Nikolai miró por el gran ventanal, la ciudad de México era demasiada hermosa, sus edificios, sus calles, sus colores; le había encantado el país y no se había arrepentido por querer irse a vivir allí en cuanto pueda, Francesca lo abrazó por la espalda, yacía dos días desde que llegaron al lugar. El primer día no se pudo reunir con los presidentes ya que, algunos no habían llegado a tiempo así que, pidió que fuera hoy la reunión, de todos modos no tendría nada que hacer si hacia la reunión el día mismo de su llegada y bueno el segundo ya estaba pasando cómo agua.
—¿Te gustaría vivir en este país? —Cuestionó a la chica, Nikolai se volteó quedando frente a ella.
—Para hacerte sincera no, me gustaría vivir en el palacio contigo —Dijo, El joven se soltó de su agarre y se fue a sentar.
—No me gusta esa idea. Ese no es mi sueño Francesca, si quieres algo así quédate con uno de los príncipes allá.
—¿Qué estás diciendo Nikolai? ¿Cómo que no es tu sueño? Naciste en en palacio y creciste ahí, entiendo el aburrimiento pero salir de tu nación para vivir en otra.
—Tu lo hiciste Francesca.
—No fue mi elección, era menor ahora ya soy una mujer.
—Si te quieres casar conmigo tienes que hacer lo que te pida.
—¿Podemos discutirlo al menos? Somos dos personas no una.
—Se supone que cuando alguien se casa se vuelve uno, además este es mi sueño.
—Pero no el mío Nikolai, apenas estoy con mis fábricas y mi familia, tu tiene muchos empleados de confianza yo no podría salir del país por tanto tiempo sin saber cómo va mi empresa. Además no has pensado en tu familia.
—Yo lo pensé todo y no voy a cambiar de opinión. Quizás suene egoísta aunque creo que no, si tú realmente quieres estar conmigo no con la realeza sino conmigo, lo entendería.
—¿Es en serio Nikolai? —La chica se sentó en sus piernas.
—Sí, tienes que decidirte. Piénsalo hasta septiembre.
—Nikolais no estás pensando en mí.
—Lo estoy pero...
Alguien tocó la puerta dos veces, Francesca se levantó de su regazo y caminó hasta la puerta abriéndole a Robin, el chico entró a la habitación.
—Ya están reunidos los presidentes, alteza el único presidente que no ha llegado es el de República Dominicana.
—No, El señor Nelson y yo quedamos que la reunión sería en republica dominicana, por esa razón él no está aquí.
—Bien, me parece perfecto. Sígame para guiarlo a la sala de juntas del hotel.
—Muy bien —Nikolai miró a Francesca la cuál estaba con un leve fruncido de ceño y cruzada de brazos, el príncipe tomó su cartera de Gucci dónde tenían su laptop guardada y se la colocó encima—. Camina — Ordenó a la chica y está no dudo en obedecer, salió primero que Nikolai de la habitación, ambos siguieron a Robin pasando por un largo pasillo, al final se escuchó algunos murmullos y sonidos de fotografías, el joven fue la base de atención cuando entró a la sala, Francesca lo tomó de las manos hasta que llegaron al centro de la mesa, Nikolai le sacó el asiento a la chica y antes de sentarse saludó hablando en inglés a todos los presidentes.
—Muchas gracias a todos por llegar, si ven que estoy pronunciando las palabras mal dichas es por mi acento Danés —Algunos de los hombres importantes se rieron, no quería hablar en español por lo que le había dicho Francesca, Nikolai sintió inseguridad—. Bien, yo mismo haré la presentación de lo que quiero hacer en cada uno de sus países. Son siete, no me gusta el número seis, aquí hay seis porque falta uno pero no sé preocupe ese también será mío —Se encogió de hombros, Nikolai hacía reír con lo mínimo ah aquellas personas, salió del asiento y empezó a explicar con la vía positiva que le había puesto los encargados del hotel. Al final de la presentación hubo un aplauso y mas fotografías. Los presidentes firmaron un acuerdo mutuo para empezar con las contrataciones de la fábricas en sus países, cada uno estuvo de acuerdo con lo que había planeado Nikolai.
Más tarde salieron todos a otra sala donde había una mesa redonda, eran casi las cinco de la tarde, sería un tipo de cena de despedida, el presidente de México había sido invitado a la cena junto a su familia la cuál no tardó en llegar.
—Mucho gusto joven alteza —Saludo el hombre, varias fotografías salieron cuando ambos hombres se dieron la mano.
—El gusto es mío presidente Antonio.
—Tranquilo joven alteza no tiene que mencionar todos mis apellidos —El jóven se echó a reír mientras caminada al lado del mismo, se sentó en una de las esquinas al lado de Francesca la cuál se había mostrado callada durante todo el trayecto, saludando solamente algunas personas. Un minuto después empezaron a servir la cena.
—Me parece bien, podría vivir cerca de donde vivo, que creo que, al final necesitaría los mismo cuidados que tienen conmigo —El presidente y Nikolais habían entablado una conversación muy amistosa de largos minutos—. Ya sabes usted, para que su alteza el rey este tranquilo.
—No se preocupe señor presidente, estoy seguro que casi nadie me conoce en este país.
—Con las noticias que saldrán o ya han salido diría lo contrario —El joven echo un vistazo a los periodistas invitados que aún desde sus mesas sacaban fotografías.
—Se me había olvidado.
—Su novia es muy callada —El presidente echó un vistazo hacia la chica.
—¿Lo es? —Cuestionó Nikolai.
—Me pregunta a mí, usted sabrá más que yo —El presidente se echó a reír y Nikolai le acompaño. Francesca sintió que ambos hombres se estaban burlando de ella. Le metió un pizoteon a uno de los presidentes pensando que era el pie de Nikolai.
—Oh vaya! Discúlpeme —Comento la joven cuando el hombre se había quejado, Nikolai le dió una mirada muy severa antes de disculparse con el presidente de El salvador, este se levantó de la mesa por la impresión pero se calmó cuando Nikolai intervino. Al finalizar todos los presidentes se unieron en una foto, más las personas que se encargarían de las fábricas y el dueño del hotel que también había sido invitado a la cena.
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Editado: 10.08.2022