Crónicas magicás: Fuego y hielo

Demonio

La situación por parte de las hadas no eran nada agradable, al romperse el muro fueron invadidos por soldados de Ragnarok, dispararon incontables flechas, Celeste saco un par de árboles y creo un escudo con sus ramas, Isabella estaba al lado de ellos y con su magia desviaba el ataque, Marcus se transformó en una gran serpiente blanca, se arrastró esquivando las flechas.

Celeste escucho como entraban las mantícoras, ella asustada no lograba moverse, Isabella le tomo el brazo y la trajo a su lado, comenzaron a correr lejos de los enemigos, se refugiaron detrás de una casa, Celeste empezaba a entrar en pánico.

—Oye, tranquila, no pierdas la calma —susurraba Isabella—Necesito tu ayuda para salir de esta.

—Es una locura, son demasiados —Celeste empezaba a temblar del miedo—No soy guerrera, yo aprendí a curar y apoyar, no a pelear, mi hermano es bueno en eso yo no.

—Está bien, no pasa nada —Isabella le sonreía—Yo peleare, necesito que me apoyes, haz lo mejor que sabes hacer, no dudes.

Celeste se calmó un poco, miraba como las mantícoras pasaban lentamente por la casa, se concentró y junto sus palmas, el manto de éter a su alrededor se mostraba cada vez más y comenzó a crear árboles en medio del campo, estos eran gigantes y con sus ramas atrapaban a las mantícoras con facilidad, ambas salieron de su escondite, necesitaban reunirse con Marcus y crear una mejor estrategia.

Llegaron hacia un puente que daba paso a una zona protegida por guardias, estos estaban peleando contra los miembros de Ragnarok, Marcus estaba ahí transformado en mantícora y con su cola de escorpión azotaba a los que estaban delante de él.

Detrás de ellas venia otra horda de enemigos, delante de ellos liderándolos estaba la mujer de abrigo que ahora usaba una armadura y montaba un caballo, Celeste tomo a Isabella y volaron lejos de ahí.

—¿Quién es esa mujer? —preguntaba Celeste en el aire.

—La líder de Ragnarok —respondió Isabella—Minerva la hermana mayor del rey William.

Celeste aterrizo en el techo de un edificio, estaba demasiado aturdida.

—¿Su hermana? —pregunto ella confundida—¿Por qué es el enemigo?

—Venganza, el anterior rey eligió a su hijo menor como su sucesor, aunque le correspondía a su hija mayor ser la reina —respondía Isabella—Él tenía el don de la vista, un día tuvo una visión sobre su hija y desde entonces decidió darle el trono al rey William.

El ejército de Ragnarok se detuvo frente a la puerta, detrás de esta se preparaban los soldados del rey que se preparaban para lo peor, Marcus cambio de forma y se escondía detrás de los guardias, se notaba su miedo, las puertas se abrieron lentamente, y los guardias dieron paso a un hombre en caballo, se trataba del rey William que también portaba su armadura y estaba listo para la pelea.

—Hermana, te pido que desistas esta absurda lucha, nuestro padre no quería que nos enfrentáramos de esta manera —Anunciaba el rey—Si retiras tus tropas podemos dialogar y entrar en un acuerdo.

—Me robaste mi trono hermanito, y dejaste a estas pobres personas en las calles tras tu mandato —exclamo Minerva—Todo por las visiones de nuestro padre, ¿Profetizo que yo iba a destruir el reino? Pues que así sea, crearé uno mejor uno libre de injusticia.

—La visión de mi padre era que mi unión con mi querida esposa traería al dragon de hielo —anuncio su hermano—Mi padre me dejo el reino a mi para traer esperanza y acabar con el dragon de la oscuridad, tú te estas aliando con los enemigos de nuestro padre, ellos quieren matar a tu sobrina, pero tu odio hacia mi te ha segado.

—MIENTES —Grito Minerva—No pienso rendirme, no importa lo que hagas, tú y tu reino caerán.

Minerva y el rey comenzaron a correr, detrás de ellos todos los soldados, la batalla comenzaba de nuevo, las mantícoras se liberaron y saltaron a pelear, Isabella aterrizo sobre una y con su magia creo una esfera morada que le hizo caer en el suelo con mucha potencia, Celeste voló sobre el campo de batalla en busca de su hermano, Marcus se transformó en león y atacaba a los enemigos con sus garras.

—MARCUS —gritaba Celeste—Ataquemos juntos.

Él se acercó y de su lomo salieron alas de pájaro, y su cola se transformó en la de un escorpión, ella subió en su espalda y Marcus despego, en el aire ella saco unas hojas de su bolsillo, les embullo de éter y las lanzo como si fueran flechas en el suelo, estas al impactar crearon golem de roca y madera, estos tomaban a los enemigos y los aprisionaban sin darles mucha movilidad.

Marcus atacaba a las mantícoras a gran velocidad, los soldados de Minerva atacaban con hechizos eléctricos y de fuego, los soldados reales se protegían con escudos mágicos y atacaban con hechizos de hielo.

El rey y Minerva luchaban arduamente en una batalla mano a mano, chocaban sus espadas, ambos usaban magia de hielo y con cada golpe creaban trozos enormes y congelaban todo a su paso.

En un momento los soldados de Ragnarok se elevaron y fueron lanzados hacia la pared, Isabella estaba en medio del campo de batalla, pero algo extraño sucedía con ella, su éter era muy siniestro, y sus venas se pusieron rojas y de su frente salía un cuerno, el rey desvió el ataque de su hermana y salió disparado hacia Isabella, Minerva no desaprovechó esa oportunidad y le lanzo una estaca de hielo en la espalda, le atravesó el hombro, Celeste ordeno a varios golem para apartar a Minerva del camino, ella descendió en picada hacia donde estaba el rey que tenía todo su brazo derecho lleno de sangre.




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