¿cuál es la realidad?

Capítulo 43

Al poco rato el chico se puso de pie y se marchó. Rápidamente Robert empezó a actuar indiferente conmigo, ni siquiera entendía por qué el cambio, si habíamos estado bien, ¿Por qué cambiar? ¿Cuál era la razón?

— ¿Por qué eres así conmigo? Dime, ¿Qué es lo que te hago que tanto te molesta? —Lo miro con mis ojos aguados.

No podía creer que lo que este tonto me dijera me afectara tanto, ni siquiera comprendía sus motivos. Podíamos estar hablando bien y él de repente cambiaba de un momento a otro, así de la nada.

—Stheisy, estaba hablando con él, ¿Te das cuenta de que no tengo muchos amigos? ¿Qué no soy muy sociable?

—Sí, Robert, sí lo sé. Mira, mis compañeros se han marchado todos. Ayer Darling trató de matarme asfixiada y hoy me hablas así y ni siquiera sé por qué tienes estos arranques de irá y tu poca sensibilidad me sorprende. Mi madre me miente y es posible que mi hermana esté aquí también. No te conozco, ni siquiera sé cuál es tu diagnostico o si me tratas así por querer. No veo que seas así con los demás. Tu dime, ¿Por qué a veces me odias tanto y por otros momentos me adoras? No lo comprendo, por favor dame a entender lo que pasa contigo, estas cosas me lastiman, a mí, a quien está aquí tratando de sobrevivir en este lugar donde no tiene a nadie. Si alguien quisiera acercarse a mí con gusto lo acogería porque estoy tan sola que no me molestaría ser amiga del personal de este lugar, solo para tener algo de compañía. Me cansé de ti, de buscarte todo el tiempo y que me trates de esta manera como si no te dolieran aquellas cosas que me dices —me puse de pie con todas las ganas de irme y que no volviera a verme.

—Stheisy, espera —escuché que me pidió a mis espaldas.

— ¿Qué quieres? —Me di media vuelta y con mis ojos mojados lo miré— ¿Aun no estas satisfecho?

—Por favor, ven, te contaré qué es lo que ocurre, es necesario que me comprendas y solo te pediré que me escuche, si luego quieres seguir con aquella idea está bien, lo respeto, pero permíteme decírtelo todo.

Lo pensé unos segundos antes de acceder, pero como era de esperar volví a sentarme en esa silla para escucharlo.

—Mira, cuando cumplí diez y siete años fui diagnosticado con bipolaridad. Tardaba semanas y meses en mi habitación llorando y con ideas locas que solo yo me las inventaba: Era algo terrible. En esos episodios depresivos intenté varias veces suicidarme, pero en el fondo sabía y mi familia sabía que ese quien intentaba hacerlo no era yo, sino mi enfermedad. Perdí muchos amigos, mis padres gastaron mucho dinero en mi tratando de que mejorara. Se cumplió un año y luego dos y yo no mejoraba, cada vez era peor y peor. Perdí muchos amigos, mis familiares muchos se alejaron de nosotros. Cuando cumplí mis diez y nueve años le pedí a mi madre que me ingresara a este lugar y digamos que me he ¨mejorado¨ según el sentido de la palabra, pero realmente no lo siento así. Cuando estoy fuera de mí empiezo a dibujar para distraerme y no quiero saber de nadie. Tú me agradas, es solo que no puedo a veces controlarlo y reacciono así. Yo no quería esto para mí, yo era un chico completamente normal, con las metas de cualquier adolescente soñador y ambicioso. Estaba en la escuela y tenía buenas notas, me iba bien en deportes, pero era el arte lo que realmente amaba. Todo empezó a cambiar y se salió de control. En mi familia todos empezamos a cambiar por culpa de lo que pasa, lo último que le dije a mi madre es que me entren a un psiquiátrico y que no quería verlos hasta que esté mejor. Hice que me lo prometiera y hasta hora han cumplido, te miento si te digo que eso era lo que realmente quería porque no es verdad, pero necesitaba motivarme para mejorar. Ellos pusieron muchas cosas de un lado para enfocarse en mí, yo les estaba estorbando. Tengo un hermano pequeño, ahora mismo tiene nueve años y para ese entonces necesitaba mucha atención, era un niño pequeño, en esos tiempos estaba muy juguetón, se movía mucho y había que estar pendiente de él. Que yo estuviera allá era realmente una pesadilla para ellos. Estaban cansados, él hacía algo y tenían que correr a ver qué pasaba y luego estaba yo con mi depresión y mis cambios que también tenían que estar al pendiente de mí. Realmente necesitaba ayudarlos de alguna u otra forma. Me duele mucho estar lejos de ellos, no sabes cuánto, no he ido a un cumpleaños, no sé cómo están ni sé cómo es su vida. El doctor dice que estoy mejorando, pero como ves a veces no me tomo mis medicamentos y enloquezco y con suma facilidad: es terrible mi situación, ni te imaginas cuánto.

Lo miré y no pude creer lo que me decía, éramos muy parecidos hice lo que hice solo para proteger a mi familia y él también lo hizo, de maneras distintas, pero al final lo hicimos por ellos. Lo miré y le sonreí, pasé mi mano sobre su hombro y lo abracé. Él se acomodó en mi hombro y me sorprendí de ello.



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En el texto hay: mentiras, psiquiatra, enfermedad mental

Editado: 02.02.2019

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