Hannah.
Me baje del auto rápidamente, había pasado a buscar a Katie a su casa, pues Julia se vendría con Raegan y sus hermanos a la escuela. Tenía los nervios de punta en este momento, partiendo por el hecho de que Justin quería hablar conmigo, y que no le había dicho a ninguno de mis amigos que el pelinegro había vuelto. Landon estará que se lo lleva el diablo, desde el momento que llore por Justin, mi mejor amigo quiso romperle la cara, estaba completamente enojado con él, de hecho, desde ese día rompieron cualquier tipo de relación cordial.
—Hannah, ¿estás bien? — la voz de la pelinegra me sacó de mis pensamientos.
—Eh, si, ¿Por qué?
—Estas en las nubes, no me digas que estabas fantaseando con Raegan.
—¡No!, claro que no, ¿de dónde sacas eso?
—Pues te gusta, la última vez que te vi asi fue por… bueno, por ese chico— sabía que hablaba de Justin, definitivamente a ninguno le caerá bien la noticia de que está de vuelta—. Deberías aceptar que te gusta e intentar algo, que se joda Heather y su capricho.
—Mejor hablemos de otra cosa— vi estacionarse el jeep celeste de Landon.
Ambos chicos bajaron de este y se acercaron, un minuto después llegaron Raegan y Julia, los chicos conocieron a Axel y Aline, la castaña estaba feliz de conocernos a todos, mientras que Axel no decía mucho. Nuestra primera clase, por lo menos para mí, era biología, asi que me separe de mis amigos y camine junto a Axel hasta el salón.
—Estas particularmente callada hoy, supongo que algo te paso— el comentario de Axel me trajo nuevamente a la realidad.
—¿Tan notorio es mi cambio? — me senté en mi puesto.
—Ya te lo dije, no sabes disimular— se sentó a mi lado y guardo silencio.
Esta más que claro de Axel Hawthorne es todo un misterio, pero me agradaba. El salón comenzó a llenarse de estudiantes, entre ellos Justin, este al ver que compartía asiento con alguien decidió irse para atrás. Mejor para mí, no estaba preparada mentalmente para hablar con él.
El profesor Lee comenzó su clase, hoy veríamos la Teoría celular, un tema bastante sencillo, si te gusta la ciencia claro. Comenzamos a escribir lo que el profesor decía, una de las mejores formas de aprender es anotar las cosas que dicen los profesores, pues a veces tienen a soltar más información de la que está escrita en los libros o presentaciones.
Podía sentir la mirada de Justin en mi espalda y nuca, pero trataba de ponerle atención, intentaría evitarlo a toda costa, a pesar de la promesa que le hice de hablar, simplemente no puedo. El timbre de fin de clases sonó, al ver que Axel se levantaba para irse, tome mis cosas tapidamente y las arroje a mi mochila para salir con él, el castaño al notar mi actuar me miró confundido, pero lo que me sorprendió fue su acción, me tomo del brazo y nos encerró a ambos en uno de los armarios del conserje, por una pequeña rendija veíamos a los estudiantes salir, entre ellos Justin, que mirada a todos lados. Estaba buscándome.
—Gra…— Axel me hizo la señal de silencio, volvió a mirar por la rendija.
Pasaron un par de minutos antes de que el castaño hablara.
—¿Por qué huyes de él?
—No estoy huyendo.
—¿Entonces por qué simplemente no lo enfrentas?
—Yo….
—Sea cual sea la razón, tienes suerte de que te ayudara, se ve que él quiere hablar contigo con urgencia— apunto a la rendija.
Justin se había apoyado contra unos casilleros, esperando a ver si lograba divisarme por algún lado. ¡Dios!, ¿en qué me metí?
—de verdad gracias por ayudarme, no era tu obligación.
—No, no lo era, pero me agradas, Hannah, aunque no lo creas.
—La verdad si te creo, las pelirrojas caemos bien— mi comentario lo hizo sonreír.
—Ahora debemos esperar que no haya nadie para salir de aquí— lo miré confundida—. ¿Te parece normal que dos alumnos salgan de un armario de conserjería?
Mi mente pensó en las miles de situaciones que todos pensarían que estábamos haciendo—. Buen punto.
El timbre de ingreso a clases sonó, gracias a Dios, Justin se fue, asi que solo nos quedaba esperar que el pasillo se vaciara un poco más antes de salir. Una vez fuera, cada uno corrió hacia sus respectivos salones, ahora tenía lengua con Trevor, Julia y Raegan. Al llegar al salón, la profesora Ross ya estaba dentro, me disculpe por el retraso y me apresure a sentarme junto a la rubia.
—¿Qué te paso, H?, no te vimos en todo en receso, ni siquiera fuiste a tu casillero por el libro— susurró Julia sacando otro libro de su mochila, estaba completamente rayado en la tapa, es el libro de lengua de Katie.
¡Piensa en una excusa creíble, Hannah! —El profesor Lee quería darme un nuevo material para verlo con Axel en las tutorías.
—Aún no puedo creer que un chico de dieciséis años es mejor que yo en ciencia— comentó Trevor en susurros.
—Todos somos mejores que tú en ciencia— Julia lo miró—. De no ser porque Hannah y yo te prestamos nuestros apuntes, estarías frito.
—Y por eso las amo, chicas— hizo un corazón con los dedos, ambas reímos.
La clase comenzó, la señora Ross nos hizo leer unos poemas de diversos autores en grupos, por ende, Julia y yo nos dinos vuelta las sillas para estar con los chicos.
—“Yo ya me despedía.... y palpitante cerca mi labio de tus labios rojos,
«Hasta mañana», susurraste; yo te miré a los ojos un instante y tú cerraste sin pensar los ojos y te di el primer beso: alcé la frente iluminado por mi dicha cierta” —Leyó Raegan.
¡Virgen Santísima!, no puedo dejar de mirarlo. Julia se aclaró la garganta mientras sonreía, sabía que mentalmente me estaba diciendo <Acéptalo, te gusta>. Seguimos con la lectura, cuando fue mi turno, la mirada verdosa del chico frente a mí me colocaba cada vez más nerviosa, ¿Por qué de todos los poemas del mundo, teníamos que leer poemas de amor?