Apenas llegamos a la oficina busco en mi cajón el informe que me entregó mi abogado, ahí tengo los datos más importantes de Fran, busco hasta que encuentro el teléfono – acá está, llamas tú o llamo yo le digo a Max mientras le tiendo el teléfono. Sé que me odia en estos momentos y lo veo levantar las manos y negar con la cabeza. – Cobarde, le digo.
Comienzo a marcar y después de un momento una voz femenina me habla, - hola –
Mariela, soy Daniel, de pronto no se escucha absolutamente nada del otro lado y debo repetir su nombre – Mariela, ¿estás aún? - ¿Qué quieres Santoro? Debo reconocer que su voz de odio es palpable, miro a Max abriendo mis ojos y pongo el altavoz.
- Mariela, Fran ha tenido un ataque de ansiedad y necesito que vengas a acompañarla, no conozco a nadie más con quien se sienta segura. – No alcanzó a terminar cuando se escucha una maldición y luego una serie de gritos - ¡qué le hiciste ahora Santoro! ¡Dónde esta ella! Max se para despacio y me hace gestos de… “viste, yo te dije” y hace un movimiento como cortando un cuello. -Aló, Daniel, dime dónde está voy saliendo en estos momentos, gracias a Dios estaba libre y puedo moverme rápido, pero dime ya la atendieron, le prestaron los primeros auxilios – Dios, cada vez están más seguidos ¡Y ESTO TE LO DEBEMOS A TI!, luego se escucha el cerrar una puerta y esa misma voz un poco más calmada pero llena de angustia me dice, por favor, dime que está bien y la están cuidando.
- Mariela, cálmate, ella está en enfermería, por eso te estoy llamando, creo que estará mejor si estas a su lado, estamos en mi empresa – Voy para allá. No alcanzo decir nada y me ha cortado, me quedo con el teléfono en la mano y sólo miro con cara de interrogación a Max.
- Te lo dije, ella nos cortará en pedacitos, tú eres su primera opción y yo por ser tu amigo sigo. Ahhhh, porque me meto en estas cosas.
- ¿Tanto miedo le tienes? -No la conoces, esto que acabas de escuchar no es nada comparado con la realidad.
- Bueno, de matarnos no lo hará, pero es necesario que venga y hablemos con ella. Antes que pase a ver a Fran necesito que trates de hablar y luego la llevas, por mientras yo trataré de ver que ha pasado.
POV Daniel
Dejo a Max en mi oficina esperando a su amiga y yo me dirijo a enfermería. Al llegar toco y espero que salga la enfermera, - ¿cómo está? – más tranquila, pero se quiere ir. Voy a pasar, necesito que nos deje solos, pero que se quede acá afuera por si la necesito. Me queda mirando con duda, mas sabe que no puede hacer nada, abre la puerta y me deja pasar al mismo tiempo que ella sale de la habitación.
Trato de acercarme lentamente para no asustarla ni que se ponga nerviosa, la veo con los ojos cerrados y respirando profundo, como si quisiera robar el oxígeno de la sala. Debe sentir mi presencia o que alguien se ha acercado porque abre los ojos y se pone tensa – tranquila, no te alteres por favor, llamamos a tu amiga y ella viene en camino. No quiero importunarte, sólo estoy preocupado. Veo sus ojos rojos de tanto llorar y quisiera abrazarla, pero no me atrevo, estoy a un paso de la camilla y no me atrevo a mover un músculo porque no quiero que me corra de nuevo. - ¿cómo estás?, ¿ya estás mejor?
- Daniel, no puedo seguir trabajando acá, presentaré mi renuncia hoy mismo.
- Quiero alterarme y gritar que NO, pero no sé cómo logro calmar mi temperamento y sólo le digo que se quede tranquila y luego hablaremos. No, no puede irse, después de tanto tiempo y saber que tal vez nuestra separación no fue culpa nuestra, porque algo me dice que ella aún siente por mí al igual que yo. No puedo permitir que se vaya y perder la oportunidad de aclarar todo.
- Fran, sé que no quieres hablar, pero de verdad hay muchas cosas que no entiendo, también sé que este no es el momento, pero sabes que debemos hablar.
- Todo está claro, ya tu novia me dejo todo claro, por eso no quiero seguir trabajando acá, no vale la pena esta tortura y como podrás ver no me hace nada de bien. – De qué estás hablando, Dalia no es mi novia, nunca lo ha sido, Fran por favor, no te alteres, pero sólo escucha por una vez.
La veo asentir y comienzo a contar mi punto de vista, Fran desapareciste, te busqué por mucho tiempo y por todos lados, pero nadie supo donde estabas, sólo recibí una nota de despedida y Dalia no es mi novia… bueno ha sido una compañera durante estos años, ¡pero ella sabe que no puede pedirme nada! ¡ella sabe que aún te amo!
Al diablo todo, antes que me rechace, olvido en las condiciones que está y me acerco a ella, la tomo entre mis brazos y comienzo a acariciar su espalda y besar su frente…
POV de Francesca
Ya he logrado normalizar mi situación y mientras espero que llegue Mariela, tomo una decisión, me marcharé de esta empresa no puedo seguir dañándome más de lo que ya estoy. Hoy he sufrido un ataque muy fuerte pensé que no lograría sobrevivir, esa sensación que se produce cuando no puedo respirar, de verdad es horrible, y mi pecho duele tanto que me paralizo, no puedo seguir arriesgándome en esto.
Trato de calmar mis respiraciones y parar de llorar un poco, debo tener los ojos hinchados y parecer oso panda con la pintura corrida. Estoy tratando de seguir contando para calmar mi estado cuando escucho que alguien entra y basta con sentir esa corriente en mi cuerpo para saber quién es. Apenas le digo que presentaré mi renuncia no alcanzó a decir algo más, y ya está hablando y tratando de explicar cosas…
“Fran desapareciste, te busqué por mucho tiempo y por todos lados, pero nadie supo dónde estabas, sólo recibí una nota de despedida y Dalia no es mi novia… bueno ha sido una compañera durante estos años, ¡pero ella sabe que no puede pedirme nada!”
“¡ella sabe que aún te amo!” – Aún me ama, de pronto siento mi cuerpo flotando, escuchar esas palabras, aunque sé que no debo me llena de energía, ilusiones, mi estómago se aprieta y llena de cosquillas, ¿será verdad? – No, no puedo confiar tan fácilmente, no me debo dejar engañar y me obligo a repetir las palabras de Dalia en mi Cabeza “él nunca te amó, fuiste sólo una apuesta”