Cuando Comencé a Quererte

DE VUELTA AL TRABAJO.

Ya ha pasado la semana que me dieron de descanso y me siento bien, Daniel no quiere que vuelva a trabajar, pero no podemos dejar más de lado las responsabilidades. Mariela y Max han estado acompañándonos y la verdad han sido unas mini vacaciones, donde hemos entablado una gran amistad, realmente es como si no hubiese pasado el tiempo.

El abuelo de Daniel nos ha tenido informado de todos los pasos de Giulia, pero no hemos sabido nada de Dalia y la verdad hemos pasado los últimos días entre el departamento de Daniel y el mío. La vida nos ha cambiado mucho, pero debemos volver a la realidad, así que ya estoy lista en la cocina tomando un café para despertar, cuando veo en la nevera un pastel de frutilla, ¡mi favorito!, pero no hago más que ponerlo en mi boca y debo correr al baño y vomito, Dios devuelvo todo lo que había comido, me ha pasado por glotona si ya había comido lo suficiente.

Estoy saliendo del baño y encuentro a Daniel pálido en la pieza. ¿qué sucede? Le pregunto, sólo mueve su cabeza negando. ¿te sientes bien?, creo que deberías quedarte unos días más. - Ya hablamos de eso Daniel, me siento bien... - Pero te he sentido vomitar, ¿estás segura que estás bien? - Tranquilo, fue por glotona, no pude evitar dejar de lado ese pastel, sabes que me gusta mucho, pero ya había comido demasiado.

- Está bien- vamos entonces, me tiende la mano y nos dirigimos a la empresa.

No son aún las diez de la mañana y ya me he arrepentido de haber venido, la verdad no me siento nada bien y hay tanto trabajo, sólo quisiera tumbarme un rato, pero esta semana se ha acumulado mucho trabajo. De pronto suena el teléfono y es Damián avisándome que hay una reunión urgente, así que alisto lo necesario y me paro rápidamente para ir a la sala de juntas.

No hago más que entrar y veo a  tres pares de ojos mirándome seriamente, comienzo a ponerme nerviosa y pregunto qué pasa, cuando veo acercarse a Daniel y tomarme la cara. Me mira, me mira y de pronto suelta - ¡se acabó, te vas a casa, no estás bien!

¿Pero qué te pasa? Daniel por Dios, estoy bien - ¡pues tu cara dice todo lo contrario! - ha sí tan mal me veo, le digo cruzándome de brazos.

POV Daniel

Cuando salimos del apartamento Fran no va con buena cara, la he sentido vomitar y la mierda de mi se asusta mucho, creo que no debe ir a trabajar, pero la muy necia insiste, de pronto una escena se me viene a la cabeza...

“¡Pero Daniel en qué estás pensando, ya no eres un adolescente para no cuidarte! Sabes que por las horas que han pasado puede no hacer efecto, ¿estas consciente de ello?”

Saco de mi mente a mi hermana retándome y partimos a la empresa. Estoy paranoico.

Se ha pasado volando la mañana y Max nos llama para una última junta antes de partir a Italia, pido que le avisen a Fran y veamos que hacer con el nuevo proyecto, cuando ya estamos en la sala de juntas la veo entrar y no tiene buena cara, me paro y le digo que se vaya a la casa, pero la muy necia se enoja y me grita, haciéndome sentir mal porque le he dicho que tiene mala cara, la veo cruzarse de brazos y no se que decir. De pronto miro de reojo a Max y Damián y sé que están disfrutando de esto.

- Dime Daniel, tan mal me veo- estoy cansada pero no es para que me hables así. - Piccola, no es eso, sólo estoy preocupado por ti, me giro a mirar a esos dos que están sonriendo y y los miro con odio. Me acerco a Fran y la tomo del brazo para hablar despacio y que ese par de idiotas no se burlen. - Fran te ves hermosa, pero debes tomar con calma esto de volver al trabajo - se suelta olímpicamente y me dice, que ya tendrá tiempo para descansar. La veo sentarse y dice que comencemos.

Me cabrea toda esta situación y me pongo de un humor terrible, llevamos dos horas y no podemos lograr un acuerdo con los nuevos inversores y sólo quiero irme a casa para poder llevar a Fran y que descanse.

POV Francesca

Estoy agotadísima y no me siento bien, pero no puedo ceder ante Daniel, este tiempo ha demostrado ser una persona de un carácter muy difícil y si le aguanto sé que tendré que seguir sus caprichos siempre, aunque de verdad quisiera irme a casa.

Pedimos algo de comer, aunque no tengo hambre a pesar de no haber comido nada, ya que el desayuno se fue al baño por glotona. Pruebo la comida y me siento un poco mejor. Seguimos trabajando en el proyecto y llegamos a la conclusión que tendremos que viajar para solucionar en persona las diferencias. Estamos organizando los detalles cuando veo a Daniel decir que iremos los dos, lo miro sorprendida y no sé que decir.

Max está de acuerdo ya que él debe volver a Italia y Damián no muestra interés alguno por viajar. - Listo está decidido- partimos mañana Francesca, hay que ultimar todos los detalles, no se nos puede pasar nada por alto.

No me queda otra que asumir que mañana viajo y mi estómago se revuelve un poco, no me gustan los aviones, pero no puedo poner más quejas. Así pasamos el resto de la tarde hasta que ya son las seis y estoy agotadísima.

Cuando vamos bajando recuerdo las carpetas que dejé en mi escritorio así que le pido a Daniel que me espere un poco, me devuelvo y cuando estoy por salir suena el teléfono, contesto sin apuro, pero la voz que escucho me hace paralizar.

- Hola piccola, ¿disfrutas ocupar mi lugar? -¿Dalia?, de dónde me estás llamando? - jajaja, me crees estúpida, que te diré de dónde. Sólo te llamé para que sepas que estoy siguiendo cada uno de tus pasos y que te queda poco tiempo para disfrutar mi lugar, ya volveré y ten por seguro que Daniel se quedará a mi lado. Una tipeja como tú no me podrá quitar el amor de Daniel, haré que te arrepientas de cada día que he pasado lejos de él, eso te lo juro. Ya sabrás de mi.

Y sin más me corta, no puedo moverme, sólo logro sentarme ya que todo comienza a dar vuelas y a lo único que atino es a marcar el  número de Daniel.

-¿Fran, qué pasa?, ¿dónde estás?, voy para allá.




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