Crónicas del Magín Milenario. Episodio 1. Volumen 1

Capítulo 3 “Emboscada”

Capítulo 3

“Emboscada”

 

IPECMS, Ciudad de Santiago de Chile. Martes 12 de Julio del 2191, 08:45 AM.

Poco tiempo después, Alexis estaba por llegar al Instituto. Pero en eso, ve a su amigo Fernando frente a él, por lo que se acerca y lo saluda. Este, sorprendido por tal acto de su amigo, le pregunta.

— ¿Y desde cuando eres tú el primero en saludar? –Alexis, un poco extrañado, le contesta.

— Todos me dicen lo mismo. ¿Por qué será? No lo entiendo. –Fernando le contesta.

— Porque no lo haces muy a menudo. –Alexis se le queda mirando, pero luego solo suspira y decide mirar para adelante. Después, los dos entran al Instituto, en eso, Fernando ve que Alexis lleva su espada de madera junto a la mochila y le dice.

— Según sé, hoy tú no tienes práctica de Kendo. ¿Entonces por qué llevas tu espada de madera? –Alexis, dudoso por aquella pregunta, le contesta con otra.

— ¿Bueno, no puedo traerla conmigo? –Su amigo lo piensa un momento y luego le dice.

— Sí, tienes razón. –Fernando se queda callado al ver a su amigo algo serio y molesto. Rato después, llegan a la sala de clases. Su amigo es el primero en entrar, saludando a sus compañeros al momento de hacerlo. Algunos le devuelven dicho saludo mientras él toma su lugar. Luego entra Alexis, este saluda a sus compañeros, quienes, sorprendidos, lo miran en silencio. Él al ver sus miradas, les dice en forma molesta.

— ¿Qué? ¿Ahora no los puedo saludar? –Alexis algo ofuscado se va a su puesto, se sienta, posa su mochila encima de la mesa y apoya su mentón en ella. Alejandro que ya estaba en su puesto, le dice.

— Hoy llegaste de muy buen humor. –Alexis evita mirarlo, creando sospechas en su amigo, que le dice.

— ¡Ya sé, alguien te gusta! ¿Acaso leíste las cartas? –Tales palabras hacen que él se acuse solo con su mirada, pero se recompone y luego, algo molesto, responde.

— ¡Ni he tocado esas cartas, además, tú sabes que, por el momento, no me interesan las chicas... pero! –Alejandro toma ese “pero” como una señal.

— ¿Ese “pero” significa algo? –Alexis muy molesto, le contesta.

— ¡Eso no te incumbe! –Su amigo percibe cierta vibra ofensiva y aleja levemente su rostro de su molesto amigo, le indica con sus manos que se calme, para luego decir.

— Okey, okey, tranquilo, no te molestaré con ese tema. –Alexis, al ver a Alejandro que no insiste, vuelve a posar su mentón en su mochila. Mira para otro lado muy enojado y, sin una razón aparente, sus ojos lentamente se cierran quedándose dormido.

* * * * *

No muy lejos de ahí, algo muy extraño pasa en la superficie del Cerro Cordillera. Con muy leves temblores, dicha superficie comienza a ser cubierta por pequeños agujeros de medio metro de grosor, que a cierta distancia son inapreciables al ojo humano. Este suceso se repite en todos los cerros, montañas y cordilleras del planeta entero, especialmente en una ciudad como Santiago de Chile. La cual se encuentra rodeada de cordilleras y montañas. Luego, en una forma muy sincronizada, por cada 10 minutos que pasan, los agujeros van aumentando en número y en tamaño, el cual, llega al metro y medio. Este extraño suceso, solo es percibido por pequeños animales y aves que, despavoridos, se alejan de esos lugares.     

Una hora después, de esos agujeros, lentamente van saliendo unas criaturas que son muy parecidas a un niño pequeño, cuya altura está alrededor de 1 metro 40 centímetros a 1 metro sesenta centímetros. Estos extraños seres, están cubiertos de pies a cabeza por una especie de ropaje oscuro de color negro perlado, extremadamente ajustado a su cuerpo musculoso, pero balanceado como la de un deportista de alto rendimiento. El ropaje, en tanto, solo deja ver dos grandes colmillos, similares a los de un tigre dientes de sable, unos colmillos que, a simple vista, se ven muy amenazantes y de mucho filo. Cuando ya han salido de los agujeros, estiran sus musculosos brazos, dejando salir unas poderosas y grandes garras de 10 centímetros de largo y 3 de ancho, las cuales pueden sacar y guardar a su antojo. Lentamente, más de estas criaturas siguen saliendo de esos agujeros. Con el pasar de los minutos, aumentan en número. Comienzan a caminar sigilosamente entre la maleza, impidiendo ser vistos a distancia. Poco a poco, se van acercando a lugares donde los seres humanos habitan.

— ¡Alexis, Alexis, despierta! –Este despierta algo aterrado, luego de haber soñado tal cosa. Alejandro al verlo tan pálido, le dice.

— Vaya, parece que tuviste una pesadilla, estás muy pálido. –Él le contesta.

— No me creerás si te lo cuento. –En eso, entra el profesor y la clase da inicio.

Una hora después, la clase está en todo su apogeo. El profesor explicando y escribiendo la materia en la pizarra, sin importar que la mayoría de los alumnos estén con cara de aburridos. Alejandro estaba a punto de quedarse dormido, cuando se despeja un poco y pregunta.

— ¿Hasta cuándo durará esto? –Alexis mira a su compañero, que ya no da más del sueño. Entonces, le pega un codazo en el hombro, diciéndole.

— Vamos, despierta, ¿Quieres que te echen para afuera? –Alejandro como que reacciona de su estado de casi sueño, mira a Alexis y le dice.




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