

Ella bajó la cabeza sin decirle nada.

Él le dio un beso en la frente y la miró.

―Eres la mejor del mundo. No te merezco―ella bajó la cabeza mientras derramaba más lágrimas. El capitán hizo sonar el barco.

―Ya es hora.

Michelle lo miró con lágrimas en los ojos.

―Atesoraré cada recuerdo, mi niña.

―Yo también.

―Prométeme algo. Cuando nos volvamos a ver ¿Podrías sonreírme?

Ella lo miró y asintió. Él le dio un beso fugaz y volvió a abordar el barco.