— Disculpen… —
Una voz se pronunció en el aire interrumpiendo el festejo de los guerreros que habían obtenido un nuevo compañero para sus aventuras y misión. Todos se giraron para prestar atención al campesino que no tenía miedo en absoluto de alzar su voz en contra de los héroes, sus ojos determinados estallaban con la misma firmeza en la que sus palabras eran transmitidas.
— Si me permiten creer que hay esperanza alguna de que la humanidad vuelva a levantar sus cabezas quiero hacer una petición. Quizás no ayude en sus objetivos, pero necesitamos su ayuda. Hace unos pocos días, como casi siempre llegó un grupo de demonios a hostigarnos y con ello… —Su voz se quebró por un momento, pero no tardó en recuperar la compostura.— Vidas se perdieron y otras fueron secuestradas, incluida mi esposa.
Aquel campesino de aspecto descuidado, con una barba desaliñada agachó su cabeza ante el grupo aventurero, se arrodilló rendido ante ellos y es entonces cuando su voz no pudo más. El llanto solo demostró lo roto que se encontraba, sin embargo, él estaba en una misión ahora mismo luchando con todas las fuerzas que su alma y cuerpo podían ofrecerle con la esperanza de que su voz y sentimientos puedan transmitirse al grupo que podía ser capaz de luchar las batallas que él y el resto de los pueblerinos no podían.
— ¡Por favor, se los pido con todo el corazón! Si fuera capaz de luchar como ustedes yo iría ahora mismo a buscar a todos aquellos a quienes se robaron, pero no puedo… no podemos. Por eso les suplico que por favor vayan en nuestro nombre a recuperar a nuestros seres amados. No tengo mucho que ofrecer… ¡Pero daré todo de mi para recompensarlos por esta misión!
— Levanta la cabeza. —Pronunció imponente Leon con una voz poderosa.
Y así lo hizo el aldeano revelando su rostro deformado por el dolor y la desesperación que ha acumulado en todos estos años, en todo este tiempo. Sus lágrimas eran incontenibles a pesar de que el hombre anteriormente hizo todo lo posible por retener ese mar de sufrimiento tangible, pero la agonía era tanta que ocultar el sufrimiento era imposible.
— No somos mercenarios, no nos debes recompensas, no nos debes nada. Somos humanos. Aquellos con la voluntad y el poder de luchar debemos proteger y perseverar por encima de todos. Vamos a recuperar a tu esposa y a tu gente. Pueden quedarse con los suministros que hemos traído, en cuestión de tiempo se abrirán canales de transporte con cargamentos así que con eso aguantarán por lo menos un mes y medio.
La incredulidad se hizo presente en el aire enseguida. Las expresiones de quienes estaban cerca no parecían creer nada de lo que Leon había dicho, Kirito supo en ese momento que ya habían pasado antes por “falsos héroes” al punto de que este pobre hombre nos veía como mercenarios y tal vez antes este grupo lo era, pero ahora todo era diferente ante la amenaza mayor que gobierna el mundo con su nuevo orden.
Mucho antes de que el aldeano suplicante pudiera decir alguna otra cosa, Leon fue quien tomó la palabra.
— Necesitaremos cada detalle que puedas recordar.
Otro hombre se acercó entregándole un mapa a Noé y éste con una expresión determinada lo colocó en la mesa junto a las bebidas de los héroes.
— Como no podemos pelear lo mejor que pudimos hacer fue seguirlos hasta cierto punto y trazar en un mapa el camino y esas cosas, supongo que ustedes estarán mejor preparados, pero esto fue lo que encontramos. —Noé se aclaró la garganta antes de continuar.— Justo tras el secuestro un grupo de hombres y yo fuimos tras esos bastardos demonios, recorrimos estos puntos de aquí y aquí en una línea recta con la que acortamos el camino entre ellos y nosotros. —mientras iba explicando señalaba en el mapa las indicaciones de cada flecha y símbolo escrito en él.— No podíamos arriesgarnos mucho, así que a oscuras estuvimos dejando que ellos avanzaran, por fortuna no nos notaron. A un día de distancia se encuentra una fortaleza que ellos custodian, hay cinco gárgolas custodiando desde lo alto, puede haber más y me temo que hay un grupo considerable y son guiados por algo más… grande, no sabemos qué es exactamente, no nos pudimos arriesgar mucho… Quizá debim—
— Todo lo que consiguieron para nosotros es incuestionablemente útil Noé. —interrumpió Leon.— Conseguiste con tu equipo mucha información útil para nosotros, sabemos que la exactitud de los datos no será la óptima, pero son un comienzo para nosotros. Afortunadamente, contamos con un explorador con buenos ojos y a este chiquillo que sabe pensar.
Con esto último, señaló a Darian el arquero y a Kirito, el espadachín, uno se mostró enaltecido con una sonrisa descarada y orgullosa y el otro apenado respectivamente ante el halago del mayor.
— Con esto bastará. Lo importante es que regresaron a salvo, ahora nos encargaremos nosotros.
Noé se mostró agradecido, pero había algo más en su expresión, los ojos de Kirito estuvieron atentos a sus gesticulaciones faciales mientras hablaba sobre lo que pasó y lo que había encontrado en el camino, para él que alguien lo traicionara con rumores o falsa información no era nada nuevo. Jamás lograría entender el porqué de estas actitudes. Finalmente, Noé y los demás aldeanos guiaron a los héroes a un lugar de descanso apropiado para que se recuperaran del combate anterior, pero Kirito debía compartir sus inquietudes antes de partir a primera hora por la mañana.
Esa expresión lo acompañó a lo largo del día al punto de no poder dormir, para su conveniencia Leon tampoco estaba dormido a esas altas horas de la noche, por lo que fue fácil hablar con él a solas al respecto.
Editado: 21.04.2024