Mientras viajaba en la camioneta, pasamos por un callejón oscuro y estrecho. De repente, mi mirada se desvió hacia un camión de basura estacionado cerca. La escena que presencié me hizo contener el aliento. Un grupo de personas desamparadas, que parecían haber fallecido recientemente, estaba siendo recogido por el camión.
Mis ojos se fijaron en sus rostros demacrados, sus ropas desgastadas y sus cuerpos inmóviles. Pero lo que más me impactó fue el brillo intenso y perturbador en el reloj de su brazo. Parpadeaba en un rojo penetrante, indicando que el tiempo de vida de esos niños se había agotado.
Un escalofrío recorrió mi espalda mientras intentaba procesar la escena que tenía frente a mí. Nunca antes había presenciado algo tan desgarrador y triste. La realidad de la desigualdad y la falta de oportunidades golpeó mi conciencia con fuerza.
En ese momento, la comandante, que se encontraba sentada a mi lado, notó mi mirada perdida y mi expresión de terror. Se acercó a mí con una mirada preocupada en sus ojos y dijo: "Evelyn, entiendo que esto sea impactante para ti. Desde que el tiempo se convirtió en un recurso capitalizado, muchas personas sin recursos suficientes han perdido la vida prematuramente. Es una realidad desgarradora que enfrentamos todos los días".
Mis labios temblaron mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas para expresar mi angustia. "comandante Valentina, no puedo evitar sentirme abrumada por la crueldad de esta realidad. Es inhumano que el tiempo se haya convertido en una moneda de cambio, dejando a tantas personas sin opciones y sin esperanza. ¿No hay nada que podamos hacer al respecto?"
Valentina suspiró, compartiendo mi pesar. "Es una batalla complicada, Evelyn. Pero cada día trabajamos arduamente para cambiar esta situación. Nuestro objetivo es crear un mundo más justo y equitativo, donde todos tengan igualdad de oportunidades. Estamos luchando contra un sistema corrupto, pero no nos rendiremos. Debemos mantenernos fuertes y unidos en nuestra misión".
Continué en la camioneta, absorta por la descripción detallada de la comandante sobre el plan. Cada palabra suya aumentaba mi nivel de atención y compromiso con la misión.
La comandante Valentina continuó: "Viper, serás nuestro experto en infiltración. Tu tarea será deslizarte hábilmente a través de las ventilaciones de la torre para llegar a la sala que nuestro equipo de hackers nos ha mostrado en el piso 21". Sentí una oleada de asombro recorrer a todos en la camioneta, ya que todos creíamos que la torre solo tenía 20 pisos.
Las dudas comenzaron a surgir, y algunos de mis compañeros preguntaron: "¿Cómo es posible que haya un piso adicional? ¿Qué es lo que se encuentra allí?". La comandante asintió, respondiendo con solemnidad: "El piso 21 es un piso secreto, conocido solo por la jerarquía más alta. Es donde se encuentra la bóveda que alberga la tecnología para retirar la capitalización del tiempo de vida".
El asombro y la intriga se reflejaron en nuestros rostros mientras Valentina continuaba explicando los siguientes pasos del plan. "Eclipse, tu misión será entregar los dispositivos de enlace a Viper. Viper, una vez allí, tendrás que implantar los dispositivos en puntos estratégicos de la sala para asegurar el acceso y la extracción de la capitalización del tiempo".
Mientras procesaba la información, me di cuenta de que mi papel también era crucial. La Comandante Valentina continuó: "Fénix, Aurora y Evelyn, nuestra tarea será abrirnos paso hasta el piso 21 de manera discreta. Nuestro objetivo será proporcionar cobertura y garantizar que Viper pueda realizar su tarea sin problemas".
Sentí un escalofrío de emoción y determinación recorriendo mi cuerpo. Este plan representaba un desafío formidable, pero estábamos preparados para enfrentarlo juntos.
La Comandante Valentina concluyó: "Recuerden, la discreción y la cooperación son fundamentales. Nuestra misión es trascendental para cambiar las reglas impuestas por la capitalización del tiempo. Cada uno de ustedes tiene un papel vital en esta noche. Trabajaremos como un equipo y nos aseguraremos de que esta fiesta sea el punto de inflexión en nuestra lucha".
Bajamos de la camioneta, todos con nuestros trajes de seguridad puestos, listos para llevar a cabo la misión. La Comandante sacó su radio y, con determinación en su voz, dijo: "En posición". Escuchamos las respuestas de confirmación de los demás miembros del equipo, indicando que estábamos listos para seguir adelante.
Viper, fingiendo un malestar, se separó del grupo rápidamente y corrió hacia el baño de hombres, siguiendo su parte del plan. Mientras tanto, la Comandante nos instruyó a comenzar nuestro avance hacia la Torre de Ébano, tomando precauciones para mantenernos discretos.
Subimos las escaleras poco a poco, piso por piso, manteniendo la mirada alerta en busca de cualquier señal de seguridad adicional. Al llegar al piso 3, recibimos una actualización de Viper, quien nos confirmó que había logrado instalar los dispositivos en la sala designada. Sin embargo, nos alertó de un nuevo equipo de seguridad a partir del piso 17, uno que no reconocía y parecía haber sido contratado para proteger lo que guardaban en el piso 21.
La Comandante, Fénix y yo aceleramos el paso, conscientes de que el tiempo se estaba agotando y enfrentábamos una mayor resistencia. Mientras tanto, Eclipse se posicionó en un cuarto para manejar los dispositivos y abrirnos paso a través de la seguridad, volviéndonos invisibles para las cámaras de vigilancia. Aurora nos confirmó su posición en un helicóptero a 10 kilómetros de distancia, lista para brindar apoyo si fuera necesario.
Cada paso que dábamos se volvía más tenso y emocionante. Nuestro compromiso con la misión era palpable en el aire mientras continuábamos ascendiendo, superando cada obstáculo con determinación y destreza. Sabíamos que el éxito de esta noche no solo afectaría a aquellos que habían sido víctimas de la capitalización del tiempo, sino que también enviaría un mensaje claro de resistencia contra la opresión.