Cresendia

14- Pelo largo 2/2

Al cabo de algunas horas llegamos a la casa y las chicas se van, todos estamos muy cansados. Nos quedamos solos yo y mi hermana. Nuestros padres casi nunca están, llegan de noche y salen a medio día, así que de tarde la casa es toda nuestra. Me recuesto en el sofá mientras mi hermana va directo a su recamara. Siento algo un poco grueso en mi espalda así que me levanté. Era una especie de cartera o bulto. Era de color verde oscuro con muchos pedazos de tela de colores cosidos por los lados. Es horrendo.

-Oye Cressi, ¿ésta atrocidad es tuya?- digo levantando el bolso cuando asoma la cabeza.

-No, tiene que ser de Aztri, se que es feo pero es algo de su escuela. Ya sabes la Penitenciaria, al parecer las hacen con un material resistente al fuego y al agua para los Veltras como ella.

Empiezo a revisar en su interior. Lamentablemente soy muy curioso a veces.  Encuentro un libro algo extraño, parece un poco viejo y lleno de polvo "Duritiam incantatorum tuorum vehementem" es el nombre de aquel libro tan raro. Sacudo un poco el polvo de su cubierta exterior, luego procedo a abrir el libro. Aquellas páginas estaban llenas de algún tipo de lenguaje.

Capítulo 314 ojo que todo lo ve.

Capítulo 02 barba verde.

Capítulo 46 mata insectos.

Capítulo, tras capítulo se veía uno mas interesante que otro. Abrí el libro en un capítulo al azar.

Capítulo 05 fuego.

Para dominar el fuego tu corazón quieto debe estar, y estas simples palabras deberás de pronunciar.

-Fermerus- digo leyendo en voz alta este fragmento del libro.

De un momento a otro mi mano desprendió un calor inmenso y una llama se hizo presente. Sacudo la mano muy rápido y con desesperación para apagar la llama, pero esta brinca al objeto más cercano y lo destrulle, dejando un sonido de crujido en el aire. Era una de las vasijas de mamá, soy hombre muerto.

-¿Qué fue eso?- dice Cressi saliendo de su habitación completamente desnuda, le he dicho mil veces que use ropa para dormir, pero es necia y no me escucha. Escondo mi mano, la cual está humeando, detrás de mi espalda.

-Nada- digo mirando a mi hermanita.

-Has roto la vasija de mamá- dice mirando al piso con cara de sorpresa.- Bueno, ya sabes que te quiero, y que no pude tener un mejor hermano, que te vaya bien en el cielo.- dice como si me fuese a morir.

-Callate y ayúdame a limpiarlo.- digo acercándome a los pedazos de pocelana rota que están en el piso.

-Lo siento. Tu desastre, no el mio- dice volviendo a entrar a su cuarto.

Me pongo de cuclillas mientras limpio mi desastre, casi me corto con uno de los pedazos. 
Cuando terminó de limpiar tomé el libro entre mis dedos y me dirigí hasta mi habitación.  Me dejo caer en la cama mientras leo cada página que puedo. Pero una cosa no encaja, se supone que este libro es para Veltros que solo ellos pueden invocar magia. Pero Aztri no es una Veltros que invoque magia, ¿qué hace ella con un libro de magia entonces? ¿por qué he podido hacerlo yo? ¿abra algunas excepciones? Entonces ¿por qué ha funcionado? Paso al menos algunas cinco horas encerrado pensando y leyendo. Tome el libro y lo escondí en una parte del techo de mi cuarto. No quiero que nadie lo vea.
Salgo de mi cuarto y llego al de mi hermana, al entrar la veo acostada en la cama de espaldas a mí. Acercó mi mano y acaricié una de sus alas, esto la puso en alerta e inmediatamente se incorporó en la cama. Su respiración era algo acelerada, parecía despertar de algún tipo de sueño profundo. Me miraba confunfida, se acomoda en la cama dejando el espacio suficiente para poder sentarme a un costado de ella.

-Estaba soñando con nosotros- dice sorprendiendome.

-¿que soñaste?- digo mientras me siento a su lado. Ella recuesta su cabeza en mi hombro.

-Soñe que jugábamos, en un prado, o quizá un bosque. Y que podía volar.

-Yo también he soñado eso- digo en un susurro que creo no escuchó- pero no por eso he venido. Necesito que leas algo por mi, no se la correcta pronunciación de la palabra así que...

-¿No podías esperar a mañana?- dice interrumpiendome.

-La verdad es que no sabia que dormias.- digo encogiendome de hombros.

-Estoy muy cansada ¿puede ser mañana?

-No- digo en un tono que me hubiese gustado fuese menos duro- tiene que ser ahora.

-Bueno pues tendrás que esperar porque yo quiero dormir.

-¡No!, tiene que ser ahora.

-¿por qué?- dice subiendo la voz. Ahora no se si decirle o no lo que ha pasado.

-Si te digo no me vas a creer.- digo evadiendo la verdadera respuesta.

-¡Bien! Lo leeré mañana- hace un poco de énfasis a esa palabra.

-Cresendia necesito que lo hagas ahora.

-No quiero Christopher, ahora largo de mi cuarto.- esto último lo dice empujandome de la cama y haciéndome caer al suelo.

No espera que diga nada mas y se acuesta en la cama dándome la espalda.
Salgo de su cuarto un poco molesto ¿qué le dio? ¿qué hice para que se pusiera de ese modo conmigo?
Escucho la puerta de la sala abrirse y veo a papá aparecer detrás de esta. Camino hasta él y lo tomo del brazo guiando lo hasta la cocina. Si mi hermana no me ayuda, seguro papá lo hará.



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En el texto hay: poderes, alas, hermanos con poderes

Editado: 28.08.2018

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