CRONICAS DE LA ARENA, CAPITULO 2
Gaara entra por la puerta principal del hospital, y nota que el entorno esta vacío, se dirige a la recepción, toca la campanilla debido a que no había nadie atendiendo.
Normalmente, este lugar sabe estar repleto de gente ―piensa― pero, al parecer, también descansan ciertos días… Creo que fue una mala idea venir, tal vez, también sea el día de descanso del Jefe Médico, puede que mi intento de reunión con él, fuese inútil…
En eso, es atendido por una enfermera, sacándolo de sus pensamientos.
―Disculpe la tardanza en atención, Kazekage-sama ―hablo la enfermera, mientras se acomodaba en su asiento de recepcionista, un tanto nerviosa por la presencia del antes mencionado―. No teníamos confirmada para hoy su visita al hospital, creo que tuvimos un error con la programación del calendario, no fue actualizado…
―No vine a la visita programada, la cual será la semana próxima vigente; vine con la intensión de que el Jefe médico me otorgase una reunión con él, pero, al parecer no hay casi nadie por aquí, puede que no se encuentre…
―En este momento, ella se encuentra justamente en su oficina, la Jefa Médico prácticamente vive aquí, ya que es imprescindible en el hospital ―dijo la enfermera, cortando las palabras de Gaara.
―Pero ¿Sabe si se encuentra desocupado en este momento? ―pregunto Gaara, tratando de controlar sus ansias, tal vez esta sería la oportunidad que tanto había buscado, no se permitiría desaprovecharla―. Por qué me urge hablar con él.
―Sí, hace unos minutos que llegue de su oficina, me acaba de entregar su último informe del día, si gusta, puedo pedirle una reunión urgente para usted, ahora mismo, solo me tomara unos minutos anunciarle su presencia y motivo, mientras puede esperar sentado en los asientos de espera que están justo detrás de usted. ¿Quiere que le mande a preparar una taza de Té con una de mis compañeras, mientras espera? ―terminó diciendo la enfermera mientras, tecleaba sin parar en el computador que tenía frente y que miraba concentradamente.
―Se lo agradezco, pero me urge hablar con el Jefe Médico y no puedo esperar ―respondió Gaara, mientras apretaba con firmeza los papeles que tenía en una de sus manos―. No se moleste en anunciarme, iré yo, directamente a presentarme y hablar con él… ―Y dicho eso último, empezó a caminar por el pasillo principal, rumbo al despacho del Jefe Médico.
―Pero… Kazekage-sama… espere… esto… ―fue lo único que logro emitir la enfermera, mientras levantaba la mano en dirección al Kazekage, pero este ya estaba bastante lejos, y seguramente ya no la oiría―. Puede que me haya fallado el oído, pero estoy casi segura de que el Kazekage-sama dijo “el Jefe Médico” ―terminó diciendo para sí, la enfermera, mientras se llevaba la mano al mentón en forma pensativa.
Ya una vez enfrente del despacho del Jefe Médico, Gaara está a punto de tocar la puerta, cuando se detiene un tanto pensativo.
―Tengo el presentimiento que algo no está claro ―titubea, deteniendo su mano que estaba a punto de tocar la manija de la puerta del despacho―. Tengo entendido que el Jefe Médico es poseedor de un mal genio, además de intolerante. Mejor dejo estos papeles en recepción e insisto en programar otra reunión, pero, ya estoy aquí… Además, tengo derecho, como su superior en autoridad, sin duda, tendrá que atenderme…
― ¡Oye! ¿Por qué tardas tanto? ¡Dentra de una buena vez, tortuga! ―se escucha una voz molesta desde dentro de la oficina― ¡Apúrate! ¿Piensas quedarte ahí afuera todo el día? No quiero desperdiciar mi valioso tiempo, creo que no debí haber aceptado por tu insistencia…
― ¡Disculpe, pero yo!... ―dijo con voz enérgica pero a la vez titubeante, Gaara, molesto por la forma que supuso hablarle―, exijo respeto de su parte ―habló con firmeza mientras abría la puerta, para ver frente a frente a su malhumorado receptor… Pero se quedó petrificado al encontrar solo a una señorita semi-desnuda sentada en una camilla ubicada en medio de la habitación, estaba dándole la espalda, así que no pudo ver su rostro, solo su desnudo dorso seguida por una pequeña toalla de masajes que le cubría apenas toda su cintura…
― ¿Por qué te quedas paralizada, Shun? ―preguntó molesta la chica, sin darse cuenta que Shun no era la persona que estaba detrás suyo, ya que tenía la cabeza relativamente cabizbaja con la mirada apuntando al vacío y el ceño minúsculamente fruncido―. ¡Apúrate! ―terminó diciendo mientras empezó a girar la cabeza para ver a los ojos a quien tenía en la entrada de su puerta…
Gaara apenas logro soltar un sincero “Lo siento” mientras cerraba de golpe la puerta y se apoyaba por una fracción de segundos en la pared del pasillo. Tenía el rostro azul de la impresión, jamás había visto semejante escenario, se llevó la mano libre que tenía al rostro, intentando ocultar su semblante, se sentía sucio, indigno, basura… todos los adjetivos que se le viniesen a la mente.
Editado: 19.01.2020