No puedo creer lo que mis ojos están viendo, ¡Es ella! la última mujer que deseo ver en esta vida y ahí está sentada en mi sala de reuniones, mi maldita sala de reuniones, no puedo evitar mirarla con odio, tantos recuerdos vuelan en mi mente en tan sólo unos segundos, aquellos años cuando quedé esperándola como un puto crío, cuando no llegó y la busqué, no crean que no lo hice, rastree ese campus día y noche y nadie sabía absolutamente nada de ella, había desaparecido, no lo podía creer, era como si la tierra se la hubiera tragado, sólo conseguía algunas miradas que se bajaban cuando preguntaba dónde estaba, no hablaban, hasta que Dalia una compañera en común me entrega un papel tan sólo con una frase, "Lo siento, me marcho".
Cuantas noches esperé que regresará, que fuera una puta broma, hasta deseaba que algo le hubiese pasado con tal de poder recuperarla, quizás esté en algún hospital, habrá perdido la memoria, como olvidar esos días donde me fui a la mierda. No podía entender que había pasado, las chicas me decían que tenía un novio en España y la había venido a buscar, no podía creer eso, pregunté al Rector y sólo me dijo que se había ido porque estaba estresada, que había pedido discreción y no podía decir más, que recibiría por correo su título. No podía entender que estaba pasando, Max me ayudo a buscar, pero nada, incluso nos escabullimos a los dormitorios de las chicas y al entrar en su cuarto encontré todo vacío, con excepción de una caja que estaba llenas de nuestras cosas, mis cartas, fotos, regalos. No podía entender nada, pero decidí dejar de preguntar y buscar, cuando la llamé el número estaba fuera de servicio y así fue como nunca más supe de ella.
Presenté el proyecto solo, el que había creado con mi piccola principessa, esperaba que regresara, incluso en la graduación, pero al no verla llegar ni a nadie de su familia comprendí que realmente se había ido. Max me ayudó a superar todo, aguantó mis borracheras y tiempos en que no quería ser nadie, en una de las tantas fiestas de mis padres nos juntamos con Damián y decidimos armar la empresa, tenía una nueva meta, ya no la tendría a ella, pero mi corazón sería ahora de mi carrera, de mis obras y en ello dejaría todo.
Después de leer ese papel una y otra vez decidí venirme a España, me alejé de todos, quizás esperaba encontrarla, sabía que ella vivía en Madrid, por eso tal vez la casa matriz estaba en esta ciudad, Max se quedó en Italia ya que nuestra primera obra comenzó allá, precisamente con el proyecto que creamos juntos, pero no fui capaz de hacerme cargo y lo dejé todo en mano de mi amigo. Con la única persona que mantuve el contacto fue con Dalia, se volvió una buena amiga y luego pasó a ser mi amante, hasta el día de hoy nos juntamos, ella sabe perfectamente que no puede pedir nada y por eso seguimos juntos...
En eso vuelvo de mis tortuosos pensamientos que pasaban cual película ante mis ojos y veo que Fran comienza a ponerse blanca y su cara es de desesperación, mi primer instinto es ir a ayudarla, pero no puedo dar un maldito paso, mis piernas no se mueven, cuando logro mover una veo como Max se acerca a ella y comienza a hablarle, de pronto la toma de la cintura y una rabia comienza a subir desde mis pies, una rabia de porqué esté tocándola, ya no necesito moverme, sólo la miro con odio y rabia, de pronto veo como sus ojos se cierran y se desploma.
Estoy mirando como escenas de videos, veo que Fran se está ¿desmayando?, veo cómo Max se acerca a ella y la alcanza a tomar, la sube a sus brazos y no puedo evitar sentir una rabia corriendo por mis venas. Mi corazón comienza a palpitar frenéticamente, ¿Qué le pasa?, no me doy cuenta cuando veo a Max con ella en brazos gritándome que lo deje pasar, veo como sus manos están aferradas a sus piernas y espalda, lo miro con odio, si pudiese expulsar fuego por mis ojos ya estaría completamente ardiendo.
-¡Daniel! - me grita, reacciona déjame pasar y llevarla a enfermería, yo como puedo me muevo, estoy en shock, veo como pasa con ella en brazos y la lleva donde la enfermera, vuelvo a sentir esa rabia corriendo por mis venas, pero es una rabia mezclada entre ver como mi amigo carga a mi piccola principessa y el odio que siento por ella.
