Como cada día, me levanto sumamente temprano, aún no sale el sol y sin embargo yo, al igual que muchas otras personas, ya estamos levantados, preparándonos para salir para buscar el sustento. Me levanto silenciosamente, sin despertar a mi esposa, rogando no hacer ruido alguno que alerte a mis hijos, sobre todo al mayor, que insiste en venir a mi lado para ayudarme.
Sin embargo, no se trata de tener o no ayuda, simplemente aún es muy pronto para que él mismo se una a esta rara y extraña labor.
Hace muchísimos años, esta misma rutina consistía en levantarse y verificar que había para desayunar, arreglar mi ropa, y pensar en que ruta habría de cubrir para llegar a un trabajo, y verificar en medios de comunicación, que ruta me podría ayudar a llegar en tiempo. Radio, televisión… Simplemente tener electricidad es algo que extraño muchísimo.
¡Qué fácil era la vida entonces!, lidiar con el transporte y con la gente era un problema menor, viéndolo desde mi perspectiva hoy en día.
Cuantas de esas personas llegaron a coincidir conmigo en el mismo trayecto más de una vez, cuando había trabajos normales, y la gente luchaba cada día para poder ganar dinero…. Dinero.
¡Cómo extraño eso!, ganar dinero. ¡Qué fácil era la vida entonces! Cuando la vida misma se compraba con unos pocos papeles hechos por una casa de moneda, o con una tarjeta de crédito, o con un plástico…
Hoy mis hijos no saben qué era eso de lo que hoy extraño, sólo saben lo que implica hacer un sonido de más, y el riesgo que ello encierra.
Veo la entrada de nuestro improvisado refugio, el lugar que nos ha protegido por casi un año. Recuerdo el techo de nuestro último domicilio, mis hijos eran pequeños y no recuerdan, bueno, el mayor si lo recuerda. Siempre me quejé de los malos materiales que constituían las casas de interés social, de que cada ruido se podía escuchar en la casa-departamento-lo-que-sea de a lado. Que fácil era la vida.
El cielo se ve obscuro, es una muy buena señal. No es recomendable salir si hay luz de sol, esta resulta quemante a los pocos minutos de exposición, y luego están ellos… Ni nombre tienen las malditas cosas, pero al menos son fáciles de matar. Si este fuera un gran día, estaría lloviendo.
Cuando llueve esas cosas no se pueden mover con libertad, la humedad parece entorpecer sus movimientos y los hace lentos. Cualquiera ha pensado en aprovechar estos momentos para matarlos por montón, pero el detalle es que suelen estar en grupos mucho muy grandes.
Parecen perros ó lobos, pero al mismo tiempo parecen humanos… Personalmente pienso que tal vez lo fueron alguna vez.
Me gusta la lluvia.
Hay un cambio en el aire, puede ser por la madrugada que se despeja, y el calor de los primeros rayos del sol en las espesas nubes negras cargadas de sólo Dios sabe que… hace años que no se da otra lluvia radioactiva. El viento cambia.
Huelo humedad en el aire, esperaré a que llueva. Eso me dará ventajas muy deseables. Cuando llueve nadie puede oír tus pasos y es factible moverse sin llamar la atención tanto de ellos, como de la gente que aún hay. Esos son los más peligrosos.
Para mi alegría está empezando a llover ligeramente, puedo salir corriendo a buscar comida y lo que sea que pueda servirme para herramienta.
Ya hace 10 años que todo se fue al carajo, y si alguien espera que le diga que fue lo que pasó… puede esperar sentado. No creo que haya nadie que sepa porque todo se llenó de fuego, humo y radiación. Y los que se supone que deberían haberlo sabido, no queda ni uno de esos. De mis pocos recuerdos de ese tiempo, era ver en las noticias que las principales capitales y ciudades habían desaparecido en ataques nucleares iniciados… por quien sabe quién. Nadie dijo nada que pareciera cierto, simplemente el mundo se auto destruyó en pocos minutos… y regresamos a la edad de piedra. No hubo tiempo de hacer reservas como sueñan los novelistas de zombis, ni de hacerse de armas y un lugar seguro, no hubo militares ayudando a la gente ni nadie diciéndonos el origen de todo y hacia donde había que hacerse, no hay personajes memorables ni una chica que rescatar…. Cada maldito cliché concebido por la humanidad y su imaginación desbordada, fueron sustituidos por una sola cosa.
#4918 en Ciencia ficción
#12987 en Thriller
#5319 en Suspenso
apocalipsis, coleccion de relatos cortos, cuentos breves de supervivientes
Editado: 13.08.2022