—Yo hablaré con él —propuso Erick —él me escuchará, eres una víctima al igual que él, se puede llegar a un acuerdo —dice esperanzado.
La joven no creía que eso pudiera pasar, aunque pelearía por estar con su bebe, con uñas y dientes si fuera necesario. En lo que si ella tenía esperanzas es en que pudieran llegar a pactar la forma de ella poder estar con su hijo, porque se negaba a no estar con él.
Mientras…
—¿Cómo pude dejar que me engañara tan fácil? —gritó un muy enfadado Lucien cuando llegó a su ostentosa mansión, tomó su avión privado, queriendo estar en un lugar seguro y lejos de todo , en donde pudiera pensar mejor las cosas.
Lucien se definía a sí mismo como una persona muy inteligente, bueno, en ver las mentiras o las trampas, era muy bueno en su trabajo y como jefe implacable, así que él no entendía como una familia había podido engañarlo con algo tan delicado.
Simplemente, por confiar en quien no debía. Rió amargamente por su estupidez y lo peor, es que estaba sintiendo cosas profundas por Lya, de ella era lo que más le dolía.
Recordando las enseñanzas de su padre, en la que siempre le decía que nunca fuera impulsivo, que tomara todas sus decisiones con la cabeza fría, así nunca cometería errores.
Solo se dispuso a darse un relajante y largo baño, en el que solo se permitió pensar en su hermoso hijo, algo que lo llenaba de alegría, cosa que no creyó que sucedería y ya tranquilo pudo conciliar el sueño sin problemas.
A la mañana siguiente Lucien despertó con una palabra en su mente “venganza”.
Haría pagar a la familia Harmon con creces, todo lo tratado referente a la subrogación era altamente legal y ellos necesitarán más que su fortuna, o lo que queda de ella para salir del problema que es meterse con un Fornax.
Mientras se vestía con uno de sus incontables trajes hechos a medida y de su color favorito o como estaba su corazon desde que su amada murió, negro, le envió un mensaje a su abogado para que se reuniera a primera hora con el, tenia que ir a la empresa, ya que despues de eso tenia una junta urgente con los socios de la empresa.
Ya listo, salió de su habitación con el pensamiento de irse inmediatamente, pero la voz de su madre lo detuvo.
—Lucien, cariño — se acercó a su hijo preocupada, ya que al ver su expresión sintió que algo pasaba —¿Pasa algo? —preguntó con sumo cuidado.
—Pasan muchas cosas mamá —dijo sincero, a su madre no le tenía secretos —pasa que los Harmon son unos tramposos, pasa que me engañaron y lo van a pagar —se iba a ir sin decir nada más, pero si traería a su hijo tenían que prepararse para ello —tienes un nieto mamá, haz que preparen una habitación con todo lo necesario y contrata a una enfermera para el —sin más se fue, dejándole esa bomba a esa pobre mujer.
Quedó completamente impresionada con todo lo dicho, pero se recuperó de inmediato y empezó a preparar todo para recibir a su nieto.
Por otra parte, Lucien ya estaba entrando en su empresa, con su máscara puesta y mirada de que no estaba de humor para nada ni nadie. Así entró a su oficina sin ni siquiera mirar a su asistente, aunque le informó que su abogado lo esperaba dentro.
—Buenos días, señor Fornax —dijo el hombre con respeto cuando el joven entró.
—Quiero llevar a los Harmon a la quiebra —comentó sin reflejar ningún sentimiento —investiga todo de ellos, si tienes que comprar todas las empresas que tengan, hazlo, los quiero ver arrastrándose —lo dijo mientras revisaba su tablet —quiero lo que encuentres antes de que termine el día, tengo una reunión.
El abogado no se sorprendió en la petición, ya que desde el principio no confiaba en el trato que habían hecho y lo que no sabía Lucien es que él ya tenía toda esa investigación lista, pero debía buscar algo más.
—Cuando el señor salga de la reunión me avisas —dijo el abogado al salir de la oficina.
Mientras Lucien iba de camino a la sala de juntas para saber que querían esta vez la sarta de viejos socios de la empresa y el no lo pensaba por el tiempo que estaban allí, sino que algunos ya eran de la edad de piedra.
Entró en esta sin ni siquiera saludar, sentándose en el centro de la mesa como el jefe que era.
—¿Tu padre no te enseñó modales? —mencionó uno de los que solo se dedicaban a recibir lo que se ganaba.
—Abstengase de mencionar a mi padre, al menos que sea para decir como este lo llevó a ser rico —respondió con dureza —ahora diganme de que trata esta reunión, no se si saben, pero hay cosas que hacer.
—Como ya han visto la actitud, nuestra petición es más que justificada —comentó otro.
En esa mesa había cinco personas, las cuales estaban subiendo el nivel del enojo de Lucien, si ellos no se explicaban las estupideces que decían.
—En conclusión —empezó hablar el más joven de los socios, que había tomado el puesto de su difunto padre hace unos años y era el que un poco le caía bien a Lucien —Según los estatutos de la empresa, pautados por los primero socios y tu padre, cuando la fundaron, el presidente de esta debe estar comprometido y en prontitud de matrimonio para obtener la totalidad del puesto —esto si que enfureció más al joven empresario, era algo que su padre no le había dicho en ningún momento —lo que quiero decir o ellos pedir, porque a mi entender esto es ridículo, pero está escrito y no votaran para que lo quiten, así que debes tener lo más pronto posible una esposa.