Crónicas post-apocalípticas

Un Robo atrevido (2ª parte)

Per me si va nella cittá dolente,

per me si va ne l'etterno dolore,

per me si va tra la perduta gente.

Giustizia mosse il mio alto fattore; facemi la divina podestate, la somma sapïenza e 'l primo amore.

Dinanzi a me non fuor cose create se non etterne, e io etterno duro.

Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate  (1)

 

Tenemos a la vista una escena digna de Dante… El parque Nacional Amvrakikos Wetlands. Tras las guerras aquí se asentó un grupo muy grande de sobrevivientes, aprovechando los recursos naturales y el acceso al mar, así como una gran cantidad de barcos con materiales de guerra que con el caos durante los días previos al cielo en llamas se habían resguardado justo aquí. Aquí estaban nuestros aliados… Había barcos en las orillas, y ahora están en ruinas, algunos pocos aún dejan escapar humo oscuro y se aprecian los restos de fuegos violentos que los hicieron estallar.

 

Fuego cuyo humo pudimos ver desde muy lejos, hace ya un día entero… Ahora podemos ver cuerpos mutilados por todos lados. Restos de barcos y ruinas sobre ruinas. No hay nadie que nos reciba, no hay nadie con vida. Los grandes cuerpos de crustáceos nos indican más o menos como se dieron los hechos, no hay manera de saber que pasó exactamente, pero es fácil ver que el centro donde se encontraban unidas varias barcazas para dar cabida a la comunidad de sobrevivientes, que fue su hogar flotante por décadas, fue atacado por varias direcciones al mismo tiempo. Los barcos se hundieron en orden, de izquierda a derecha, el fuego se propagó con velocidad, aún hay grandes extensiones de terreno con huellas de incendios fuera de control, el agua es aceitosa en algunas partes, debe haber habido un derrame de combustible y con eso se empeoró la situación.

 

Veo un barco a medio hundir, soy el único anciano entre los exploradores y por ello soy el que debe quedarse en tierra mientras los más jóvenes se van a explorar, tal vez encuentren más datos.

 

Mientras los espero me doy cuenta de que es muy difícil respirar, este lugar era una especie de reserva natural, un parque ecológico, una zona en la que se conservaban los paisajes más hermosos del mundo. Y, sin embargo, ahora es un lugar de muerte. Pienso en el tiempo invertido en llegar a este sitio para buscar ayuda y soporte. Y francamente deseo volver de inmediato… fueron seis días de camino, esquivando las áreas con lobos… por cierto, no vimos monos por ningún lado, es como si se hubieran retirado a otro lugar.

 

No hay campamentos ni pueblos humanos en el recorrido, antes… tengo hambre. ¿Qué estábamos haciendo?, ha!... ya recuerdo

 

Aquí está un viejo auto, restos de aviones y helicópteros arrojados al suelo con poca gracia, y una enorme grúa intacta tipo exoesqueleto, la explosión de un barco que estaba justo en esta orilla, aún lo recuerdo, un super barco, un Buque clase WASP de los americanos, lo que sea que haya pasado hizo reventar una bodega del buque varado aquí hace décadas. Con el movimiento salió al exterior esta cosa tan bella, en ese tiempo les llamaban “Gundam” los jóvenes, los adultos la llamábamos “Ripley´s” por las películas de Aliens… me llevará un rato revisar si aún sirve. Lo desarmo pacientemente, no hay tornillos, son piezas que se montan en una especie de “rompecabezas”, se requiere un punto de apoyo para deslizar los paneles que los componen y que ayudan a que permanezcan en su sitio… El cableado está en buen estado, el mecanismo es extraño, no está magnetizado… y el combustible. ¡¡ES SOLAR!!, ¿por qué no funcionará?... el panel frontal es pequeño, mucho muy pequeño para permitir buena visibilidad, y no hay muchos mecanismos que requieran chips, no debería de estar incapacitada. El menaquismo… maquinesmo… Maldita sea… mecanismo (¡¿qué me pasó?!) es de última generación, no es industrial, con elevadores y amortiguadores a presión con gas y líquido… son de impulso nervioso… sólo los vi en manuales técnicos militares y se supone… Dios, se supone que son teóricos. Es un mecanismo que trasmite el movimiento del usuario a la grúa, al nivel de la sinapsis nerviosa. Y los “nervios” son metal orgánico y fibra de carbono y silicio. Esto se supone que no debería de existir. Debo reparar esta belleza, no importa lo que me tarde en hacerlo, debo llevarlo a casa. DEBO LLEVARLO

 

Los jóvenes regresan, traen un sobreviviente, una mujer mayor con un bebé en brazos… un bebé que no lo logró y que se niega a soltar. La escena es mortal, no sé cómo ayudarla a comprender que su nieto está muerto. Se aferra a una manta raída y sucia, manchada de sangre seca y excremento. Su aspecto y sus fuerzas, pienso que no ha comido en al menos dos días. La ayudan a sostenerse y la tratan de apaciguar, pero no funciona. Me miran buscando apoyo o consejo, y prefiero mostrarles que hacer en estos casos. Me acerco y le doy un golpe con todas mis fuerzas, contundente y seco. Y la desmayo inmediatamente. Se miran entre sí, sorprendidos. Pero incapaces de ir contra la lógica de mis actos, y en última instancia, de mi autoridad, siguen mis instrucciones y nos movemos a la única construcción cercana en pie, una bodega. Nos llevamos a la mujer, ya libre del cuerpo de su nieto, a lugar seguro, y nos ocuparemos de limpiarla y prepararnos para cuando despierte. Haremos algo de comer. La grúa es muy pesada, pero entre los 6 la podemos mover (con grandes trabajos y con el uso de al menos 4 horas) para llevarla a la bodega que está a simples 50 metros.




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