Katerina con su acusación había inquietado al vampiro ancestral.
—Eso es absurdo ¿Por qué me pondría nervioso una adolescente? —evadió la mirada de Katerina.
—Sabes que lo que dije es cierto ¿Quién es ella Arkain?
—Bien —le dio por su lado—, tienes razón, me inquieta esa chica y es justamente porque no sé quién es —se talló la frente.
—Y como está del lado de los lobos…eso la hace más peligrosa…
— ¡Ella no es…! —gritó indignado— Ella no es peligrosa —respiró profundo para calmarse—, es solo una adolescente que se hizo novia de mi lobo.
— ¿Tu lobo? —se cruzó de brazos— ¿Qué planeas realmente con el chico?
—En cuanto pueda separarlo de la manada lo verás, todos lo verán…incluyendo a esa estúpida triada de vampiros arrugados —se paró a servirse una copa de vino.
—Claro, un lobo solo no sobrevive fácilmente —decía pensativa mientras se sentaba en el lugar de Arkain—, si confiaras en mí, podría ayudarte —le sonrió.
—No quiero exponerte dulzura —acarició su rostro—, eres muy valiosa para mí.
—Cielo —le dio un beso en su mano—, eso no pasará…además ya tengo un plan.
— ¿Ah si? —la vio sorprendido— ¿Y cuál es?
—Es muy fácil, será como matar dos pájaros de un tiro —suspiró orgullosa—, te deshaces de los lobos y pones a la chica en apuros…pero no habrá un lobo que la salve —le quitó delicadamente su copa para beber de ella.
— ¿Cómo planeas deshacerte de ellos exactamente?
—Envenenándolos por supuesto, conozco a una personas que podrían conseguirme ese veneno —susurraba cerca de la boca del vampiro—, es fácil conseguir el veneno, pero es muy dificil hallar el antídoto.
—Eres brillante justo como ese collar de diamantes que cuelga de tu precioso cuello —expresó seduciéndola para empezar a besarle el cuello lentamente.
— ¿Quiénes son tus principales objetivos?
—A Liam Hale lo necesito vivo, el resto no me interesa…excepto por el lobo Barrow, él podría serme útil.
— ¿Ves cómo hacerme parte de tus asuntos te beneficia? —Lo comenzó a besar y a acariciar.
A la mañana siguiente, Greta despertaba con pésimo humor pues no le agradaba la estadía de la enamorada de Arkain.
Alguien entró al cuarto de la vampiro.
—Mi señora, el señor Arkain pidió su presencia en la reunión de hoy —comentó Marcel al entrar— ¿quiere que la escolte?
—No es necesario Marcel —se tiró de nuevo a su cama—, no pienso ir, además ¿no oíste a Arkain ayer? Yo no soy la señora en este patético clan.
— ¿Lo dice por la amante del señor Arkain?
— ¿Por quién más? —protestó— Tanto tiempo deseé ser yo quien se sentara en esa silla…en ese trono —su expresión denotaba tristeza—, pero no, esa vampiresa usurpó un lugar que no se merece.
—Entiendo, pero si la hace sentir mejor —expresó genuinamente—, para mí siempre será usted la señora en este clan…al igual que para muchos de aquí.
—Te lo agradezco Marcel —suspiró—, pero no repitas eso en voz alta sino quieres perder tus entrañas.
—Como usted ordene mi señora —mantuvo su mirada hacia abajo—, solo un comentario más, algunas miembros rumoraban que su enfado se debía a que…
—Agh esas mujerzuelas —reviró sus ojos— ¿Qué dijeron esta vez?
—Dijeron que… —titubeaba de nervios— Que usted tenía algo que ver con mi señor.
— ¡Ja! —se carcajeó— Que ridiculez.
— ¿Quiere que les diga algo? ¿puedo reprenderlas? Como mano derecha del señor puedo hacerlo.
— ¿Harías eso por mí? —lo miró seductora— ¿Matarías a esas arpías?
—Por supuesto, yo haría cualquier cosa por usted —mantenía su cabeza baja.
— ¿Incluso a la usurpadora de Katerina? —le alzó la mirada con su mano— Descuida Marcel —se rio alegre—, no te pediría algo tan arriesgado, atentar contra la vida de esa mujer sería como clavarse la estaca al pecho.
— ¿Entonces que planea hacer? —la vio inseguro.
—De mientras nada, sino se mete más conmigo no la pasará mal… —se sonrió—ella sola ya está clavando su tumba al meterse con Arkain.
— ¿De qué habla mi señora?
—No te preocupes Marcel —le acarició el rostro—, mejor muéstrame que más puedes hacer por mi —lo hizo arrodillarse ante ella—, adelante —le ordenó con una sonrisa perversa.
Marcel tardó un rato más con Greta en la habitación de esta, y al llegar a la sala de reuniones, Greta pudo notar que alguien más tomaba su lugar.
— ¿Dónde estaban? —reclamó Arkain— Hace media hora pedí que te aparecieras Greta —le regañaba.
—No entiendo tu urgencia —expresó desinteresada—, ya no creo que me necesites más —miró hacia Katerina que estaba en su lugar.
—No seas inmadura y toma tu asiento —ordenó fastidiado.
Los dos que acababan de llegar se sentaron en uno de los extremos de la mesa.
— ¿Por qué tan entusiasta? ¿ocurre algo? —añadió Greta intrigada.
—De hecho, si —se puso de pie Arkain—, nuestra señora ideó un plan para hacer caer a la manada de John.
—No me digas —comentó en burla— ¿Y cuál es ese brillante plan?
—Envenenar a los lobos, les tenderemos una trampa —explicaba Katerina decidida—, la planta es sumamente toxica, ni siquiera un lobo podría resistir todos sus efectos…incluso las alucinaciones podrían hacer que se matasen entre sí.
— ¿Cómo por qué ese plan funcionaría? —cuestionó Greta con envidia.
—Bueno, no lo sé —respondió inocente—, pero al menos es más de lo que has aportado tú y cualquiera en esta junta —le sonrió burlona.
Los cuchicheos comenzaron entre los presentes pues nunca nadie se había atrevido a cuestionar la voluntad o algún comentario de Greta, mucho menos de esa manera.
—Katerina será quien lidere este plan —avisó sin quitar la mirada del centro—, Marcel, tú serás su mano derecha para esto asi que espero la misma lealtad a ella como a mí.
El joven vampiro moreno asintió dudoso sintiendo la mirada molesta de Greta.
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Editado: 09.08.2023