Capítulo ocho: No quiero seguir
Nora no quería decir nada al respecto con el pasado que ambos tenían, era algo que en algún momento muy pronto olvidarán; al menos ellos dos esperaban que así fuera, pero muy dentro de sus mentes sabían que no se olvidaría lo vivido.
Ella sonrió ampliamente mirando por un segundo a Noah, esperaba que le dijera algo y que comiencen a pelear, como siempre.
— ¿No dirás algo? —preguntó Nora.
Él negó con la cabeza, e hizo una seña como si se sellará los labios para no decir nada, ni una sola palabra más.
—Ohhh, vamos. Eres muy aburrido, Noah —dijo ella con el ceño fruncido mirando los ojos de él.
—No soy aburrido, soy muy divertido —respondió Noah con el ceño fruncido.
Nora ríe a carcajadas al oír la voz de Noah—Evidentemente no puedes dejar de hablar cuando se trata de ti —musitó ella con una gran sonrisa en su rostro.
Él negó con la cabeza.
—Bueno, diré que en mi defensa me estás poniendo realmente nervioso —dijo completamente calmado.
Nora no puedo dejar de reír al oír lo que estaba oyendo salir de los labios de su amigo.
— ¿Yo soy la culpable? —preguntó ella y le pegó en el pecho.
Él sonrió ampliamente y tomó la mano con la que ella le pegó.
—Tú siempre serás la culpable —dijo él.
Nora negó con la cabeza al oír lo que él decía e hizo un movimiento para que él soltara su mano con rapidez, aquello no era para nada agradable para ella.
—No hice nada, Domínguez —dijo ella atando su cabello.
Él hizo una pequeña mueca con sus labios al oír lo que sale de los labios de su amiga y al ver como ataba su hermosa cabellera rubia, ese cabello que siempre lo volvió loco.
—No le hagas eso a tú cabello, me gusta más suelto y largo —dijo con una gran sonrisa en su rostro.
Nora se quedó completamente estupefacta, no sabía que responder así que negó con la cabeza.
—Nora, no hagas eso —dijo él.
Nora rodó sus ojos y soltó su cabello.
— ¡Bien! —exclamó ella con un tono de voz alto.
Él levantó sus manos en el aire.
—Tu cabello y tus labios son únicos —dijo él.
Las mejillas de Nora se volvieron completamente escarlata y llevó sus manos a éstas.
—Que vergüenza...
Él se acercó y tomó sus manos con una gran sonrisa en su rostro.
—No tienes que avergonzarte conmigo —dijo él acercándose a ella.
Nora negó y se alejó un poco para observar el cielo azul.
—Okay... Entiendo, eres completamente fiel a tu infiel —dijo Noah mirando el maravilloso cielo azul.
Nora oyó lo que salió de los labios de él y negó con la cabeza—Noah, ¿Infiel? —preguntó ella sin comprender.
—A ver que lindo libro me lees —dijo él cambiando el tema de la conversación drásticamente—. Un bello libro, por favor.
Ella se dio cuenta del cambio repentino del tema, era bastante evidente que él no diría lo que sabía.
—Noah, por favor...
—Sólo son tonterías, no sé... —dijo él—. Sólo se me ocurrió decirte eso, no tengo idea si él te engaña o no.
Ella dejó salir un bostezo de sus labios.
—Eres un mal amigo —comentó ella.
Él sonrió tristemente y asintió.
—Lo sé... —susurró él.
Nora abrió el diario y ojeó un par de páginas, negó con la cabeza y miró fijamente a Noah esperando que no se dé cuenta de las facciones que hacía al ojear dichas páginas de ese diario.
Noah no tardó en fruncir el ceño y observar la situación, nada salía de los labios de Nora y eso estaba produciendo un gran silencio en el ambiente que no era demasiado interesante, Noah tomó el diario quitándole éste a ella.
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Editado: 12.03.2020