Crónicas Tzargarianas I: El Albor De Un Imperio

Capítulo 62: Baronesa de Ha"Melekh.

Dos días después.

─Doctor, El Rey no se ha sentido muy bien desde que llegamos de viaje ─dijo Vhalir.

─Debes entender que le advertí que no fuera a Kund"Nar, que usted Alteza se encargara, pero sabes como es de terco el Rey.

─Doctor Moshe, ¿cual es su pronóstico?

─Si no se somete al tratamiento y reposo, podría empeorar.

─¡Vhalir! ─gritó el Rey con algo de esfuerzo.

─Padre, por favor no te esfuerces, solo debes apretar el botón o avisarme por medio de los sirvientes.

─Hijo, es un simple resfriado ─El Rey empezó a toser y se le hacía dificultoso hablar.

─Debes descansar padre, déjame que yo me encargue de todo, junto al Gran Visir, podemos llevar el gobierno.

─Doctor Moshe, solo administre más maná ─carraspeó el Rey.

─Majestad, ya comprobamos que no le hace más efecto, debe atenerse al tratamiento de reposo absoluto y vigilar la cantidad de lo que consume.

El Rey buscaba recostarse en su cama, y Vhalir lo ayuda junto con Maya.

─Quiero que ustedes dos vayan de una vez a donde el Kohan Superior Gamaliel para que definan una fecha pronta para su matrimonio.

─Vayan los dos corriendo y que sea en unos días, quiero ir a la boda y necesito recuperar fuerzas para ese festín, así que, ¡largo de aquí! ─ordenó el convaleciente Rey desde su lecho.

La eficiente burocracia real ya había difundido lo que ocurrió en Kund"Nar, como siempre, «una fuente anónima que no quiso ser identificada» reveló ante la prensa del Reino, el nombramiento adelantado de Maya con el nuevo título, su origen frondano, y que sería, la pareja del futuro Rey de Aleshia, La noticia al ser más relevante, traspasó las fronteras, causando una ola viral informativa dentro de Aleshia y fuera de esta.

En Ursh"Nar Ismail discute con Fatimya, su esposa.

─¿Qué vamos a hacer Ismail?, la niña no quiere salir de su habitación.

─¿Mujer, que crees que estoy haciendo?

─Deberías de nuevo convencer al Rey, o hablar con Vhalir para que responda.

─¿Responda que?

─La pena que le ha hecho pasar a Shara.

─¡No seas estúpida mujer! ─Ismail arroja su copa de vino contra la pared─. Entiende, que no se puede hacer nada, Mija es el Rey, Vhalir, Príncipe heredero, los demás somos condes, estamos por debajo del estatus ante ellos, son los gobernantes de la nación y nosotros sus súbditos.

─¿No vives alardeando que cuentas con el mayor ejercito de Aleshia?, amenaza al Rey por la falta de respeto que nos hizo.

Ante esa propuesta, Ismail abofetea a mano abierta el rostro de su esposa Fatimya.

─¡Calla!, mide lo que dices, si alguien te escucha, podríamos ir a prisión los dos o ser descastados. ¿Crees que es fácil?, ¿quieres que vaya a las tropas y les diga que: «¡Ataquemos e invadamos Nol"Har, que el Príncipe no se quiso casar con mi hija!». ¡No seas ilusa!, debemos pensar y actuar con mucha cautela, por ahora, solo conoceremos a nuestra enemiga, la chica frondana es muy hábil, es inteligente. Debo admitirlo, pero Shara no la tendría fácil contra ella, así que intervenimos nosotros, sus padres, a nuestro estilo, con mucha paciencia.

Fatimya llora del dolor por la bofetada y sale corriendo abandonando el lugar, no era la primera vez que Ismail la golpeaba al rostro.

Ismail furioso, sale con su uniforme de entrenamiento en medio de la polvorienta ciudadela de su palacio, ubicado en la calurosa ciudad de Ursh"Nar, llega a donde están unos soldados practicando con unas espadas y bastones Kersh de madera.

─¡Traten de golpearme! ─ordenó ante sus soldados.

Unos tzaring se fueron a atacarlo y fueron rápidamente repelidos y golpeados salvajemente sin piedad hasta dejarlos inconscientes por el enfurecido Conde.

─Vengan más, acaso no hay algún valiente aquí, ¿van a ser guardias reales y no pelean? ─gritaba con furia ante los otros hombres en medio del polvoriento y caluroso desierto.

Dos hombres más le brindan resistencia y sufren la misma suerte de los anteriores.

─Maya Yrena, nos la vas a pagar, y también todos los que te ayudaron, maldita. ─refunfuñaba el Conde mientras golpeaba a los soldados.

Muy lejos de ahí, en Martund, la capital de la República Koraliana, Ramiz el dictador en la oficina de su palacio de gobierno, conversaba con sus asesores militares.

─General Septón, General Rankard, Almirante Gayus, ¿ustedes me dicen que la producción de barcos de guerra está paralizada?, según leo aquí, por falta de material, pero yo fui la semana pasada a inspeccionar y habían láminas de acero suficiente para la nueva producción.

─Comandante Ramiz, ─dijo el general Septón─, me informaron, que ese material no era el correcto, la aleación para barcos es de otro temple, y ese sirve para hacer naves aéreas, por la densidad del material. Si hacemos un barco fortaleza con eso, es probable que no pueda elevarse por el peso extra, o que algún navío pueda navegar con el riesgo que colapse y se hunda.

─Comandante Ramiz ─intervino el Almirante Gayus─, le sugiero que le solicite material a nuestros aliados frondanos.

─Bien, yo hablaré con Korej Adín para que nos haga un envío, ¿pero quiero saber quien fue el idiota que confundió las órdenes y cambiaron la aleación? Responda Almirante Gayus, usted es el responsable de los pedidos.

─Comandante, con todo respeto, ya averiguamos que fue lo que pasó. ─dijo nervioso el Almirante Gayus.

─Pues habla y no me tengas en suspenso.

─Fue un infiltrado de los guerrilleros del Ejercito de Liberación Koraliano, invirtieron las órdenes y por eso el error, las láminas correctas las enviaron como basura a alta mar, pero estamos enviando un equipo de rescate señor, averiguamos donde vivía el infiltrado, pero logró escapar, por ello, quemamos todas las casas vecinas en represalia por proteger a un sedicioso.

El Comandante Ramiz, golpea fuertemente la mesa.



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Editado: 07.08.2023

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