Corpses.

Capitulo 4

CAPITULO 4

 

Aquellas últimas palabras que escaparon de la boca de Salem, hicieron que todos guardarán silencio, todo estaba tan callado que se podía escuchar el caer de un alfiler. Todos los presentes tenían los ojos muy abiertos y parecía sostenían la respiración. 

Jennifer, ya no parecía querer llorar, sino que parecía un poco asustada por las palabras que habían escapado, se escucharon tan naturales, poco forzadas y completamente reales. Incluso la chica, pudo imaginar distintas formas en la que Salem podría hacerle algo, una cada vez peor que la anterior. 

Salem miró a su alrededor y quitándose de encima a sus amigos, salió de la cafetería con todas las miradas tras de ella. 

—Alguien debe ir—propuso Nathan. 

—Yo voy—dijo Ashton sabiendo dónde estaba la chica, el salón de arte. 

Cuando llegó, se paró en la puerta, pensando en que decirle. No quería hacerla enojar más y menos en aquel lugar al que ella podría considerar de los pocos que le daban tranquilidad. 

—¿Qué haces aquí?—preguntó Salem al escuchar ruido y ver a su amigo hesitando en entrar. 

—Quería saber cómo estabas después de lo de Jennifer—pronunció aún desde la puerta. 

—¿Tú qué crees? Prácticamente me hice parecer que fui quien hirió a Hansel—dijo con la voz entrecortada por el coraje que sentía. 

—No lo hiciste—dijo tratando de tranquilizarla, ya que lo que decía era correcto, aquellas palabras no habían dejado mucho a la imaginación con la situación. 

—Lo hice y tú lo sabes. Los demás también. Jodí todo.

—Salem, no seas negativa—dijo Ashton acercándose con cautela—. Siempre le dices a todos que quieres matarlos, no es nada del otro mundo. 

La chica de cabello corto soltó una risa e inmediatamente Ashton se relajó. Había logrado que riera y para él era considerado como un buen paso en búsqueda de la tranquilidad de la castaña. 

—Teniendo en cuenta que amenazo a todos, incluido Sanders voy a fingir que no jodí todo-respondió encogiéndose de hombros y dejando el cuadro sobre el soporte pictórico—. ¿Los chicos te enviaron a vigilar que no destruyera algo? 

—No, yo me ofrecí voluntario. 

Salem enarcó una ceja en su dirección a la vez que una sonrisa ladeada se abrió paso en sus labios antes de susurrar. 

—Al parecer soy importante en el mundo del grandísimo Ashton. 

~~

En la cafetería el ambiente era tenso. Todos se encontraban mirando hacía la mesa en dónde los cuatro amigos eran atacados verbalmente por Jennifer. 

—Si me permite hablar, Jennifer, mis amigos y yo tenemos demasiada hambre y sueño para soportar tus chillidos histéricos, voy a pedirte amablemente que alejes tu mierda de nuestra mesa que no nos gusta rodearnos de basura—comentó Aila exasperada, haciendo que algunos susurros se hicieran presentes en el lugar, después del silencio muerto que había. 

Jennifer los fulminó con la mirada por última vez, antes de girarse sobre sus talones y salir de la cafetería hecha una furia. 

Audrey suspiró y tomó asiento nuevamente ignorando las miradas que seguían cernidas sobre ellos. 

—Se suponía que ella era nuestra amiga. 

—Pues al parecer ser asesinos nos quita amistades-respondió Hunter con molestia—. Joder, esa maldita fiesta está arruinandonos.

 

El día pasó rápido en cuestión, estaban en su última hora, lo cual los hacía a todos estar en la clase de física con la maestra Elena, una mujer de mediana edad que tenía la atención de muchos de los estudiantes por razones que no eran la clase. 

La mujer el día de hoy había preparado una clase de la teoría de la relatividad, tema que vendría en el examen. Cuando comenzó a anotar las cosas que consideraba más importantes y que más tarde explicaría extensamente, las bocinas que conectaban desde la oficina del director hicieron un chirrido, que causó que todos hicieran una mueca por el horrible sonido. 

—Alumnos y maestros—se escuchó del otro lado de la bocina—, no quiero interrumpir su clase, así que haré esto lo más pronto posible.

—Apuesto el almuerzo de mañana a que nos llaman—dijo Nathan girándose donde Salem y Aila. 

—Necesito que Harris, Collins, Lutz, Cox, Mitchel y Coleman vengan a mi oficina. Es todo—dijo y se cortó. 

—Se los dije—dijo Nathan poniéndose de pie y tomando las cosas que había en el escritorio de nuevo mirando a ambas chicas-—, me deben un almuerzo. 

Por un lado, Aila giró los ojos; y Salem, por su parte, se limitó a levantar el dedo medio en dirección a su amigo. Cuando el grupo ya tuvo todas sus cosas, caminó a la puerta con todas las miradas de sus compañeros sobre ellos. 



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En el texto hay: asesinato, amorodio, asesinoenserie

Editado: 01.03.2018

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