Crónicas de un soñador Ill

Transformaciones

 

Hablemos de Francis, un joven rubio, cuya familia pertenecía a la realeza europea, así es, por muy extraño que parezca él es amigo de Lyla, y ella no se la cree. La razón es simple, son de esos sujetos que aparecen de la nada en la vida y de un día para otro son cómo amigos que se conocen desde la infancia. Francis siente un gran estima por la pelinegra qué por su parte, cada que está a su lado la hace sentir cohibida, algo en ese joven rubio le atrae, pueden ser esos hermosos ojos verdes o esa linda sonrisa, es sabido, que a nuestra protagonista le gustan las sonrisas de las personas.

El día de hoy, el joven príncipe la ha invitado a una ceremonia importante; para sorpresa de Lyla, es que no tiene buenos modales y no sabe cómo debe actuar en una ceremonia de la realeza, lo ha visto en las películas, pero no es algo que realmente quiera aprender. Intentó negarle la invitación a Francis, pero él le dijo que no tenía pareja.

— ¿Tengo que usar vestido?

— Sí. —Protestó Francis. —Te ayudaré a elegir uno…sí quieres.

— Mmmm…no…está bien. —Sonrió de medio lado. —Conozco a alguien que puede ayudarme con eso.

 

***

 

—Ja, ja ,ja. —Rió su hermano al salir de la tienda con la bolsa en su mano. —Ya quiero verte hacer reverencias…— Corín afortunadamente estaba con ella, quien por cierto, le ayudó a escoger un vestido galante en la tienda. Lyla infló los cachetes en forma de protesta.

Llegó la hora del baile y la joven iba del brazo de su amigo Francis, quien llevaba un traje de color negro. Se le veía alegre y sus ojos verdes brillaban mucho, saludaba a las personas con las típicas reverencias y miraba a los ojos sin perder el entusiasmo, su acompañante era muy tímida y trataba de imitar a su compañero; odio, sobre todo, que Corín fue invitado porque se burlaba a lo lejos de ella.

Bailaron un par de piezas y cuando se cansaron, fueron a su mesa a tomar un descanso, Lyla probó el exquisito sabor del vino tinto, una bebida que no le agradaba, sin embargo esa noche fue la excepción; hubo un momento en el cual su compañero, el joven rubio, se levantó y se perdió de su vista. Grata fue su sorpresa al ver a un hombre, cuya espalda nunca iba a olvidar. Miró a su hermano titubeando la pregunta que iba a formular, pero la afirmación de su Corín la dejó sin palabras.

— ¿Qué hace aquí? —Preguntó poniendo una mano en su pecho a la vez que se agitaba y sonrojaba.

— ¡Que va! ¿Hace cuánto que no lo ves? —Cuestionó su hermano dándole un sorbo a su copa de vino.

—Meses…

— ¿Y qué esperas?

— Yo…

— Actúas cómo en los libros de la literatura clásica…—Lyla se ruborizo. — No te tomes tú papel tan en serio, ya llegará tu príncipe. —Sonrió con sorna.

—Deja de decir eso…Corín.

—Ja, vamos. —Atajó. —Vele el brillo macabro en sus ojos verdes… ¿por qué crees que estoy aquí?

—No me digas que él…—Corín le miró de reojo.

—¿Tú que crees?

Después de esa plática corta, Lyla comenzó a temblar de ansiedad. No lo creía, Francis…su amigo Francis era otro hombre cuya descendencia no era humana… Se levantó de su lugar y caminó perdiéndose entre la multitud intentando acercarse al sujeto de traje grisáceo que caminaba de un lado a otro buscando un objetivo. Sin pensarlo dos veces la joven se abalanzó con agilidad y le rodeó por la cintura.

—¿Quiere bailar una pieza conmigo, buen caballero? —El hombre apiñonado suspiró y sonrió moviendo la cabeza con incredulidad.

—Me encantaría. —Contesto sin perder la sonrisa. Sus miradas se cruzaron, Lyla se sonrojó y sonrió con timidez, hizo una reverencia y tomó el brazo de Aram, mientras él había tomado de su mano que entrelazó con sus dedos.

— ¿Qué te trae por aquí?

— Francis…—Desvió la vista apenada.

— ¿Su alteza real…la ha invitado, señorita? —Aram sonreía forzado.

— Sí…—Bufó.

— Tienes idea de…

— No…—Interrumpió la joven.

— Me preguntó por qué siempre eres tan susceptible a los encantos de las otras criaturas…

— No te burles de mi…Aram…—Levantó la vista apenada. —Soy humana de nuevo…

— Con más razón debes tener cuidado…

— ¿Por qué me has dejado tanto tiempo sola?

— Estás con Francis…

— Es mi amigo…

— ¿Sí? —Preguntó tajante. — ¿Por qué aceptaste la invitación?

— ¿Vamos a discutir por esta invitación?

— No…—Aram desvió la mirada buscando a alguien. —Espero volver a salvar tu pellejo en este tipo de eventos…



#29749 en Otros
#9608 en Relatos cortos
#20943 en Fantasía
#8613 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: vampiros, zombies, aventuras

Editado: 14.04.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.