Cuando la guerra termine

Capitulo 3

Nancy

Ropa empacada, listo

Libros de la biblioteca, listos

Accesorios que quiero conmigo si o si, listos

Regalos para mis familiares de Colombia, listos.

Uno, dos y tres toques a la puerta de mi cuarto y esta se abrió, dejando ver a mi madre con una carta entre sus manos, estaba a solo 3 días de irme y el semblante de todos estaba decaído, yo tampoco quisiera irme, pero es por mi futuro y todos quieren ver hasta dónde puedo llegar con mi cabecita llena de preguntas.

Mamá se sentó en la cama, dejo el sobre en medio de esta y me hizo señas para que me sentara junto a ella.

–¿Por qué esa cara de preocupación mami? –mi sonrisa no la podía ocultar, estaba alegre, mi esposo me vería en Colombia mientras que mi padre y yo viajaríamos para dejar en claro algunos puntos– Solo serán unos años y volveremos, te prometo que tus nietos vendrán hasta aquí a crecer a como lo hice yo.

–No me preocupa eso mi niña –me senté junto a ella y empezó a acariciarme la mejilla– no es fácil para mi darte esto cariño, pero no hay forma de remediarlo, no vayas a llorar por favor, Alaric no querría eso.

El que mencionada el nombre de Alaric me hizo ponerme en alerta, luego de la cena de hace dos semanas ha estado distante, no ha venido mucho a casa, ni siquiera ha ido a la construcción y en los bares que frecuentaba, tampoco lo han visto, los chicos y yo tenemos miedo por lo que le pueda estar pasando, mi madre me extendió el sobre amarillo y mis ojos rápidamente captaron lo que era, con una perfecta escritura estaba en letras mayúsculas “para la señora de Nancy York de Ortiz” de parte de la oficina militar.

Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas, no podía contenerlo, me lo había prometido y yo le deje muy en claro que no necesitaba una vida de lujos mientras estuviera a mi lado, no había terminado de abrir la carta cuando él apareció en la puerta de la habitación.

–¿Por qué me haces esto Alaric?

–No… –mi madre lo interrumpió cuando empezó a hablar, los ojos de ambos estaban rojos e hinchados, ambos me lo ocultaron y yo me iría como sin nada en unos días

–Él no lo hizo hija –Alaric se sentó detrás de mí y me abrazo por encima de los hombros, su cabeza reposaba en el hueco de mi cuello– Su padre lo enlisto hace dos semanas sin su consentimiento solo por el dinero que iba a recibir en compensación, sin embargo, serás tú la beneficiada, no les voy a pedir explicaciones, pero ambos deben hablarlo conmigo y frente a tu padre esta noche Nancy.

Dejando los puntos sobre la mesa, mamá salió de mi cuarto, mi rostro estaba cubierto de lágrimas, mi pecho tenía un gran nudo y si empezaba a hablar, terminaría sollozando mucho más alto y no quería que Alaric me recordara de esta manera, como una chica llorona que se desmorona entre sus brazos fácilmente.

–¿Por eso me evitabas? –asintió, no se quería despegar y yo disfrutaba de su contacto– ¿Por qué no me lo dijiste cuando lo supiste? –se quedó en silencio, mi mano fue a parar hasta la mata de rizos castaños que era su cabello– Habla Alaric, por favor, en unos días me tengo que ir y esa es una decisión que no podemos dejar así.

–Lo sé –soltó un suspiro logrando que me diera cosquillas y sonriera– No tengo palabras Nancy, si no hubiera provocado al viejo estaría igual de contento como tú por irme a Colombia, no sabes cómo extraño mi país, pero ya no tengo otra opción, el decline solo lo puedo hacer luego de un año de servicio, luego me dejaran libre si no me ven necesario en las líneas principales.

Se puso frente a mí, sus ojos mostraban arrepentimiento, culpa, tristeza, y yo me sentía mal a causa de que no lo tendría a mi lado a como lo habíamos planeado hace unos años, las cosas pasan por una razón o eso suele decir mi madre, pero no entiendo por qué debe de pasar esto y justo cuando los dos ya íbamos a empezar una vida juntos.

–Papá se enojará cuando sepa que su única hija no lo invito a su boda

Alaric me dejo un beso en los labios y con ese pequeño comentario logre una pequeña sonrisa en su rostro, el cual se veía muy pálido.

–Tu padre me adora –tomo mi mano y con este pequeño movimiento sabía lo que quería, me levante para ir a sentarme sobre sus piernas, él se había acomodado en la cabecera de la cama para que pudiéramos estar cómodos– te voy a echar de menos, un año es un largo tiempo

–Todo pasara rápido, cuando menos te des cuenta estaremos juntos y podrás cumplir conmigo todo lo que tanto anhelamos –me sostuvo de la cintura y me beso, sus manos me acariciaban por encima de la tela del vestido– Solo un año y eso será un simple recuerdo amargo

Junte nuestras frentes y entre los dos nos dejábamos castos besos por toda la cara, me acurruque con él y a los minutos escuche como su respiración se volvía más lenta, sus latidos eran rápidos y eso era música para mí, en poco tiempo quede dormida entre sus brazos.

Las suaves caricias en mi cabello me hicieron abrir los ojos lentamente, una sonrisa triste fue lo primero que vi, una lagrima traicionera resbalo por mi mejilla, el dolor que sentía no se iría fácilmente.

–Tu madre ha venido hace unos minutos –limpio el camino de la lagrima– ya ha llegado tu padre, habrá que bajar y decirle todo.

–No quiero –me meje de su regazo y me acomode en la cama mirando a la ventana– no tengo ganas de nada, solo quiero disfrutar del poco tiempo que tenemos juntos




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