Me quedo viendo cómo se aleja, ¿a dónde la llevaba? - no puedo pensar sólo lo veo alejarse y nuevamente esa rabia comienza a quemar mis entrañas. De pronto recuerdo a lo que íbamos, giro mi cuerpo y veo a Damián que mira todo con la boca abierta y a los otros postulantes que están blancos y apenas respiran, sólo saltan cuando grito que la reunión está cancelada, doy media vuelta y me dirijo a mi oficina dando un portazo que sé, se sintió hasta Italia.
Al entrar en mi oficina voy directo al minibar, me sirvo un trago y lo tomo al seco. ¿Qué está pasando? ¿Realmente era ella?, me siento en el sofá y sólo paso mis manos por mi cabello - No, esto debe ser una maldita broma, no puede estar pasando, como aparecerse después de tanto tiempo, simplemente no puedo procesar nada, de pronto recuerdo esa sensación ayer, cuando estaba en el ascensor, ¡era ella! claro que lo era, Dios que está pasando, tapo mi cara y me recuesto en el sofá, no sé qué pensar, no sé qué hacer.
Esto parece una broma, son tantos sentimientos que tengo en mi pecho, que simplemente no puedo describirlos, realmente estoy en completo shock, pero alguien me tendrá que explicar esta maldita broma.
- ¡DAMIÁN VEN AHORA! - Mi secretaria se asoma, la quedo mirando y sólo responde - el Señor Damián ya viene-. voy a comenzar a desquitarme con ella, así que le digo que mejor salga de la oficina.
No sé cuánto tiempo pasa y entran Max y Damián, los quedo mirando y casi gritando les digo - ¡Quién me puede explicar que mierda está sucediendo!
Damián me mira con cara de interrogación sin entender nada, sólo me mira y dice ella fue quien cumplió al 100% con la entrevista, no pediste nombres ni sexo para ser equitativos, pero si ustedes me explican que pasa podríamos hablar tranquilamente.
Ahí caigo en que Damián nunca conoció esa parte de mi vida, sólo Max sabe lo que sufrí y viví al lado de esa endemoniada piccola. Damián salió un año antes de la Universidad, por lo que no estuvimos juntos ese último año y la verdad, no quise contar a nadie lo que había pasado. Después de escuchar relatar a Max obviando detalles, quien es Francesca y que ya la conocíamos, junto con sólo mencionar que es la chica que conocí el último año, al parecer sabe que aún me afecta, pregunto dónde está.
-La dejé en enfermería, al parecer tuvo un ataque de ansiedad y debieron ponerle oxígeno.
- Claro, me río sarcásticamente, llega a nuestra empresa, mi oficina y finge un ataque, lo que quiero es saber qué demonios está haciendo aquí, porque de algo estoy seguro, esto no es casualidad. Salgo caminando decididamente a la enfermería, esta mujer me va a escuchar, me tendrá que explicar cada detalle de porqué se fue y vuelve sin avisar.
-¡Daniel! me grita Max, para que lo escuche, pero no me detengo, camino con paso firme en una sola dirección.
En la enfermería...
Ya estoy bien, gracias, de verdad debo salir de acá.
- Usted no puede moverse, ha sufrido un ataque muy fuerte de ansiedad, no puedo dejarla ir hasta que uno de los jefes lo autorice.
-Oiga, yo de verdad le agradezco, pero no trabajo acá, déjeme llamar a mi amiga para que me venga a buscar, ¡puede acercarme la cartera por favor? - Ahí están mis medicamentos y celular.
La enfermera me la pasa y comienzo a llamar a Mariela, repica una, dos veces y contesta. - ¡Mariela! por favor puedes venir a la empresa que estaba postulando, sí, sí te mando la dirección, te necesito por favor.
Del otro lado sólo escucho palabras alarmadas y preguntas, hasta que logro que se calme y anote la dirección. - te espero, le digo y termino la llamada.
- ¿Puedo ir al baño, le pregunto a la enfermera?, ella me mira seriamente, pero me acompaña. Cuando ya me he mojado la cara y me he tomado el medicamento, abro lentamente, no se ve nadie por el pasillo, salgo apresuradamente y corro, corro como nunca hasta llegar al subterráneo a la seguridad de mi vehículo, vuelvo a llamar a Mariela, le aviso que la esperaré unas cuadras alejada de la empresa y salgo para nunca volver. O eso creo...
Daniel llega a la enfermería y al no ver a nadie en ella grita ¡Dónde está!, la enfermera asustada le avisa que la señorita está en el baño, pero al llegar esta vacío. - corre, como siempre lo has hecho, pero juro que esta vez no te escaparás, te buscaré hasta dar contigo y me des una explicación. Endemoniada piccola.