CAPÍTULO 25

No sabía si habían pasado días, semanas o meses en esa habitación, esa habitación que contenía el aroma de los recuerdos vividos con mi madre. La lluvia hacía de música de fondo, cada sonrisa, cada alegría, cada sentimiento de amor profesado a mi madre estaba acompañado de esta. Me gustaba estar así, en mi subconsciente sabia que solo estaba huyendo, que solo me estaba aferrando a algo que ya no existe, a alguien que dejo de existir. Pero no todos los recuerdos eran gratos, el horror me atormentaba cuando la música de fondo desaparecía. Era como vivir en una pesadilla. Y esas pesadillas se iban haciendo mas realistas.

Y en estos días la lluvia a cesado con mas frecuencia, lo cual a provocado que el dormir no sea mas una opción. Las pesadillas son mas fuertes que los recuerdos con ella. Cada que la música de fondo desaparece, me encuentro atada de las manos y con una venda en los ojos, escuchando gritos de niños y niñas, y ahora que las pesadillas son mas frecuentes se la razón de esos gritos. Siento el como partes del cuerpo me es quemada con un hierro, como si estuvieran marcando ganado, entonces, empiezo a escuchar mis gritos, los cuales hacen que reaccione e inmediatamente me poso frente a ese gran espejo y comienzo a inspeccionar mi cuerpo. Mis ojos me hacen una mala jugada y veo las marcas en la piel después de parpadear no hay nada ahí. Puede que las tuviera antes o puede que simplemente algún poder vampírico este tratando de controlar mi mente.

En estos días en los que no llueve simplemente me quedo en esa cama, sosteniendo una fotografía, escucho el timbre sonar varias veces y simplemente lo ignoro, escucho los gritos de Rika llamando mi nombre y, simplemente me escondo debajo de las sábanas. Es como si el mundo se hubiera reducido a esa habitación, el mundo dejo de tener sentido, todo mi ser dejo de tener sentido. Ya no era necesario pensar en nada, estaba ahí porque no podía morir. Y lo intente, lo intente de muchas formas. Killian trato de detenerme, pero al final lo convencí, el se dio cuenta que tampoco tenía caso que siguiéramos así, ambos lo decidimos, decidimos desaparecer y que el mundo se fuera al carajo. Pero, no pudimos.

El peor enemigo de un vampiro es el sol, y esa fue nuestra primera opción, después de pasar varios días viviendo de recuerdos y ser despertada por pesadillas, me levante de esa cama y pensé “puedo estar con ella” desaparecer de la misma forma que ella me haría sentir mejor. Seria como ella, me reduciría a polvo y este dolor también. Me coloque la menor ropa posible y en un día soleado el cual era extraño de presenciar en VillaStay salí, me coloque bajo el sol, me quede ahí por varias horas, pero no paso nada, era como si volviera a ser humana, el sol no me movió ni la más mínima partícula. Una risa de incredulidad y de impotencia se apodero de mí, Killian quedo en silencio y desde ahí no se entrometió en todos los intentos de suicidio que hice y ninguno funciono. Sabia lo que pensaba, sabia que se quedo en silencio porque si lo del sol no funciono nada mas funcionaria. Gracias a todo esto descubrí que yo era literalmente inmortal. Y Killian viviría dentro de mi cuerpo por la eternidad también. Por que si, no solo soy culpable de que el ser que mas amo en el mundo desapareciera también soy culpable de la desaparición del cuerpo de Killian ambos ya habíamos descubierto que había sido de su cuerpo y que nunca lo íbamos a poder recuperar. Ambos seguiríamos viviendo de esta manera. Estamos unidos para siempre, por desgracia lo estamos.

“el quedarnos aquí por la eternidad nos terminara matando” después de varios días Killian pronuncio algunas palabras, las cuales parecían mas bien irónicas, sonreí, después de meses sonreí, no de felicidad, simplemente sonreí porque sí.

-si eso funciona, entonces quedémonos aquí- respondí mientras volvía a cubrirme con esas sabanas que ya habían perdido el olor de la menta fresca y comenzaban a ser remplazadas por la humedad y suciedad que se acumulaban en esa habitación.

“no bromeo, si nos quedamos aquí moriremos por dentro” y en esta ocasión solté una carcajada.

-yo hace meses que morí por dentro Killian- bufé mientras tomaba con fuerza esa fotografía. Después de eso nuevamente el silencio inundo esa habitación. Y después de varios días de que la lluvia ceso nuevamente volvió a inundar con su melodía toda VillaStay y yo comencé a cerrar los ojos y entrar nuevamente a un profundo sueño.

Me encontraba en un pequeño campo de caña de azúcar, alguien tomaba mi mano, me veía emocionada y feliz, corríamos por esos campos, el sol alumbraba fuertemente con sus rayos y una que otra nube flotaba en ese cielo azul, después de dejar de observar el cielo mis ojos se posaron en la espalda del sujeto que me jalaba de la mano para que no perdiera el ritmo de sus pasos. Una sonrisa se expandió y puedo asegurar que no solo fue en el sueño. El sujeto que me tomaba de la mano me llamaba por otro nombre “Rika” no me sentía confundida y era para estarlo, simplemente lo acepte como mi verdadero nombre. Después de correr por varios minutos podía sentir la fatiga del cansancio. Me recosté en medio de las cañas de azúcar y observé a quien tomaba mi mano cortar una de estas y partirla a la mitad y, darme una, comencé a disfrutar del dulzor que esta le estaba dando a mi sentido del gusto.

-no hay nada mas dulce que las cañas de azúcar que cosecha don Juan- escuchaba esa voz la cual comenzó a darle un rostro.

-paro la miel es mucho mas dulce, pero no negare que se me hace mas deliciosa la caña de azúcar- solté con una voz de superioridad.

-¿Cuántas veces tengo que irme a quejar a la casa de sus padres?- Don Juan nos descubrió comiendo la caña de azúcar y ambos nos levantamos y salimos corriendo de ese lugar, nuestros rostros de felicidad eran alucinantes, y hacia que tuviera envidia por que sabia que nunca mas iba poder sonreír de esa manera.