Crónicas de una Maho Shoujo

Historia 7: El chico popular y los recuerdos borrosos

Historia 7: El chico popular y los recuerdos borrosos

 Era un día normal en la escuela de nuestras heroínas, el sol brillaba a toda su capacidad y los alumnos yacían tomando notas. Esmeralda como buena estudiante siempre mantenía un orden estricto con los apuntes, pues no quería tener problemas durante las horas de estudio. Por otro lado, su mejor amiga se recostó en el escritorio y durmió como toda una princesa.

 —Wendy, no deberías dormir —comentó Esmeralda.

 —Es que me da una pereza horrible, ¿podrías anotar todo y pasármelo después? —preguntó la chica.

 —Bueno, pero no te acostumbres o la pasarás mal cuando yo no esté.

 Las clases continuaron con normalidad hasta las diez de la mañana, el horario marcaba una hora libre para comer, salir al baño, caminar o repasar los apuntes matutinos. Wendy de inmediato se levantó como una bala, dejando a su amiga totalmente anonada.

 —¿No te estabas muriendo de sueño? —Esmeralda cruzó sus brazos y miró a la rubia con cierta molestia, Wendy le sacó la lengua y sonrió.

 —Sí, pero mis energías regresan cuando las clases terminan, ¿no es genial?

 —En verdad no tienes remedio. —Nuestra heroína principal suspiró, posteriormente ambas salieron del aula en dirección a la tiendita más pequeña de la escuela. A medio camino vieron a un grupo de chicos caminando en dirección contraria a la suya, eran seis personas en total y en medio de ellos había un joven que resaltaba entre los demás. Tenía el cabello plateado, ojos marrón claro y piel blanca, de inmediato se notaba que no era mexicano.

 —Mira, Esmeralda, es el estudiante de intercambio de la otra clase. —Wendy señaló al muchacho sin mayor interés, el joven sonreía y platicaba con sus compañeros de clase, todo un modelo a seguir en lo que se refería a vida escolar.

 —Creo que se llama Yamamoto Ryo, viene de Japón. —Un estudiante de intercambio siempre era novedad, sus costumbres extranjeras e historias del otro continente atraían la atención de los curiosos. Pero Ryo era diferente, la gente no se acercaba a él por el simple hecho de ser extranjero, sino todo lo contrario, los rumores acerca de su persona siempre eran positivos, lejos de escándalos y peleas.

 Definitivamente era un chico perfecto, bueno en los deportes, decente en los estudios, amigable y repleto de buenos rasgos. Esmeralda soltó un suspiro pesado cuando pasaron a lado de ellos, la gente popular le provocaba curiosidad, ¿cómo le hacían ellos para llevarse bien con todo mundo?

 —Supongo que existe gente así. —Wendy concluyó el tema de conversación, en seguida retornaron a sus asuntos principales: ¡Comprar comida!, las chicas se dieron un festín en la tiendita, sobre todo con las conchas de chocolate que tanto le gustaban a Esmeralda. Wendy comió un poquito menos, de hecho no despegó los ojos de su amiga.

 —Eh, ¡comes como cerda! —exclamó Wendy.

 —N-No me mires, tengo pena de que la gente me vea mientras como. —La chica se sonrojó un poco, aún así dicha reacción solo provocó más a Wendy.

 —Al menos sientes vergüenza, estás comiendo como si no hubiese un mañana, aparte ni siquiera te limpias bien. —Nuestra heroína poseía un apetito voraz, de hecho a veces olvidaba los modales en la mesa y comía con las manos todo tipo de alimentos. Las conchitas que ingirió dejaron muchas boronas que ensuciaron su uniforme, también tenía las mejillas cubiertas de chocolate, se veía bastante graciosa —. ¡Ahora! —Y cuando Esmeralda se descuidó su amiga le tomó una fotografía con el celular.

 —Wendy, ¡borra la foto!, me veo como una glotona… —susurró Esmeralda con el rostro totalmente colorado.

 —Ay, te ves muy linda cuando sientes pena, definitivamente a Pablo le gustará esta fotografía tuya.

 —No se la muestres, seguro pensará que soy una chica rara. —Esmeralda trató de quitarle el teléfono a Wendy, no obstante, su amiga fácilmente dio un salto en reversa y evadió sus agarres. Los siguientes minutos estuvieron correteándose como locas, hasta que la hora terminó y ambas volvieron a clase.

 Como dato extra, Esmeralda no pudo atrapar a Wendy, en fin.

 Los siguientes periodos de clases fueron más aburridos que una tortuga caminando hacia el océano, Esmeralda volvió a tomar nota de todo lo que salía de la boca del profesor, Wendy en cambio se largó al reino de los sueños, en especial durante la clase de matemáticas. En resumen, fue un día pesado, al menos hasta el periodo de las dos en punto, para ese instante los miembros del salón ya deseaban irse a casa, por desgracia faltaban dos módulos más.



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En el texto hay: romance, chicas magicas, accion y drama

Editado: 11.04.2019

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