05 de octubre del 2005
Los siguientes meses habían sido pesado para Lothar y Adelayda, trabajo y cuidar de los nietos, luego les llego la noticia de que su padre se había terminado suicidando, colgándose del balcón de su habitación, era algo que ya tenían previsto, su padre se había distanciado demasiado de ellos y termino siendo un abusador con su madrastra, sus hermanastros no lo permitieron y hasta termino en el hospital por una golpiza que le dieron.
Viajaron desde Inglaterra e Italia, hasta Colombia solo para organizar un funeral al que solo asistieron ellos, sus hijos y nietos, su madrastra no se apareció, tampoco sus hermanastros, después del daño que les ocasiono, no se esperaban que asistieran.
Todos estaban atentos a cómo iba bajando el féretro, después de años de abuso con Nancy, después de haber formado otra familia, después del odio que decía tenerles, murió solo, tal como lo habían predicho entre ellos mismo, su amargura, su odio sin razones, sus amenazas, todo eso hizo que nadie lo quisiera tener a su lado.
En el momento en que el ultimo montículo de tierra fue echado en el agujero, los hijos de Adelayda y Lothar se fueron al hotel en el que se decidieron hospedar, mientras que los hermanos fueron a casa de su padre para recoger sus pertenencias y dejar la casa limpia para ponerla en renta o venderla, aun no lo habían acordado, después de todo, ese había sido su hogar, por muy poco tiempo, pero había sido su hogar.
Adelayda subió al cuarto de su padre con unas cajas en las manos, al entrar solo sintió la brisa helada que entraba por la ventana, ya no estaba ese olor de la loción que a su padre tanto le gustaba presumir frente a su madre y era lo mejor, tenía un olor muy repulsivo.
Empezó con la ropa, la fue separando de la que estaba en medio uso y la que ya estaba toda rota, era raro para ella ver el armario de su papá tan vacío, el siempre presumía de su buen gusto por la ropa de marca y de eso ya no había nada.
Al terminar se puso a quitar todo lo que había en la cama, quito las sábanas, las almohadas y hasta un peluche que antes era de ella y no había podido recuperar, paso a su mesa de noche, ahí se llevó una sorpresa, pues estaban las cartas que había un par de años le había entregado, las cartas que su madre le había escrito en su juventud y antes de morir, se sentó ya en el colchón frio y empezó a leer la primera carta
“Romeo
No creí que tendría el valor de escribirte esto después de los años que hemos compartido, sin embargo, la siento necesario para que mi corazón no sufra tanto, en algún momento esta carta llegara a tus manos o quizás no, no tengo idea de que pasara.
Estoy cansada de tantas cosas, te quiero, en estos años que hemos compartido juntos, en estos años que hemos criado a los niños juntos, han sido… No sé cómo expresar lo que siento, pero debo confesar que en estos años, jamás me he sentido feliz contigo, no me voy por causa de los niños, no quiero que vivan sin su madre, no es justo por que ellos no tienen la culpa, pero tu si, en estos años donde, por mi depresión, me has mantenido encerrada, solo has ocasionado que el poco cariño que te tenía, se esfumara, una cosa fue que me emborracharas, me violaras y con ello, quedara embarazada, pero otra cosa muy diferente es que seas un abusivo de mierda.
No sabes cuanto rencor siento hacia ti, pero no tengo el valor de decirte estas palabras a la cara, soy débil y sé que terminarías golpeándome y quizás hasta matándome, han sido 5 años que he tenido que callar, pero ya no más, te escribo desde la habitación de un hotel, hace unas horas me fui de la casa junto a los niños y no te preocupes, lo mejor para ellos es estar con su madre, no sé qué es lo que les podrías hacer si los dejo contigo.
Si quieres volver a vernos, cambia tu actitud, porque no dejare que un abusivo se acerque a mis hijos, primero veo por ellos y luego por mí, ellos me tienen rencor, lo he visto en sus ojos, pero es por tantos años que me has mantenido encerrada en esa habitación, los niños creen que yo los odio cuando son mi mayor tesoro.
lamento decírtelo con una carta Romeo, pero tu jamás llegaras a ser como mi Alaric, es el único hombre al que he amado y al que amare hasta el final de mis días que eso te quede bien grabado en la cabeza.
Te llamare cuando estemos instalados en Francia.
Nancy”
Pequeñas lagrimas caían por las mejillas de Adelayda, sollozos casi insonoros salían de entre sus labios, sabia de la historia de sus padres, mas no creía todo lo que había leído, su madre en serio guardaba mucho rencor en su corazón y no era hacia ellos, era había su padre, Lothar subió las escaleras ya que había terminado con la cocina, al entrar a la habitación encontró a su hermana llorando.
–Ady ¿Qué te pasa?
–Hermano, ¿Crees que después de todo mamá si fue feliz a nuestro lado?
–Pero ¿Te estás volviendo loca Ady? Claro que mamá fue feliz, los años que estuvo a lado de papá quizás no, pero cuando por fin se decidió a dejarlo y quedarse solo con nosotros dos, yo juro que podía verle un brillo en los ojos
–¿Mamá será feliz? Han pasado dos años ¿Cómo estará allá arriba?
–Ella debe de estar feliz y orgullosa de nosotros, sus nietos y bisnietos la recuerdan con cariño, lástima que no conociera a la más pequeña