Tras nuestro tour, El campamento militar ya estaba en plena actividad, con soldados moviéndose de un lado a otro y vehículos militares preparándose para el día. Mi equipo médico se reunió a mi alrededor, sus caras llenas de expectación y una pizca de nerviosismo.
—Muy bien, equipo —dije, adoptando mi tono de líder—, antes de empezar nuestra misión aquí, nos llevarán a nuestro lugar de trabajo médico. Es crucial que nos familiaricemos con el espacio y el equipo disponible. Luego, realizaremos un análisis a los militares para obtener datos sobre su tipo de sangre y condición física.
Félix y Seungmin asintieron, mostrando una determinación renovada. El resto del equipo, compuesto por un médico y dos enfermeras igualmente comprometidos, me miraba con atención, listos para seguir mis instrucciones.
—Recuerden, este es un entorno diferente al que estamos acostumbrados. Necesitamos ser adaptables y trabajar juntos para asegurar el bienestar de todos aquí —continué, asegurándome de que mi voz transmitiera confianza.
Justo en ese momento, Chan apareció acompañado de otro soldado que parecía un poco más joven pero igualmente eficiente. Chan nos saludó con su habitual sonrisa amistosa.
—Buenos días, equipo médico. Espero que hayan descansado bien después del tour —dijo Chan, su tono cálido contrastando con el bullicio del campamento.
—Buenos días, Chan —respondí, devolviéndole la sonrisa—. Estamos listos para continuar.
—Excelente. Él es Jeongin y los llevaremos al lugar donde trabajarán. Queremos asegurarnos de que tengan todo lo que necesitan y se sientan cómodos en su entorno de trabajo —dijo Chan, señalando a Jeongin, quien nos saludó con una ligera inclinación de cabeza.
—Es un placer conocerlos —dijo Jeongin, con una sonrisa tímida pero sincera.
Seguimos a Chan y Jeongin a través del campamento, cruzando entre tiendas de campaña y vehículos militares. El terreno era desigual, con piedras y arena bajo nuestros pies, pero avanzamos con determinación. Al llegar al área designada para nuestras operaciones médicas, me sentí aliviada al ver que habían hecho un esfuerzo por crear un espacio funcional y bien organizado.
El lugar de trabajo médico estaba compuesto por varias tiendas de campaña conectadas entre sí, formando un pequeño complejo. Dentro, había camillas, estanterías con suministros médicos y equipos básicos de diagnóstico. Aunque no era un hospital, estaba claro que el espacio había sido preparado con cuidado para nuestras necesidades.
—Este será su lugar de trabajo —dijo Chan, extendiendo la mano para mostrarnos el área—. Si necesitan algo más, por favor, háganmelo saber.
—Gracias, Chan. Esto se ve muy bien —respondí, sintiéndome agradecida por su atención a los detalles.
—Ahora, ¿qué les parece si comenzamos con los análisis? —sugirió Jeongin, señalando un grupo de soldados que se acercaban.
—Sí, eso sería perfecto —dije, volviéndome hacia mi equipo—. Vamos a instalarnos y a empezar con los análisis.
Nos dividimos en pequeños grupos, cada uno encargado de una parte del proceso. Félix y Seungmin se ocuparon de registrar los datos de los soldados, mientras que el resto del equipo y yo realizábamos los análisis de sangre y los exámenes físicos.
—Hola, soy el Dr. Félix, voy a tomar algunos datos básicos antes de que pase a la siguiente estación —dijo Félix a un soldado, tratando de ocultar su nerviosismo detrás de una sonrisa profesional.
La fila de soldados avanzaba con eficiencia, cada uno pasando por las distintas estaciones. El proceso era fluido, y me sentí orgullosa de cómo mi equipo manejaba la situación.
—Dana, ¿cómo estás viendo todo? —preguntó Seungmin en un momento de respiro, mientras limpiaba un termómetro.
—Bastante bien, Seungmin. ¿Qué tal tú? —respondí, tratando de mantener el ambiente positivo.
—Todo bien—dijo, sonriendo.
Jeongin, que había estado observando, se acercó para asegurarse de que todo iba según lo planeado.
—¿Necesitan algo más? ¿Todo está bien aquí? —preguntó, mostrando un interés genuino.
—Hasta ahora todo va perfecto, Jeongin. Gracias por tu ayuda —respondí, agradecida por su apoyo.
Los soldados eran cooperativos, bromistas y charlatanes, sobre todo con las enfermeras mujeres, pero siempre desde el respeto. Sus bromas y comentarios ligeros ayudaban a mantener un ambiente relajado y positivo.
—¿Sabes? Nunca he conocido a una enfermera tan guapa —dijo un soldado dirigiéndose a una de las enfermeras mientras Seungmin tomaba sus datos, provocando risas alrededor.
—Gracias—respondió como si el comentario hubiera sido para él— pero aquí estamos para trabajar—respondió Seungmin con una sonrisa, manejando la situación con gracia.
Félix estaba en la mesa al lado de la mía, realizando los análisis de sangre tras coger todos los datos, con una eficiencia que me hacía sentir orgullosa. Observé cómo manejaba cada procedimiento con cuidado, asegurándose de que los soldados estuvieran cómodos y tranquilos.
De repente, el ambiente cambió. Al levantar la vista, vi al Capitán Seo acercándose. Su presencia impuso un silencio momentáneo entre el equipo médico. Miré a Félix, quien se encontraba justo al lado mío, y le hice señas con los ojos. No me gustaría atender al Capitán Seo, pero para mi mala suerte, en ese instante yo era la única sin paciente. El Capitán Seo se detuvo frente a mí.
—Buenos días, Doctora Kim —dijo, su tono tan seco y serio como siempre.
—Buenos días, Capitán Seo —respondí, intentando mantener la calma y profesionalidad—. Por favor, tome asiento.
Seo se sentó y me miró con sus ojos imperturbables. Me puse en modo automático, tratando de recordar todos los pasos que debía seguir.
—Necesito algunos datos personales para revisar su ficha médica —dije, intentando mantener la calma y la profesionalidad.
—Seo Changbin —respondió, su tono cortante y serio.
Aquello me dejó algo anonadada, pero rápido anoté su nombre y continué con las preguntas. Parecía que cada palabra le costaba un esfuerzo monumental.
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Editado: 08.08.2024