CRONICAS DE LA ARENA
CAPITULO FINAL, PARTE 2.
Otro día comenzaba en Sunagakure.
Pensaba que sería otro día tranquilo, mas descubrió con horror, que casi la mitad del equipo médico de enfermeros se había tomado el día libre. Lo cual suponía más trabajo para ella.
― ¡Maldición! ¿Por qué demonios casi todas las enfermeras pidieron libre hoy? ―vocifero molesta la Taiyō, mientras se ponía su bata médica, para salir a las plantas más urgentes del hospital, donde los pacientes ingresados esperaban su atención diaria.
Salieron con Shun, a paso rápido, de su oficina, con rumbo al centro de descanso de los guardias activos, para dividir las tareas del día, debido a la falta de personal.
―Shun ¿sabes por qué la mayoría de nuestras enfermeras decidió faltar hoy? ―preguntó molesta Ann, mientras alimentaba de forma rápida a los ancianos que le tocaba dar de comer.
―Mmm… tengo una idea en mente de lo que podría ser, Ann-sama, mas no estoy segura si es esa la causa… ―emitió un tanto tímida Shun, mientras daba de comer a los ancianos de su lado.
―Ya, viendo tu cara, puedo deducir que tiene algo que ver con ese cretino del Kazekage, ¿no? ―manifestó Ann con enfado.
―Pues… pues… si… hoy es el cumpleaños de Gaara-sama, y escuche que tanto los líderes y ancianos del consejo están planeando hacerle un tipo de fiesta sorpresa ―termino diciendo Shun con pena.
― ¿Fiesta de cumpleaños? Vaya… que suerte tienen los aburridos ―respondió la Taiyō―. Apostaría todo el cabello que me sobra, a que no disfrutara nada este día…
―Oh ¿Cómo puede estar tan segura? ―dijo ingenuamente Shun―. Tengo entendido que incluso vendrán los kages de las otras aldeas, incluyendo al héroe que salvo al mundo de manos de la diosa Kaguya… Yo creo que será emocionante, mas no me siento atraída a ir, habrá muchos fanáticos, chicos y chicas, del Kazekage. Apenas y podría verlo…
― ¿El héroe de Konoha? ―repitió Ann, un tanto interesada en eso, descartando todo lo demás―. He oído hablar mucho de él, los heridos de guerra nos cansaron con sus historias de como este les dio el poder del Kyubi a cada uno, para protegerlos…
―Oh, sí, eso es cierto ―aclaró Shun―. Sé que a usted le parece un hecho poco creíble, pero no lo vivió en carne propia como yo y los demás, ya que se quedó en la aldea a modo de guardián, junto con el maestro.
―Ah… ni me lo recuerdes… ―terminó diciendo la rubia, con un tanto de nostalgia―. Bien, ya acabamos por acá, ahora debemos equiparnos de nuevo e ir al sector de pediatría. Tengo un par de operaciones programadas para ahora, así que debemos terminar rápido con esto.
Shun asintió con decisión.
*~*~*~*~*~*
Temari y Kankurō llegaron al lugar de reuniones, dándose la sorpresa de encontrar a los kages de las aldeas que formaban la alianza shinobi, con sus compañeros de equipo, sentados en la mesa de conferencia, en vez de los ancianos del consejo.
Tuvieron una corta charla con ellos, hasta que esperaban que fuese la hora para comenzar dicha reunión, no programada.
Fue entonces que llegó el personaje estrella del momento, Gaara, quien apareció en escena, vestido de forma distinta, gracias al regalo que Temari le había dado minutos atrás.
―Siento la demora ―expresó con seriedad este, más cambió de expresión al ver a quienes lo esperaban en el lugar.
Temari y Kankurō lo miraban de forma alegre, mas no entendía nada de lo que estaba pasando.
*~*~*~*~*
En ese mismo momento, pero a cientos de kilómetros de la aldea de Suna, en los dominios del clan Hoki, el cual se encontraba casi entre los límites del País del Viento y el Fuego, dos jóvenes princesas iniciaban su día laboral, como líderes de dicho clan.
―Hakuto, espero no se te haya olvidado enviar el presente, para el aniversario del Kazekage, en Sunagakure ―expreso con seriedad, una joven mujer de cabello negro y lentes grandes―. Si bien nuestro clan no es tan reconocido, como los que viven dentro de la aldea, tenemos que vernos presentes.
―Sí, lo sé, hermana ―respondió Hakuto, mientras revisaba con afán los papeles recién llegados por correspondencia.
La mayoría eran pedidos, ya que su clan se caracterizaba por ser unos buenos recolectores de objetos y asuntos similares. Mas hubo una carta que le robo su atención.
― ¿Qué sucede? Has puesto una cara de pánico ―dijo su hermana, con preocupación.
―Los concejeros de la Aldea de la Arena, me he están pidiendo una entrevista, alegan que están buscando a la candidata perfecta, para ser la futura esposa del actual Kazekage, y que desean verme en persona…
Editado: 19.01.2020