Oscuridad, no veía un rayo de luz, no escuchaba ningún sonido, oía su respiración; sin embargo, no podía moverse. Gritó y gritó hasta que su garganta se irritó y las lágrimas estallaron de sus ojos como cascadas. Nombraba a todo aquel ser que conocía ya que no sabía dónde estaba, peleó por moverse, mas otra vez fue imposible, estaba petrificaba y ni siquiera sabía en qué posición se encontraba, sentía que flotaba en la nada.
Siguió desesperada gritando, hasta que sintió una mano tocar su hombro, por fin pudo abrir los ojos y se encontró con el rostro de Corín, que por consiguiente le dijo unas palabras que no pudo oír por sus sollozos y gritos desesperados.
—Estas bien...—Corín posó sus manos en sus hombros. —Estas bien...
— ¡No!
—Escúchame...Sólo son recuerdos...te encuentras aquí conmigo...
Cuando escuchó las palabras de su hermano, fijó la vista a su alrededor, la habitación estaba iluminada por la luz del sol que se colaba por la ventana. Quitó las manos de su rostro, esnifó y se limpió las lágrimas abriendo los ojos sorprendida; estaba en casa...
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Editado: 14.04.2018