Capitulo 24
“jaque”
Rodeado de los relámpagos, el sin ley de trueno, mira su viejo amigo por última vez. El dotado de agua, observa meticulosamente a su adversario esperando la oportunidad….
Repentinamente. Zeo, apunta con su dedo índice a Víctor, y un fino y letal laser sale disparado hacia él. En el momento en el que la habilidad está justo en frente de su objetivo. Una gran esfera de agua se pone entre el laser y Víctor protegiéndolo. La dicha esfera, al recibir la descarga, simplemente absorbe el voltaje como si fuese una esponja absorbiendo líquido.
Con una sonrisa de sarcasmo en su rostro, Víctor, levanta su mano a al aire, y lo baja con fuerza como si estuviese tirando de algo. En ese momento, sobre el sin ley de rayo: se crean grandes y puntiagudos picos de agua que caen a gran velocidad. Reaccionando con gran reflejo, evade el primer “pico” saltando hacia atrás. Al caer: rueda hacia su izquierda esquivando otro y continúa moviéndose de manera ágil para evadir los constantes ataques. Electrificando su mano, magnetiza un auto que está a lo lejos, y lo manda hacia el ex agente. “Gotita” al ver el vehículo que viene hacia él, sin moverse, una cuchilla de agua se crea frente a él y sale dispara hacia el vehículo, impactando y picando en dos al auto, al hacerlo: se genera una explosión. Usando una protección acuática, se protege del estallido. Con el fuego del estallido rodeándolo por un segundo, no se percata de Zeo. En ese segundo, el sin ley aprovecha la oportunidad. Con gran velocidad, corre hacia su adversario, y con las manos envueltas en grandes esferas eléctricas, le pega justo en el estomago….
Sobre la azotea del edificio donde se escondían los Comunes. Un francotirador observa el combate a través del lente de su rifle. Mientras observa detalladamente los sucesos, dice al aire:
-Parece que Víctor necesita ayuda… Puedo atinarle a Zeo desde aquí.
-¡No lo hagas!-Exclama Carlos.
-Pero-
-Este combate es de Víctor. Él tiene sus motivos, dejemos que se encargue.
Al ser electrocutado por los constantes y altos voltajes. Apenas pudiéndose mover, con gran fortaleza y tolerando el dolor, toma con ambos manos los brazos a su contrincante. En ese instante, el sin ley de relámpago comienza a sentir un fuerte y helado ardor en sus brazos, y pequeños cristales de escarcha comienzan a aparecer en su piel. A medida que el hielo avanzaba a través de sus extremidades superiores, las quemaduras por frio comienzan a intensificarse. En una lucha de tenacidad para ver quien podía soportar más, los dos rivales continúan aumentando el vigor de sus habilidades.
Zeo, nota que las horribles “quemaduras heladas” estaban avanzando hacia su rostro, que su piel se estaba quebrando, que su sangre de congelaba, y sus huesos se entumecían. Pero a pesar de eso, no se rendía, continuaba dándolo todo.
Víctor, se percata de los estragos del alto voltaje en su cuerpo. En su pecho, podía sentir como sus órganos internos ardían, enormes y asquerosas llagas brotaban con un líquido rojizo y espeso. Antes de que los daños aumentaran, Víctor lo suelta, y lo empuja.
Quedando maltrecho, sangrando por la boca, odios y nariz, el adepto de agua toma una pose defensiva.
Zeo, por su lado. Su cuerpo estaba helado, apenas se movía, su cuerpo tenía un tono morado, y extrañamente, debido a un efecto extra de la habilidad de su enemigo, las corneas de sus ojos se habían congelado.
Al momento de haberse soltado, su cuerpo comienza a sanar a una velocidad increíble. Poco a poco se curaban sus ojos, su piel, al igual que su sangre y órganos enfriados.
Como si la piel de Víctor fuese agua, comienza a cubrir las llagas, dejando tejido nuevo. Las quemaduras, tanto externas como internas se calman, y curan.
El dotado de trueno, al observar que su oponente también posee una alta curación, trata de atacar, pero aun está demasiado congelado y herido como para reaccionar.
Aun atrofiado por el dolor, Víctor, le dice:
-No vuelvo a hacer algo tan idiota como eso… Para la próxima, te mato de una.
-¡Je!-Expresa, Zeo desafiantemente.
Mientras tanto….
Sawiken, observaba con gran superioridad a sus adversarias. Nicol, se aleja poco a poco, pero atenta a cualquier ataque repentino.
Clara camina alrededor de la sin ley, y se pone detrás de ella a una distancia prudencial. Rosa, se queda de frente, observándola con una sonrisa de confianza.
A varias cuadras de allí. Sara, apuntaba a Sawiken con su rifle. Con el dedo en el gatillo, dice:
-La tengo en la mira. Voy a disparar.
Editado: 10.10.2018