Cuando Comencé a Quererte

BIENVENIDA ARQUITECTA

Me he levantado temprano para estar con anticipación en la empresa, no quiero que en mi primer día de trabajo me vayan a reclamar nada. Aún falta para las 8, pero decido entrar.

- Buenos días, soy Francesca Carusso, la nueva arquitecta, me esperan en la oficina del Arquitecto Santoro, para una reunión.

- Buenos días, déjeme confirmar - La recepcionista levanta el teléfono y marca, en unos segundos alguien le contesta y ella explica que estoy acá abajo. - Sí claro, gracias y que tengas un buen día.

- Efectivamente ya está el ingeniero esperándola, pase y que tenga un buen día. 

- Me quedo sorprendida, son pocas veces donde te encuentras con secretarias o recepcionistas amables, pero lo que más llama mi atención y hace temblar mis piernas, es saber que Daniel ya está esperándome. ¿A qué hora llega este hombre a trabajar? - agradezco a la recepcionista, que se llama Clara, según dice su identificación y me dirijo al ascensor.

- Arquitecto, la señorita Carusso viene subiendo. me dice mi secretaria - Apenas llegue la hace entrar, contesto.

Me paro de mi asiento y estiro mi ropa, voy a mirarme al espejo del baño, ha llegado más temprano de su cita, faltan 20 minutos aún, respiro profundo y vuelvo a sentarme y comienzo a teclear en el computador tratándome de concentrar en lo que leo, aunque llevó más de media hora y no he avanzado nada esperando por ella.

Se abre la puerta y pasa mi secretaria avisando que ya está aquí. - Que pase le respondo sin levantar la mirada, siento como entra, se cierra la puerta, de reojo veo que avanza un poco y se para al medio de la oficina. Sigo mirando el computador concentrado sin ponerle atención, hasta que siento una tos, y luego unos buenos días. En ese momento decido levantar la mirada y la veo, está completamente hermosa, la quedo mirando profundamente, y me doy cuenta que comienza a ponerse nerviosa.

- Buenos días Francesca, pero pasa, toma asiento.

Francesca...

Siento que mi pecho comienza a apretarse, pero inspiro profundo antes de entrar a la oficina, lo veo sentado y escucho cuando dice que pase, entro y siento como cierran la puerta, avanzo un poco, pero él pareciera que está demasiado ocupado para dirigirse a mí, pasan unos segundos, aclaro mi garganta y es ahí cuando me mira, - Buenos días Francesca, pero pasa, toma asiento. Lo quedo mirando, me está poniendo nerviosa, avanzo y tomo asiento. - Buenos días Arquitecto, lo saludo seriamente y él sólo deja de sonreír, para poner una cara de seriedad y molestia.

... Bien si así es cómo quieres comenzar, así será...

- Bueno, acá está el contrato, léelo tranquilamente y cuando aclaremos las dudas pasaremos a la sala de reuniones para hablar con el equipo. Le entregó el contrato sin siquiera mover un músculo de mi cara. Ella lo toma insegura y se va a parar. - Oh no, señorita Carusso léalo acá en mi escritorio, la miro directamente a los ojos, así vamos aclarando las dudas de una vez. Ella me mira y sólo asiente, yo la sigo mirando mientras veo como comienza a leer muy concentrada, luego bajo mi vista al computador y sigo tecleando, tratando de completar este archivo, esperando a que ella me diga algo. Pasan alrededor de10 minutos y la veo levantar su mirada, entonces cruzo mis manos bajo mi barbilla y la quedo mirando.

- Y bien ¿Alguna duda? o algo que desees aclarar, le digo seriamente para ver si capta el doble sentido.

- No, Daniel, ninguna duda, todo parece estar en orden.

- Entonces, que esperamos firmemos. Le paso una pluma para que estampe su firma y luego lo hago yo. Coloco los documentos en una carpeta y la cierro, vuelvo a mirarla y le digo, - esto es la primera parte, más tarde tendrás que pasar por Recursos Humanos para completar todo lo faltante en papeleo.

La verdad su presencia en estos momentos es innecesaria, ella debería haber pasado directamente a RRHH, pero para que perderme la diversión. Me paro y me acerco a su silla, ella levanta su mirada y puedo ver en sus ojos el miedo e inseguridad, estoy muriendo por abrazarla, se ve tan frágil e insegura, pero debo controlar esto que siento.

Le indico con mi mano para que me acompañe, pero no me muevo, ella se levanta y queda muy cerca mío. puedo oler su perfume, es embriagador, en la misma posición le digo lo más serio posible - Desde este momento soy el Señor o arquitecto Santoro, Está claro señorita Carusso.

- Por supuesto arquitecto, no es necesario aclarar mi posición en esta empresa, ahora rogaría si me deja espacio para ir a la sala de reuniones. Me queda mirando y ya no tiene esa mirada temerosa, ha vuelto a tener la mirada de ayer en su departamento, fría y distante. Es como si en segundos se pusiera una coraza.

- Vamos, sígame - Me alejo de ella y camino a la puerta, la abro y la dejo pasar primero, después de todo sigo siendo un caballero y no quiero perderme el sentir su perfume nuevamente cuando pasa a mi lado.

- Sandra, avísale a Max y Damián que vamos a la sala de juntas con la señorita Carusso.

- Enseguida arquitecto.

Vamos, le digo y ella me sigue. Llegamos a la sala de juntas y aún no ha llegado nadie, la invito a sentarse en una silla y luego me siento en la cabecera, a su lado. No sé qué decir ni que hablar, veo como ella mira la sala observando los detalles, me he decidido a preguntar cómo ha estado cuando se abre la puerta y entran mis socios. Respiro y agradezco de no haber cometido un desliz.

- Buenos días, dicen a la vez Max y Damián.

Max se acerca a Francesca y la saluda - Hola Francesca, es un gusto que estés trabajando con nosotros. Le ofrece su mano y se sienta al frente de ella. Damián hace lo mismo, la saluda muy amablemente, más de lo que quisiera y se sienta a su lado. Lo quedo mirando seriamente, odiándolo por aquel atrevimiento, pero él no se da por aludido.

- Bueno, dice Max, notando mi molestia, es hora de que conozcas nuestra forma de trabajo, Damián te explicará en los proyectos que estamos trabajando. Yo estaré sólo unos días acá en España, estoy a cargo de la filial en Italia, digamos que sólo he venido por las entrevistas de los postulantes y a darte la bienvenida ya que al final fuiste tú la seleccionada, créeme que será un gusto trabajar contigo.




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