Crecientes

Capitulo 47

Capítulo 47

 

Me despedí de Jeison con un abrazo y luego fuimos a casa de Ross dónde nos esperaba Paola.

--Al fin, estaba muerta de nervios y Max no paraba de preguntar por el link mental que compartimos  que pasaba, ¿todo bien?–- nos pregunta apenas llegamos.

--Todo está bien Paola, puedes estar tranquila–- le Sonrió para transmitirle tranquilidad y se relajo. Ross me miro mal por eso, pero no quiero que se preocupe y soy su luna, mi deber es proteger y dar paz a mi manada.

--Te escribo cualquier cosa-– la abrazó – te lo prometo.

         Ross asiente y me marcho con Paola a la manada, cuando llegamos todo está muy tranquilo, me parece extraño.

--¿Qué ocurre?--- pregunto a  Isabella que es la única que está aquí.

--No lo se, cosas de la manada, vino un hombre hablar con Sebastian  y todos se colocaron como locos y se lo llevaron a las prisiones -– se encoge de hombros.

--Vamos, tengo un mal presentimiento-– las chicas y yo nos dirigimos a las prisiones.   Dos lobos cuidan las puertas y no permiten el paso.

--Quiero pasar.-- les hago saber.

(Lo lamento luna, pero el Alpha ordenó que nadie pasara) dicen a mi mente.

--Entonces yo soy nadie–- le digo molesta.

(No es lo que quise decir)

--Entonces abre las puertas, te lo ordeno-– le digo seria e intimidarte.

          Se quitan de la puerta, no muy seguros, pero entró decidida seguida de Paola ya que es la mujer del beta y su deber es estar a mi lado, a Isabella no la dejaron, pero no le importó.

           Al final del pasillo puedo ver a Neko que me mira con cara de horror.

--Luna, usted no puede estar aquí-– dice alarmada.

          Yo por mi parte no le respondo, paso a la celda donde se encuentra un hombre amarrado, lleva una capucha en su rostro  y esta todo magullado, pero reconozco su ropa y olor de inmediato.

--  Sebastian ¿qué es esto?–-  todo mi valor está por el suelo.

--Luna no deberías estar aquí.

--¿Que le estas haciendo?–- ignoro por completo sus palabras, esto es de salvajes.

--Él es nuestro enemigo, sus hombres fueron los que mataron a Luz y ahora viene para firmar un tratado de paz-– me explica indignado.

         Me tapó la boca con las manos, mi abuelo, el me dijo que no atacarán más, el solo intenta cumplir su palabra, pero sus hombres mataron a mi pequeña, yo.....yo.

--Suelta lo, él intenta que haya paz y tu lo tratas como salvaje, por eso es que creen que somos animales sin sentido y como no, si actúan como tales–- Sebastian me mira dolido por lo duras de mis palabras.

--Elena.

--Nada Sebastian, esto es una atrocidad, no es lo que mi pequeña había querido.---  Me acerco a mi abuelo y le quitó la capucha, él me mira con orgullo y tristeza, está muy lastimado.

--Lo siento-– le digo y él niega. Sebastian intenta apartarme pero no lo dejo, le grito furiosa. No me toques con la manos llena de sangre, de mi sangre–- le digo toda llena de rabia  y él retrocede.

--Es un sucio cazador ¿que te pasa?--- él también está molesto he intenta volver agarrarme.

--¡QUE TE ALEJES!-– le grito y todo comienza a moverse, la tierra tiembla, las ventanas se rompieron.

          Todos me miraban asustados, yo también estoy algo asustada pero no fue mi intención, ni siquiera sabía que era capaz de hacer nada de esto. Me volteo hacia mi abuelo que me ve y no está sorprendido, lo desamarro.

--Espero que tus intenciones no hayan cambiado por esto–- le digo apenada.

--No tranquila, mi promesa sigue en pie, soy un viejo difícil de derrotar-– le sonrió.

--Gracias–- le digo y él niega.

--Todo estará bien, pero cuando el momento llegue, recuerda que todo lo que hacemos es por el bien de los que amamos-– asiento y le ayudó a salir ya que nadie se atreve a ser me frente.

--¿Elena qué ocurre?--- pregunta un muy preocupado Ismael.

           Lo miro, no se porque pero me lanzo a sus abrazos y lloro.

--Shuuuu, ya, tranquila, todo estará bien-– dice acariciando mi cabello.

--Porqué todos dicen eso, si nunca nada está bien-– le digo mientras lloro.

--No lo se.

          Escuchó un fuerte gruñido lo que me hace voltear para mirar, es Sebastian o mejor dicho grandote.

--¿Que haces Sebastian?

(Alejate de el)

--No, no lo haré -– me coloco en posición de ataque.

(Lucharas conmigo ¿por el?)

--Si no me dejas opción, lo haré--- siento como su corazón se parte de la tristeza por mis palabras.

         El vuelve a ser el  y cae el suelo de rodillas, me duele tanto verlo así, me acerco y lo envuelvo en mis brazos.



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En el texto hay: amistad, accion drama violencia, hombres lobo romace

Editado: 08.07.2024

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