El presidente Joaquín Balaguer llegó un minuto después de que ambos hombres se sentarán en la galería, bebiero un poco de té y hablaron de otras cosas, Gabriel llegó temprano sorprendiendo a su padre, Nelson sabía que el joven tenía muchas responsabilidades, le habían entregado un pelotón para que lo adiestrará al pasar hacer teniente de la fuerza aérea y que poco tenía de tiempo libre para visitarlos pero como estaba en verano pensó que estaba libre tampoco se quejó cuando lo escuchó decir que arreglaría el camino él mismo para que volvieran por última vez al lago antes de empezar a trabajar pero un día que no vaya a llover, cuando el presidente del país hizo su llegada se separó de él y se quedó por los pasillos hablando con algunos de los trabajadores, no tenía de ver a la princesa aunque se había quedado con ganas de verla desde la última y primera vez.
—El plan me parece perfecto cuenten con mi apoyo —El presidente estrecho su mano con la del principe y luego una de las empleadas entró con una bandeja de tazas de porcelana mientras la señora Mercedes entraba con la greca en la mano, Ángela se quedó en la entrada por si tenían que buscar más café, ella no quería dejarse ver de Nikolais estaba muy avergonzada.
—Café —Dijo la mujer con una sonrisa a Nikolais el cuál sonrió negando con la cabeza.
—No bebo café —Dijo tratando de ser amable, Ángela apareció en su frente con una heja alzada.
—Que pena, se pierde lo bueno —Comentó ella, Ángela solo quería gritarle por haberla usado todo este tiempo al menos ni siquiera era por amabilidad simplemente quería poner en celo a su prometida. Nikolais alzó una heja y Ángela se cruzó de brazos.
—¿Te gusta el café?
—No me gusta, me encanta —La señora Mercedes terminó de servirle al presidente y a su esposa los cuales bebieron sin prisa disfrutando el café echo a greca. El único que no estaba bebiendo era Nikolais y claro Ángela, la señora Mercedes y la chica que tenía la bandeja en las manos. La señora Mercedes se trajo a Ángela solamente para que salga un poco de la cosina la había visto algo triste y desolada.
—Que pena, en eso no estaremos de acuerdo —Dijo Nikolais cruzando sus brazos por igual. El señor Nelson carraspeó, conociendo a esos dos tortolitos sabía que empezarían una escena frente al presidente y la primera Dama pero eso no le importaba a Nikolais realmente.
—Felicitaciones, te vas a casar pronto y como será la última vez que te vea te lo digo por adelantado —El presidente puso la taza en la mesa.
—¿Se casará? Felicidades.
—Aun no, la señora habla y aún no le pido matrimonio —El principe la miró y el presidente posó su mirada en ella, Ángela sintió como su corazón palpitaba fuerte.
—Bien, nos retiramos —Dijo la señora Mercedes recogiendo las tazas. Ángela dió la vuelta sobre sus talones primero que todas lo hizo porque sabía que en cualquier momento estallaría de rabia y caminó deprisa hacia la cocina.
—¿Por qué está vestida de servidumbre? —Preguntó el presidente acerca de Ángela.
—La conocí aquí —Respomdio Nikolais. El presidente ensanchó sus labios en una sonrisa.
—No me la ha contado y ya me parece bonita, su historia. De verdad, conocí a mi esposa en un parque —Agarró la manos de la primera Dama y está sonrió afirmando con la cabeza.
—Es una mujer difícil pero no me daré por vencido —El presidente sonrió al igual que su esposa.
—Todas las buenas son así al principio, muy difíciles —La primera Dama carcajeo contagiando la carcajada a los hombres los cuales no pudieron contenerse.
Ángela se detuvo en la losenas sacando platos sin sentido—Cree que puede jugar conmigo —Susurro para si misma pero algunas que estaban a su lado viendo su conducta extraña la escucharon.
—El principe se cansará con Ángela —Anuncio la chica que traía la bandeja.
—No seas habladora, no sabes lo que es una broma y la realidad —Escupio la señora Mercedes mirándola con el ceño fruncido, Adalia miró hacia donde Ángela y caminó a donde ella estaba.
—¿Volvio a molestarte?
—Sí.
—Se está burlando de ti, es obvio. Seguro piensa que estás enamorado de él. Solo es un juego para él.
—Eso creo, pero sabes qué. Me iré primero. Le diré a la señora Mercedes que me iré primero. No dejaré que él se siga burlando de mí.
—Eso está bien —Dijo ella, Ángela se acercó a la señora Mercedes. Carraspeó para que le pusiera atención.
—¿Estás bien? —Preguntó la mujer al verla de frente.
—Quisiera irme primero, debo limpiar mi casa por los días que tenemos afuera, estoy segura que el chico que la cuida no lo hará, así puedo entrar sin preocupaciones mañana temprano al restaurante —La señora Mercedes suspiró mirándola, sabía que algo le había molestado. ¿Tal vez se había sentido incómoda por la conversación hace rato? No lo sabía con exactitud o tal vez, estaba cansada por todo este alboroto que se armó desde que ella llego a este lugar.
—Esta bien, ve recoge tus cosas hablaré con el señor Nelson —Ángela afirmó con la cabeza y se fue a la habitación, las niñas no estaban porque habían salido al patio junto con la princesa, las dos nietas del señor Nelson, el hijo y su esposa. Abrió las mochilas de las niñas recogió las ropas que habían tendido y las arregló dentro. Se sintió triste porque le terminaría la diversión a ambas niñas antes de tiempo pero ellas lo entenderían, siempre era así. Terminó de arreglar su cartera y se vistió con la ropa que iba a usar para salir, peinó su cabello y colocó un pañuelo como pisa pelo en el cabello envuelto. Salio von la mochila de las niñas en brazos y su cartera del otro lado.
—¿En serio te quieres ir? —Pregunto el señor Nelson viéndola, ella quedó estrañada de que el principe no estaba con él pero imaginó que estaría con su novia afuera de la casa.
—Sí, no sé si la señora Mercedes ya le dijo.
—Podemos hablar, quería hacerlo antes pero no encontraba el momento indicado, si no es mucha molestia —Casi la interrumpió el señor Nelson, le quitó una de las mochilas y caminaron hasta el mueble de la sala.
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Editado: 10.08.2022