CAPÍTULO TRES
UN REENCUENTRO INESPERADO
Ha pasado aproximadamente una semana de mi vida sin encontrarme con la famosa creída, tal vez ese debería ser su nombre. Puede que jamás en mi vida cruce con otra celebridad, pero aún recuerdo el momento en que con una mirada seria me dijo que me vaya de su vida. Por culpa de esa desgracia, quiero volver a encontrarme para saber cómo le va, así que mi única opción sería meterme a las redes para indagar sus redes.
Primero miro a Emily Hopper en donde sus fotos son muy lindos, una imagen profunda de cómo mira el mundo y me gusta lo que veo, hay algunas fotos con atardecer de fondo. Luego me meto a Valentina Jones y su última publicación fue junto a su papá que tiene un par de canas en la cabeza y de fondo se puede ver a Emma cocinando lo que puede ser un postre, miro otras en donde ella sale feliz luciendo carteras y vestido patrocinadores, quiero creer que una parte es sólo para las redes.
Como un artista que viste la ropa que su staff le dice por los patrocinadores, pero que a ella no le gusta. Pero qué tiene que hacerlo por sus fans, siento que ella creo una página en que puede ser libre a su estilo pero cayó en la realidad de que ahora tiene miles de seguidores y patrocinadores que quieren trabajar con la chica que sólo aparece de espaldas en las fotos. Eso sería una teoría de lo que pienso que puede pasar en su vida, pero ahora mi pregunta viene: ¿Porque sus padres no lo saben? ¿Por qué tiene que esconderlo?
El grito de la vecina me asusta, giro mi cabeza hacia la ventana y la veo mirándome. ¿Y ahora qué?
—¿Pasó algo? —digo desde mi sitio, con la vecina ya le tengo miedo
—¿Conoces a Ramiro Mendoza? —dice ella emocionada
—Si…
Él no es un influencer… ¿o si?
—¡OMG! ¡OMG! —mueve sus manos hacia su cabello, —¿Tú amigo puede invitarme al festival?
—¿Qué festival?
—¿No te dijo? Ramiro es un influencer que está resaltando en la moda de nuestra generación… veo que no son muy amigos.
¡¿Ramiro influencer?!
Mi mente deja de escuchar a la vecina emocionada y me hago ideas en la cabeza. Y las que más me aparecen son: ¿Ramiro conoce a Valentina? ¿Son amigos? ¿Salientes? ¿Amigos con derechos?
Una vocecilla en mi mente me reclama por pensar en ello, como si me importara mucho. Aunque si eso sucediera, sería más cercana a ella y lo que ella y yo queremos es vernos las caras, aunque tampoco quiero tirar una relación de amistad de años cuántos años, nos llevamos bien junto con Eric.
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Decirles a los padres que quieres salir es algo complicado para algunos, en mi caso soy el tipo de personas que tiene unos padres que quieren proteger al único hijo que tienen en vida, estoy seguro que si mi hermano estuviera vivo, me darían libertad. Pero él no aguanto la vida.
Mi hermano mayor se llamaba Will, era un chico alegre con muchos amigos a su alrededor, tenía un sueño y era ser bailarín para un artista que lleva reclutando a bailarines. Will era mi hermano mayor y del que se ocupaba cuando tenía un problema, era ese hermano que en cada problema se metia para que no sintieran tristeza… pero nadie sabía que, detrás de una sonrisa bonita, tenía un gran dolor emocional. Mi hermano se suicidó a los veintisiete años, verlo tirado fue muy fuerte, que aquel día marcó un final de mi vida, luego de meses yendo a terapia, volví a ser yo mismo pero siendo otra persona mejor. Fue un capítulo nuevo en mi vida, por lo que pienso que la depresión es una de las cosas más fuertes si no lo tratas a tiempo, siempre uno tiene que tener un apoyo, mi hermano fue el mío pero nunca llegó a ser el suyo.
Desde aquel entonces, me recuerdan que siempre tengo que decirle si me siento mal. Tal vez porque no quieren perder a otro hijo, tal vez porque no soportan con otro peso de el dolor en sus corazones. Y yo los entiendo, pero el gran problema es cuando no me dejan salir.
—Mamá, sólo iré a ver a Ramiro. Vuelvo rápido.
—No me mientas, últimamente has salido mucho y no te he dicho nada, ¿sabes cuantos accidentes tienen las personas al estar en la calle? ¿Sabes que todos los días, varias personas mueren?
—Sí, lo sé como también sé que nacen otras —digo tratando de calmarla. Ella asiente y me dice que vuelva temprano
Al salir de mi casa, veo el auto de mi padre afuera. Bufo. Comienzo a caminar cuando veo a mi padre en la esquina de la tienda Gladys junto a su amigo Jean Paul, fumando. Lo ignoro y sigo caminando.
Con la mochila comienzo a acelerar el paso, pero fue mala idea porque choco con una chica, haciéndonos caer. Me levanto con la intención de ayudar a la chica, al parecer se ha raspado las rodillas.
—¿Estás bien?
La chica alza la vista hacia mí. Y como si algo fuera llevado al lugar, Valentina está lastimada por mi culpa.
La chica que me dijo no volverme a ver jamás.
La chica creída que esconde otra vida.
Ahora que la veo, no quiero revelar su secreto. Si lo esconde, será por algo.