Cuando Comencé a Quererte

EL PASADO HA VUELTO

Vuelvo a pensar que debí hacer caso a Mariela, esto recién está comenzando y sólo llevo una semana acá trabajando. ¿Cómo se atreve a venir? Trato de estar tranquila y me obligo a respirar pausadamente, lo que menos quiero es que esta mujer me vea mal.

- Pero que forma de saludar es esa Francesca, tantos años sin vernos y me saludas tan fríamente.

- Disculpa, tienes razón, “Hola Dalia, tanto tiempo” ¿Qué estás haciendo aquí?

- Ja ja ja, has cambiado mucho querida, al parecer la chiquilla temerosa se fue a dormir.

- ¿No se qué estás haciendo acá? Tú y yo no somos amigas ni nada parecido, estoy trabajando y no me gusta que me interrumpan. – Ahora si quieres saber el porqué de mi actitud, te puedo recordar tu actuar hace mucho tiempo y cierto video que mostraste tan amablemente a media universidad - la veo ponerse pálida, creo que no esperaba que supiera que había sido ella- . Por lo que no esperes consideración conmigo.

Veo como su actitud cambia y su cara pasa de un blanco a rojo y nuevamente blanco, me queda mirando y la veo tomar asiento, se cruza de piernas y se acomoda en el respaldo de la silla. – Bien entonces hablaremos claro, Daniel y yo estamos juntos desde hace 5 años…

- No lo puedo creer - ¿y eso porqué debería importarme?

- Porque sé que has vuelto para tratar de conquistarlo y quiero dejar claro que somos pareja y no permitiré que nadie lo separe de mí, capisci

- Ah, entonces con mayor razón no tenemos nada de qué hablar, si piensas que olvidaré lo que me hicieron estas muy equivocada, estoy acá sólo por trabajo y nuestra relación es de jefe a empleada, nada más.

– ¡No me mientas¡ aprendí a conocerte muy bien y sé que si has vuelto no es para nada bueno, sólo quieres vengarte y yo me encargaré de cuidar a Daniel, no podrás hacerle daño, nosotros nos amamos y él sólo quiere olvidar lo que pasó, por eso te ha permitido trabajar acá, porque se siente culpable de la broma insignificante que hicimos en la facultad, pero sólo eso, así que te advierto que mantengas tus manos lejos de él. ¿te queda claro, piccola? – Sólo puedo abrir mis ojos y no soy capaz de decir nada, cómo puede llamarme como lo hacía él.

La veo sonreír al darse cuenta de que realmente me ha afectado, siento como mi pecho comienza a apretarse y sé lo que significa esto. “Broma insignificante”, la quedo mirando y por cómo me ve sé que debo estar totalmente enfurecida, ¡para ustedes habrá sido una estúpida broma, para mí no fue así, se que estoy a punto de un ataque de ansiedad, antes de sentirme peor, logro levantarme e indicarle la puerta, camino lentamente, abro y la invito a salir. – necesito que te marches de acá ahora mismo y por favor no vuelvas más, ten por seguro que no tengo la menor intención de acercarme a tu noviecito y si tanto te molesta lo hablaré con él y me marchare hoy mismo.

Me queda mirando seria y cuando esta junto a mí, se gira – No necesitas hablar nada con él – sólo márchate y déjanos vivir en paz, todo estaba muy bien antes que llegaras y con tu presencia sólo has logrado que él vuelva a sentir cargo de conciencia por querer jugar contigo, pero no olvides esto: - Daniel jamás te quiso, sólo fuiste una apuesta.

La veo como se aleja y cierro la puerta, apoyo mi espalda en ella y comienzo  a ver borroso, no puedo respirar, trato de acercarme a mi escritorio para poder tomar mi medicamento, pero al tomar la cartera se resbala de mis manos y no logro abrirla, siento mi pecho oprimirse y sé que estoy sudando mucho, no puedo respirar, necesito ayuda, trato de tomar el teléfono pero este se cae y comienzo a ver todo borroso, Logro hacer un último esfuerzo y sacar mi inhalador  estoy apunto de ponerlo en mis labios cuando todo se oscurece.

 

POV Maximiliano

Me dirijo a la oficina de Fran cuando veo salir apresuradamente a Dalia de ella, la voy a saludar para tratar de averiguar que esta haciendo acá, me imagino que vendrá a la oficina de Daniel, pero sorprendentemente la veo dirigirse a la puerta que da a las escaleras y sale por ella. ¿y a esta mujer que le pasa? Nunca he confiado en ella, no me gusta y esto que está haciendo con todo lo que hemos hablado con Daniel hace un momento me hace pensar que nada bueno se trae.

Camino a la oficina de Fran y toco, pero en ese mismo momento siento un golpe, tocó nuevamente, no me atrevo a entrar, la relación con Fran pende de un hilo y no quiero cometer ninguna imprudencia que me aleje de averiguar qué está pasando, dudo en si golpeo de nuevo o entro, decido abrir lentamente y saludar “Hola, estoy llamando y nadie contesta, ¿Se puede?” Al abrir más la puerta veo un bulto al lado del escritorio…

¡Mierda, FRAN! ¿Qué pasó?

 ¡SANDRA, VEN RÁPIDO!

Al llegar Sandra ve a lo que está pasando y le digo que llame a enfermería y le avise a Daniel. - Sí don Max en seguida, la veo correr a hacer lo que le pedí.

Trato de tomar a Fran y me doy cuenta que tiene un inhalador en su mano, antes de moverla le acomodo la cabeza y aprieto dos veces, pero no reacciona. En eso veo a Daniel que llega corriendo y pregunta qué pasó. - Ayúdame, esto no le hace efecto, necesitamos a la enfermera. Lo veo tomarla en brazos y sacarla a su oficina, mientras grita a diestra y siniestra que quiere a la enfermera pronto, todos se alejan en el pasillo mientras pasa Daniel con Fran en brazos, yo lo sigo y entramos a su oficina, no sin antes verlo como grita de nuevo que llamen a enfermería. La acomoda en el sofá y me mira, - ¿Qué paso? – Debe ser un ataque de ansiedad - ¿Fui yo? Me pregunta, la abre importunado en la mañana. Dios ¡DÓNDE ESTÁ LA ENFERMERA!

-Acá estoy, veo como la enfermera llega rápidamente y nerviosa, la revisa y dice que necesita oxígeno, trato de explicar cómo fue que la encontré y le muestro el medicamento… - Sus bronquios se cierran con los ataques de ansiedad, no podrá tomar eso hay que darle oxígeno. Debemos llevarla a enfermería, allá tengo lo necesario.




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